¡El dinero de Coahuila!

Hacerse del dinero público de Coahuila parece una meta.

Es una fijación de políticos corruptos, de funcionarios de gabinetes de gobierno y hasta de achichincles e improvisados. Los malditos que nos roban, roban tanto y además, van formando una escuela del crimen y el robo, profesionalizados.

Coahuila es sin duda el botín deseado. Nada es más relevante para estos sin escrúpulos, que el robarse todo lo posible. Enriquecerse rápido y de cualquier forma, manchándose las manos de inmundicia y de sangre. El cuento es obtener la mayor parte de lo que quede en el cajón (y lo que queda son dineros para pagar las voluptuosas deudas que nos heredaron los ladrones.

Estos bandidos que acaban el poder, pero no acaban de irse.

La ética y la moral, la honestidad y el servicio a la gente, desde el ejercicio de gobierno, son estupideces del pasado romántico (para estos sinvergüenzas de alma negra). Tener poder para poder, es la misión. Hacerse del dinero es la visión, esa del menor plazo posible.

Ellos quieren ser.
Entran pobres, con hambre de ser y salen millonarios, con hambre de pertenecer.

Tragaban tortas y comían de fiado en fondas de barrio y ahora, degustan manjares caros en sitios opulentos. Pero ello y sus paladares de arrabal son lo mismo. Los mismos gañanes y lo saben (al estar comiendo exquisiteces extrañas anhelan sus garnachas de nopal). Un simple en un palacio, un común en un retrete de oro.

Son los mismos gatos que eran pero ahora gatos ricos. Entonces, se dejan ver en sitios caros, en sitios exclusivos. Ya ellos los pueden costear con el dinero mal habido. No les importa que digan “ahí va aquel ladrón”.

Tienen la piel dura y las bolsas grandes.

Pasean por sus fincas, atienden sus nuevos negocios, pasan lista a prestanombres y preparan inversiones con empresarios conocidos y magnates, para pretender parecerse a ellos y contagiarse de su éxito y del dinero “limpio”.

Después.
Un antes y un después y miren que contradicción. Después de Los Moreira, del moreirato de 12 años de atrocidades, daño, robo, crimen y suburban retacadas de maletas con dinero del soborno… pero ellos aquí siguen.

Es después porque acabó su reinado, pero no es después porque aquí andan, tan campantes, acomodando gente en candidaturas de elección popular, poniendo gobernador y gabinete; controlando puestos en el congreso y dueños de las delegaciones federales y controladores del poder judicial (magistrados, jueces, mp), controlando partidos (tricolores y opositores), manejando diputados y alcaldes.

Aquí está toda su gente, Riquelme y todos ellos. Todos lo heredados, todo el gobierno. Lista la perrada para llevarse lo que queda y lo que venga. El viejo dinero sobrante, y todo el nuevo que llegue. Reestructurando la MegaDeuda solo para sacar de ahí dinero y fingir que no hubo nuevos créditos (porque están prohibidos).

Mentiras electoreras.
Que ahora “LA JUSTICIA NACIONAL” va por Roberto Sandoval, exGobernador priista de Nayarit. Ese que es socio de Moreira, que puso el lema del “Gobierno de la Gente” allá en Nayarit. Ese que se asoció en ranchos en Saltillo, Nayarit y Chihuahua, con Humberto Moreira y con César Duarte. Que equiparon con dinero de los gobiernos sus paraísos rurales.

¿De qué sirve encarcelar gobernadores si todos están podridos y surgen por generaciones espontánea y ya con el GEN DEL ROBO en su programación?; ¿cuándo arrestan a Los Moreira, a Rodrigo Medina y a Cesar Duarte?, ¿son ellos intocables, de ahí, de las entidades que gobernaron salió más dinero que de todas las demás juntas (para campañas del PRI y para regalos a políticos encumbrados), son además socios del crimen, del mismo “crimen oficial”, del protegido y entonces, están protegidos; con el dinero que nos robaron, compraron su impunidad?

Un gobierno federal corrupto ha generado más corrupción en el país. Este de Peña Nieto y el PRI-Gobierno es solo el escaparate donde operan los grandes millonarios y cínicos ex mandatarios. Aliados con gobiernos y la empresa extranjera, aliados con grandes capos y con grandes marcas, que viene por todo.

Que se llevan los energéticos y la dignidad nacional, cual carne de puerco, envuelta en la bandera nacional (como si fuera un periódico cualquiera, de esos que “solo sirven” de bolsa de estraza para envolver carne de mercadito).

¿Cómo cambiar la insultante realidad?
Acá en Coahuila siguen los mismos. El robo es entonces la constante institucional.

El cambio posible está en la presidencial. Un gobierno distinto hará la diferencia, pondrá orden e ira terminado con la corrupción pandémica.

El camino es largo. ¡HAY QUE CAMBIAR!

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