Puñado de mequetrefes del gobierno del estado despedazaron a la CTM

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Hablar de enemigos de los obreros de la CTM en Coahuila, es hablar de un puñado de mequetrefes incrustados en el gobierno estatal, es tanto como contar con los dedos a quienes no quieren a esa central dentro del PRI. Pero, aunque son pocos y contados han asestado verdaderos golpes que ya dejaron casi en la lona a ese sector que hoy controla el Senador Tereso Medina Ramírez.
En toda esta debacle del cetemio coahuilense, hay dos personajes que se han encargado de desarticular a aquella poderosa central que hace apenas diez años tenía voz y voto en la designación de candidatos a todo lo candidateable que hubiese en el estado.
Estos dos enemigos de los obreros tienen nombre y apellido, Rubén Moreira Valdez y David Aguillón Rosales. Aunque, en realidad, el enemigo principal no lo sea el gobernador, más preocupado en menesteres relacionados con que le contesten algunas llamadas a celulares que en gobernar la entidad que le “heredó” su hermano, el profesor Humberto Moreira Valdés.
David Aguillón, desde el cargo de director de comunicación social de los gobernadores Humberto Moreira, Jorge Torres y el propio Rubén y después como dirigente estatal del PRI, armó por su cuenta, una verdadera cruzada en contra de los obreros, esto a manera de vengar la afrenta que un día llevaron a su familia al borde la miseria y del desempleo.
Si, para quienes no lo saben, el padre de David Aguillón Rosales fue un obrero esquirol, a las órdenes de los patrones, que se opuso con uñas y dientes a la entrada del sindicato de la CTM a una de las empresas más grandes que hace ya muchos años, por allá de 1974, tenía Saltillo: CINSA y CUFUNSA.
El progenitor del actual dirigente de la Fundación Colosio en Coahuila, en su afán de controlar a los trabajadores de esas empresas, (por cierto propiedad de la Familia López Zertuche, luego López del Bosque, a las que por razones desconocidas ahora odian), decidió empeñar la casa y los muebles en espera de que le devolvieran esos recursos cuando ganara la batalla y su “sindicato blanco” siguiera imponiéndose.
Pero el sindicato cetemista contaba con toda la fuerza de su central y con la ayuda del entonces Presidente de México, Luis Echeverría. De ahí que la huelga terminara con el triunfo de los obreros agrupados dentro de la CTM.
A la firma del convenio, que culminó con un incremento del 20 por ciento de aumento salarial, el 70 por ciento de salarios caídos, y la salida de los obreros esquiroles, la familia de Aguillón quedó en el desamparo total.
Sin casa, sin muebles, sin empleo, el padre de David cargó con toda la familia a un barrio populoso de Saltillo y logró conseguir empleo donde pudo. Es ese barrio donde sigue habitando su familia a la que no le llegó la bonanza gubernamental.
Desde entonces, sin olvidar esos días aciagos, cargados de nubarrones de miseria, el ahora millonario, beneficiario de los gobiernos de los hermanos Moreira, fraguó la mejor manera de cobrar venganza.
Y vaya que lo logró. Nada más baste hacer un recuento de las posiciones que tiene la CTM y las que tenía hace apenas algunos años, antes de que fuera dirigente estatal del PRI, David Aguillón, para corroborar que su odio ancestral hizo mella en esa central obrera.
Las cifras, los números son fríos. De cerca de 350 posiciones que tenía la CTM en Coahuila, cuando Tereso Medina tomó la estafeta, que dejó por enfermedad y muerte Gaspar Valdés, a la fecha se ha reducido a solo tres o cuatro.
Ya no hay alcaldes cetemistas, ni regidores, síndicos, diputados locales, diputados federales o senadores, a excepción del cargo que ostenta ahora Tereso Medina y el que, si hubiera estado en manos de Aguillón Rosales, ni eso tendrían.
Debe reconocer la CTM que encontraron en el exdirigente estatal del PRI a un verdadero enemigo, un enemigo que se ha encargado de desmantelar a esa central, que siempre mantuvo como parte de su fuerza el corporativismo. Había elecciones y la CTM aportaba los votos de cuanto obrero tenía en sus filas.
Hoy ya no hay nada de eso. No hay posiciones. Tres o cuatro cargos de los 350 que tenía la CTM son un verdadero descalabro. David cumplió su capricho, se ensañó en su venganza y ahora, tal parece que padecerá la recontra venganza.
Los terrores de Rubén Moreira y Aguillón Rosales empiezan a aparecer. Las medidas traicioneras para destruir a la central obrera llegaron a su fin… Y hoy Tereso Medina se anota en la lista de aspirantes a gobernar Coahuila. Y lo hace con más cartel que el cartucho quemado en que se ha convertido, Miguel Riquelme,  el candidato de este par de trúhanes ambiciosos y corruptos, uno aun gobernador del estado y otro su fiel escudero.
Sin duda, la rueda de la fortuna empieza a dar la vuelta. Los que están arriba empiezan a bajar y los que quedaron abajo se encuentran a medio camino de la cúspide.
Aquí, es incuestionable que si Medina Ramírez sabe jugar sus cartas, podrá regresar esas 350 posiciones que le arrebataron a su central y más aún: tiene la posibilidad real de conquistar la candidatura del PRI al Gobierno del Estado.
En fin, queda comprobado que no hay enemigo pequeño. David Aguillón cumplió su cometido, hoy le toca poner a remojar las barbas.

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