Perseverar. Batalla sin fin.

Es imposible vivir sin que el corazón lata y la sangre corra por las venas, la vida es vibración, movimiento y acción.

Actuar sin pensar puede hacer largo el camino, sin embargo, el movimiento genera inercia y esta velocidad. Pasar del pensamiento a la acción asusta, y no es común, en la búsqueda del bien nos parecemos al camaleón agazapado entre las ramas que espera que el bicho se pose al alcance de su lengua.

La paciencia es una virtud que se confunde con la inacción, debemos ser más críticos de todo, no debemos rechazar la opinión que nos contradice o corrige y sirve para aprender y mejorar.

Para alcanzar nuestro lugar en la historia, tenemos que sacar la nariz del ombligo y ver la realidad mundial, tenemos que medir nuestro avance y compararnos sin vergüenza para conocer la realidad. No somos baluarte de la cultura ¿Porque enorgullecernos de nuestra improductiva singularidad? Es tiempo de tomar lo bueno guardarlo en la alforja y dejarlo de admirar, debemos seguir en camino para avanzar.

Para encontrar una vida mejor ¿Basta cruzar una muralla colosal? ¡No! Para progresar, tenemos que saber lo que queremos antes de migrar, debemos generar en nuestra tierra las condiciones para alcanzar un ideal. Hoy podemos comparar sistemas de producción y modelos de gobierno en el entorno global, tenemos elementos para descartar la venta de miedo o ilusiones falsas, hablando con individuos que te pueden ilustrar desde cualquier lugar y en tiempo real.

Formar el país que queremos, es posible, pero debemos trabajar, es necesario evitar el veneno de siempre o que te lleven más atrás con alternativas vencidas como el socialismo radical. El cambio se hace con acciones y tenacidad, ya experimentamos líderes mágicos que en 15 minutos podían terminar conflictos como el de Chiapas; tuvimos a un valiente que defendería con su vida el valor de nuestra moneda, nacionalizamos el petróleo, los bancos y la educación, repartimos la tierra y regalamos tractores, cemento y tinacos, ya tuvimos a un adalid de la honestidad que nos vendía una “Renovación moral”.

El que nos saque del retraso no es un individuo rodeado de bandidos que presuma honestidad y hable de sí mismo como deidad, tampoco son una partida de burócratas que se asocian para mantenerse sin trabajar; los partidos políticos venden humo, nunca realidad. Necesitamos unirnos con alguien a quien sintamos igual, con sangre en las venas, combativo y tenaz, a alguien comprometido con lo que deseamos de verdad, queremos trabajar para prosperar, un gobierno que administre con eficiencia y autoridad, que aplique leyes justas castigando al delincuente y protegiendo a la comunidad.

Para prosperar, debemos romper todos los esquemas, practicar la alternancia, limitar a los partidos, encumbrar a ciudadanos independientes y difundir la imagen de la realidad que nos conviene, no es fácil, pero debemos perseverar.

¡Que Dios Nos Bendiga!

hlaredom@gmail.com

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