El gobierno es el responsable

La sociedad mexicana se odia entre sí, a raíz del manejo negro desde el gobierno, de esta contienda electoral. El miedo a perder sus privilegios, ha motivado que este mal gobierno federal (y los estatales del PRI-Gobierno), saque su verdadera cara y la muestre (sucia y malvada) como realmente es.

Como estrategia del Cuarto de Guerra en Los Pinos, se ha polarizado la campaña presidencial. Se han hecho manejos tan turbios que motivan los golpes y descalificaciones entre partidarios de uno y otro candidato. El espionaje, el caos y el miedo, son ahora herramientas institucionales.

Pasaron los mexicanos en las redes sociales, de las descalificaciones a los insultos, y de estos, a las amenazas personales. Afectadas familias y grupos de amigos por hablar de política y externar sentimientos. Y hasta agresiones indecibles, son una realidad entre gente que no se conoce, pero que piensa distinto.

Hay una oficina en la Presidencia de la República que, escudada en “cuidar y proteger la imagen presidencial”, usa bots y ciber estrategias para manipular y distorsionar. Es desde ahí, que se enfrenta a mexicanos contra mexicanos.

El amor a México no vale, porque “si quieres votar por el candidato que es enemigo del mío, eres un apátrida y mereces sufrir las consecuencias. Si además de ello, promueves el voto o la opinión, contra quien yo opino que es el único bueno, entonces descargaré toda mi furia contra ti y los tuyos”. Es este un sentimiento real que subyace de un tiempo a la fecha, en las mentes y corazones de mucha gente.

Nos llenamos de odio, cuando las decisiones electivas las toman otros.

Desgobierno

El gobierno nacional es el responsable de que el país anda de cabeza.

Las llamadas variables macroeconómicas (paridad cambiaria, % de deuda externa e interna, inflación, reservas nacionales, crecimiento del PIB, etc.) se han descuidado. A la administración fatídica de Enrique Peña Nieto, le entregaron “blindadas estas variables, por su antecesor, y anterior, para que transcurridos cinco años y medio, todos estos indicadores económicos estén extraviados. El dólar vs el peso, por ejemplo, lo recibió a $12.50 y lo lleva en $20.00 por uno, y los efectos negativos recién empiezan, con el sexenio puede terminar en $25 por uno.

Del precio de los energéticos, mejor ni hablamos.

La imagen de nuestro amado país está en franca decadencia. El mundo nos percibe: como retrogradas, corruptos, incultos, salvajes, caníbales; sometidos por el gobierno, empobrecidos la mayor parte pero con ricos muy ricos.

La pobreza es real para 60 millones de mexicanos, como las fortunas al amparo del poder que se hacen de la noche a la mañana, son evidentes e insultantes. La creciente e inhumana pobreza extrema, aniquila a campesinos en el olvido y a periferias denigradas. El empleo es malo, es mal pagado y es insuficiente.

La salud es deficitaria, la educación es poco relevante para el gobierno, los programas sociales son electoreros y botín de depredadores en la nómina oficial y ahora de pillos de cuello blanco sentados en secretarías de estado, ayudados por gobernadores, por rectores y hasta por empresarios.

La seguridad se ha perdido totalmente. Regresamos a los miles de muertos por semana. El gobierno pervierte a Ejército en las calles, y entrega el control al crimen, a cambio de suburban retocadas de sobornos.

La culpa es del gobierno. Se empeña en robar, en hacer negocios, con estafas muestras y empresas fantasma; y desprecia su vocación por el servicio público honesto y de la gente. La democracia es lujo de clubes privados y de castas divinas.

Las elecciones

No sé yo quién será el próximo presidente de México, pero claro, sé bien quién quiero que sea (de los que hay, escogidos por unos cuantos), y sé igual, quién no deseo que sea. Pero esos son solo mis sentimientos privados, mi voto se sumará a otros millones de ciudadanos cumplidos, que irán a las urnas el 1 de julio.

Votaré aunque tenga la sensación de que los ladrones profesionales intentarán hacer fraude para conservar sus canonjías corruptas e indignas.

Animaré a que muchos voten, y que lo hagan a conciencia. Esa libertad de votar y de animar el voto, es algo que este maldito gobierno no me puede quitar.

Reconciliación

Otro México despertará el 2 de julio. Uno de odios y de venganza.

¿Quién, cuándo empieza la reconciliación nacional? Nos involucra a todos.

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