El nuevo bloque pone presión al nuevo gobierno de EU sobre una definición para encabezar un gran acuerdo global que haga contrapeso a la creciente influencia comercial de Beijing.
Con China y sin Estados Unidos, 15 países firmaron el domingo la Asociación Regional Económica Integral (RCEP, por su sigla en inglés), el tratado de libre comercio más grande del mundo.
Al bloque lo conforman además Filipinas, Malasia, Indonesia, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Birmania, Camboya, Japón, Corea del Sur, Australia, India y Nueva Zelanda.
“Nos complació presenciar la firma del Acuerdo RCEP, que llega en un momento en que el mundo se enfrenta al desafío sin precedentes provocado por la pandemia mundial de Covid-19”, dijeron los Jefes de Estado o de Gobierno participantes en un comunicado conjunto.
La RCEP es un acuerdo comercial mega regional sin precedentes que comprende una mezcla diversa de economías desarrolladas, en desarrollo y menos desarrolladas de la región.
Se trata de un acuerdo que cubriría un mercado de 2,200 millones de personas, o casi 30% de la población mundial, con un PIB combinado de 26.2 billones de dólares estadounidenses o alrededor de 30% del PIB mundial, y representa casi 28% del comercio mundial (con cifras de 2019).
“Creemos que la RCEP, siendo el acuerdo de libre comercio más grande del mundo, representa un importante paso hacia un marco ideal de reglas de comercio e inversión globales”, añadieron en el comunicado.
En las negociaciones del nuevo tratado participó India, pero este país decidió al final no formar parte por varias razones, entre ellas que pretendía una menor apertura comercial a la acordada al final.
Los Jefes de Estado o de Gobierno expusieron que sus países están comprometidos en garantizar que la RCEP siga siendo un acuerdo abierto e inclusivo.
“Valoramos mucho el papel de la India en la RCEP y reiteramos que la RCEP permanece abierta a la India. Como uno de los 16 países participantes originales, la adhesión de la India al Acuerdo de la RCEP sería bienvenida en vista de su participación en las negociaciones de la RCEP desde 2012 y su importancia estratégica como socio regional en la creación de cadenas de valor regionales más profundas y ampliadas”, dijeron.
Con 20 capítulos, la RCEP incluye áreas y disciplinas que no estaban cubiertas anteriormente en los acuerdos de libre comercio existentes entre la ASEAN y los países no miembros de la ASEAN que participan en la RCEP.
Además de las disposiciones específicas que cubren el comercio de bienes y servicios y la inversión, la RCEP comprende capítulos sobre propiedad intelectual, comercio electrónico, competencia, pequeñas y medianas empresas (Pymes), cooperación económica y técnica y contratación pública.
En una primera reacción, el virtual presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el lunes que Estados Unidos necesita alinearse con otras democracias para redactar las reglas del comercio internacional.
“Hablé con varios de estos líderes mundiales y les dije que, según la ley, no podía empezar a discutir con ellos; sólo hay un presidente a la vez sobre quién puede decir cuál será nuestra política”, dijo en una conferencia de prensa.
A la pregunta sobre si Estados Unidos debería unirse al RCEP, Biden replicó: “Esto es lo que puedo decir: representamos el 25% de la capacidad comercial mundial de la economía en el mundo. Necesitamos estar alineados con las otras democracias, otro 25% o más, en lugar de que China y otros dicten los resultados porque son el único juego en la ciudad”.
Biden ha mostrado interés en el ingreso de Estados Unidos al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), conformado por 11 naciones de la región Asia-Pacífico, entre ellas Japón, pero no China.
Inicialmente, el presidente George W. Bush informó al Congreso el 22 de septiembre de 2005 la intención de su país de adherirse a ese bloque (entonces llamado Acuerdo de Asociación Transpacífico, TPP, por su sigla en inglés), que fue firmado el 4 de febrero de 2016, luego de ochos años de negociación con el apoyo del presidente Barack Obama. Pero su sucesor, Donald Trump, se opuso a ese pacto.
El RCEP puede cimentar la presencia de China como socio económico con el sudeste asiático, Japón y Corea, dejando a la segunda economía más grande del mundo en una mejor posición para moldear las reglas comerciales de la región.
Asimismo, Gregorio Canales, director general de la consultoría North America Investment Solution, opinó que Biden, a diferencia de Trump, sí presentará una propuesta de reforma de la OMC, con la intención de mantener la hegemonía de Estados Unidos en el comercio mundial, al tiempo de tratar de contener el ascenso de China.
Si bien la Unión Europea y otros países han propuesto reformas para abordar las preocupaciones de Estados Unidos, hasta ahora, la administración de Trump las ha rechazado, sin entregar una propia.
Nuevo gigante comercial
• Lanzado en el 2012, el RCEP es un acuerdo entre los 10 miembros del foro ASEAN (Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Birmania, Camboya, Lagos y Brunei), así como China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
• India se retiró del acuerdo el pasado año, debido a su preocupación por que China pudiera inundar su mercado interno con productos baratos, aunque se puede sumar al acuerdo si así lo desea.
• Pretende reducir aranceles, abrir los mercados a los servicios y promover las inversiones para ayudar a las economías emergentes a atrapar al resto del mundo.
• En la práctica, se espera que el RCEP reduzca costes y tiempo para las compañías al unificar los requisitos para todos los países miembros.
• Aunque incluye la propiedad intelectual, fuera del acuerdo han quedado temas polémicos como la protección medioambiental y los derechos laborales.
• Aunque el pacto debe ser ratificado, está previsto que entre en vigor el próximo año.
• Es importante porque sienta las bases de nuevas reglas comerciales para la región y aunque China participa, no incluye a Estados Unidos.
• Analistas consideran que consolida las ambiciones geopolíticas regionales de China, donde tiene el campo libre desde que el presidente estadounidense Donald Trump retiró el acuerdo comercial que proponía Washington, el TPP (hoy TIPAT).
Industria de autopartes
México puede atraer hasta 50,000 mdd desde Asia
México tiene la oportunidad de atraer negocios de proveeduría automotriz desde Europa y Asia, superiores a los 50,000 millones de dólares, a raíz del cambio de reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos, Canadá; sobre todo de China, país al que se le compra “mucho” y no cuenta con manufactura de autos, afirmó Óscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
El directivo sostuvo que por ser México el país de manufactura de bajo costo en Norteamérica cuenta con la “oportunidad histórica” de sustituir la proveeduría que viene desde China, con un monto por 30,000 millones de dólares.
De acuerdo con la INA basada en datos de IHS Markit, la región de Norteamérica importó 80,000 millones de dólares en autopartes durante el 2019, “muchos de esos productos provenientes de China, Corea, Japón y Alemania. Aunque éstos últimos tienen fábricas en México que deben traer componentes de su casa matriz, pero China no fabrica nada en Norteamérica y le estamos importando 30,000 millones. La gran oportunidad de T-MEC es atraer ese porcentaje”, planteó el directivo.
Precisó que, al contar con plantas en México, tanto Alemania, Japón y Corea se suma a la oferta para la industria automotriz, al endurecerse las reglas de origen con el T-MEC. “Dónde está la oportunidad? En un país desarrollado se tiene una cadena de proveeduría de suministro establecida: están las OEM, los tiers 1, y los proveedores 2 y 3 con más grandes. Pero en México es al revés, y nos lleva a que necesitamos más tiers 2 y 3, las cadenas de valor en el automóvil deben estar localizadas en Norteamérica. No es como la industria del calzado, que la mayoría de los componentes están hechos en México, no es el caso de los automóviles y debemos a través de inversión extranjera y vinculación de proveedores”, señaló Albín.
El Economista