¡Aquí no pasa nada!

Suicidios, adicciones, violencia familiar y social, pero, ÁNIMO dice un candidato a senador priista cuyo nombre omito, no sea que me demanden o me manden asesinar, porque la impunidad se ceba sobre los informadores, está de moda en este país y la indiferencia y el miedo impera en el país (CNDH).

En Saltillo los niños entre los 10 y 14 años pueden iniciarse en el consumo de alguna droga, el año pasado casi 700 fueron atendidos en el Centro de Integración Juvenil, la información, proporcionada por la directora de esa institución es dramática (Vanguardia 16-04-18), comienzan con el tabaco, sigue el alcohol, después la mariguana y de ahí es fácil saltar a las drogas duras, la morfina, la heroína, o las anfetaminas.

El Instituto Nacional de Psiquiatría, Juan Ramón de la Fuente, ha aplicado encuestas (2014) ahí aparece Coahuila con un consumo excesivo de alcohol en un 16.5 por ciento de los estudiantes de secundaria y bachillerato hombres y mujeres, marihuana, alguna vez 9.9 y cocaína alguna vez un 4.4 por ciento.

El Instituto de Psiquiatría ha dado seguimiento al consumo de drogas en las entidades federativas durante 23 años y Coahuila no aparece entre las de mayor prevalencia que son, San Luis Potosí, Michoacán y Quintana Roo en primaria y CDMX, el Estado de México, Jalisco, Chihuahua y Quintana Roo en el nivel de Secundaria y bachillerato.

El que Coahuila no se encuentre aún entre las entidades de mayor prevalencia de consumidores de drogas entre estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato no quiere decir que las autoridades de educación puedan bajar la guardia y desentenderse del tema, al contrario, debieran enfocar su atención para que lo que ahora se presenta ya como un problema en educación media superior y que Vanguardia lo ha reportado sea atendido con celeridad así como lo de primaria y secundaria a fin de evitar que se incremente.

En cuanto a la patología del suicidio que se está padeciendo gravemente en Saltillo no se encuentran explicaciones, ¿qué le pasa a la población saltillense, con todo respeto, están deprimidos los jóvenes, están enfermos?, ante un suicida se presenta una devastación emocional familiar y del entorno de amigos.

Según informa la prensa local, en algunos casos los suicidios han sido provocados por rupturas amorosas, lo cual denota cierto tipo de inmadurez emocional y la familia debiera estar alerta, porque siempre hay señales para acudir anticipadamente a los terapeutas adecuados, llámense psicólogos, médicos, psiquiatras o maestros en el caso de los adolescentes, desgraciadamente en general, se carece de educación para la salud, es una materia que hace mucho dejó de impartirse en las escuelas y por otra parte, la cohesión familiar se ha debilitado enormemente, al salir a trabajar los dos padres, los hijos están solos la mayor parte del tiempo y cuando aquéllos regresan, éstos ya se durmieron o están por hacerlo y es la caja idiota, la tele la que los educa o internet o peor, las redes sociales.

Han pasado 107 días de este año y han ocurrido 26 suicidios en menos de 4 meses, el Centro Estatal de Salud Mental, como la mayoría de las instituciones de seguridad social de Coahuila, está devastado, no tienen presupuesto, además la Secretaría de Salud federal no asignó a Coahuila recursos para la salud mental.

A las autoridades de Salud parece no importarles la problemática del suicidio, podrían imitar a los programas de otros gobiernos, por ejemplo el de la CDMX puso en marcha el Programa Interinstitucional para la Prevención y Atención Oportuna de las conductas Suicidas, que contempla: Educación y promoción sobre salud mental, detección y atención oportuna, seguimiento a personas en riesgo. Por algo se empieza.

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