Una Zona frágil en riesgo

Desde hace casi 20 años la NASA apoyó un proyecto de investigación emprendido por Valeria Souza Saldivar, cuyo nombre usted seguramente reconoce, porque en este espacio hemos escrito al respecto, pero si no fuera sí, cabe recordar que esta investigadora nos distinguió en centrar su atención en Cuatro Ciénegas, Coahuila, porque ahí encontró una zona única e insustituible hasta ahora, en la que están los secretos del origen de la biodiversidad de nuestro planeta.

La bióloga Souza visitó por primera vez Cuatro Ciénegas en 1999 y de ahí nació un amor a primera vista del que surgió un trabajo apasionado de investigación y promoción incansable por la conservación de ese sitio, sobre el cual penden diversas amenazas de desaparición.

Los estromatolitos existieron hace millones de años, son comunidades de bacterias que formaban una especie de “tapete” de piedra; éstos son equivalentes a los arrecifes de coral del Precámbrico, son los seres vivos más primitivos que poblaron este planeta y una representación destacada de esos ecosistemas precámbricos se halla, en Cuatro Ciénegas; Valeria Souza estudia ese “laboratorio viviente”, donde se puede analizar la ecología y evolución de los microorganismos y de la Tierra.

Valeria mencionó que los genomas de las especies bacterianas presentes en los cuerpos de agua de Cuatro Ciénegas relatan historias de adaptación; ella y sus colaboradores realizan estudios de biología, genómica, metagenómica, y han encontrado que el hecho de que no haya fósforo, produce aislamiento reproductivo y geográfico; los estromatolitos son el mismo tipo de microorganismos arcaicos que cambiaron la atmósfera de la Tierra con la primera forma de fotosíntesis conocida que permitió la evolución de la vida, llevan más de 3 mil 500 millones de años, resistieron dos glaciaciones, vieron nacer y morir a los dinosaurios, pero no han soportado 40 años de extracción masiva del agua para el cultivo de alfalfa en esa zona desértica de Coahuila.

Según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) de las que Cuatro Ciénegas forma parte, se han perdido un 90 por ciento de los humedales y ríos de esta zona, por lo que se teme que pudiera desaparecer.

De diversas formas los científicos están luchando por defender y preservar esta área en la tenemos no sólo respuestas del pasado sino también posibles soluciones para el futuro, es un trabajo que pretende rescatar y buscar las vías políticas para reformar la administración del agua.

Las amenazas a la biodiversidad de nuestro país dentro y fuera de las ANP son numerosas, lo hemos vivido recientemente con los incendios en Zapalinamé y en la sierra de Arteaga; en la región centro y norte de Coahuila se encuentran las ANP de Maderas del Carmen, Ocampo y Cuatro Ciénegas, ellas representan la forma más activa de conservación de los ecosistemas, su biodiversidad y el medio que los sustenta y constituyen una forma de expresión responsable de la sociedad ante los procesos de deterioro global.

La bióloga investigadora Souza recordó que Cuatro Ciénegas es un “tesoro que nos tocó cuidar a todos los mexicanos, pero no todos hacen su trabajo”, tiene razón, a los empresarios forrajeros, que siembran alfalfa para sus vacas no les importa sobre explotar el agua del Valle, por eso Valeria asegura que ha faltado voluntad política para preservar esta zona porque lo que ahí se está presentando es un ecocidio, pero podría salvarse si se cierran los canales y se hace un banco de agua para el ecosistema, además de un laboratorio y un museo, señala Valeria.

Las autoridades estatales deben mirar hacia Cuatro Ciénegas y su problemática, de ellas es la responsabilidad de cuidar la biodiversidad de esta región.

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