La lucha contra la perspectiva de género

Insistir en analizar la presencia de las mujeres en los distintos ámbitos sociales, los avances de su participación, el análisis y el hacer visibles las áreas en las que persisten la discriminación, la violencia, la marginación y la exclusión sigue siendo una cuestión urgente ya que las reacciones negativas hacia la equidad de género brotan como plagas devastadoras y corrosivas.

No se puede dejar de reconocer que en las 2 últimas décadas del siglo 20 la lucha por la equidad de género ha ganado terreno y en los 18 años del 21, el papel femenino en las políticas públicas y en la sociedad internacional ha implicado una verdadera erupción y múltiples estallidos sociales para impedir sus avances.

Actualmente en la perspectiva de género se ha presentado un debate político e ideológico monumental sobre el papel de las mujeres en la sociedad contemporánea, reacción que se construye principalmente desde importantes sectores religiosos cristianos, islámicos y católicos tradicionales que denuncian como nocivas y peligrosas las demandas de equidad de las mujeres modernas que han ganado consensos significativos y que han sido calificados por los sectores fundamentalistas y conservadores como feminismo radical al que cuestionan, según ellos,  por negar las diferencias “naturales” entre hombres y mujeres  y consideran que las desigualdades entre lo masculino y lo femenino están por encima de la naturaleza humana, son roles en los que el hombre es considerado superior, además aseguran que las ideologías son sistemas de odio, el marxismo creó el odio de clases, el nazismo el odio de razas y el feminismo el odio hacia los hombres, lo cual es absolutamente absurdo.

La pretensión de la ideología de género es restarle legitimidad al género que es una categoría científica sociológica y antropológica surgida de las universidades norteamericanas que permite analizar las desigualdades entre los sexos que significan exclusión y marginación, entre otras inequidades.

Los fundamentalistas que promueven la ideología de género han ganado poder político y disponen de mucho dinero para promover campañas globales en contra de los derechos ganados por las mujeres. Importa aclarar que la teoría de género no niega las diferencias biológicas entre los sexos y sotiene que el “género” es construido desde la cultura, socialmente.

La reacción de la ideología de género entraña miedo al cambio y a la pérdida de privilegios de los varones, supone terror a perder el control sobre las conciencias y al poder de tomar decisiones libres, es un asunto de poder, es una batalla cultural en cuyo centro está el “demonio” combatido por organizaciones de la sociedad civil, detrás de las cuales están los fundamentalistas religiosos que promueven la oposición a la educación sexual, a los derechos sexuales y reproductivos en general, a la posibilidad de que las y los adolescentes tengan derecho a los servicios de salud reproductiva y de anticoncepción, lo que defienden es la complementariedad entre el hombre y la mujer en el matrimonio y según estos grupos, la lucha por los derechos de las mujeres es una guerra contra el matrimonio como institución para toda la vida.

El fundamentalismo de la ideología de género supone la defensa de creencias pre renacentistas, pre modernas, en donde la naturaleza humana  es una y no admite cambios, con lo cual se niega todo el avance científico filosófico, epistemológico, antropológico, y de desarrollo humano, la verdad es una y es eterna, ellos niegan la posibilidad del cambio, el cual vendría a trastocar la tradición patriarcal.

El poder de estos grupos tradicionalistas es que se acercan a los sectores más vulnerables de las sociedades en las que por la crisis económica global que se vive ahora, tienen miedo y no saben qué hacer, son sectores con poca educación y con un futuro de incertidumbre, entonces, los fundamentalistas ofrecen verdades eternas, divinas y eso da seguridad a esos sectores .

Según la organización Católicas por el Derecho a Decidir, contra lo que podría pensarse, en México un gran porcentaje de la población no está de acuerdo con la moral tradicional que propone la jerarquía católica (Encuestas nacionales 2004, 2009, 2014) y se pronuncian porque sus hijos reciban educación sexual y sobre sus derechos reproductivos.

Es grave que los grupos tradicionales pretendan incidir en el Estado laico a través de partidos políticos religiosos que actúan de manera soterrada lo cual es insólito, de ahí que sea importante informarse y tener claridad sobre estos temas que son fuertes, pero no puede haber retroceso en estos derechos ganados que son históricos.

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