Calamo Currente (Borg Ward, el ícono)

Borg Ward: el icono

Era 1968, en el acostumbrado recorrido vespertino por Saltillo en el Opel de mi padre, arribaríamos a la agencia Borg Ward en donde el Tío Lolo Sánchez fungía como administrador.

Me topé con un auto sorprendente, desde más pequeño me aprendí la marca de todos los carros que transitaban por la calle Castelar, ante el asombro de Chita, mi madre. Se trataba del Borg Ward modelo 68, color negro, que era exhibido en un local muy pequeño frente al Tecnológico en la Colonia República.

Tiempo después, en los ochenta estacionado por la calle de Aldama, pasando el callejón de Galeana podía observar diariamente ese vehículo propiedad del abogado Martinez, impecable, lavado, reluciente y funcionando perfectamente.

Fundada por Carl F. W. Borgward en 1924 en Alemania su primer auto fue el Blitzkarren, una pequeña furgoneta de 3 ruedas con un motor de 2CV, con éxito en la rama del mercado que abarcó. En 1929 Borgward se convirtió en el director de Hansa Lloyd AG y guio el desarrollo del Hansa Konsul. En febrero de 1937 apareció el nuevo Hansa Borgward 2000 y en 1939 el nombre fue recortado a Borgward 2000. Al modelo 2000 le siguió el Borgward 2300 que se mantuvo en producción hasta 1942. Después de la Segunda Guerra Mundial la compañía presentó el Borgward Hansa 1500, al cual le siguió el Borgward Isabella en 1954, este fue el auto icono y permaneció en producción durante el resto de la existencia de la compañía. En 1959 se introdujo el Borgward P100, con una innovadora suspensión neumática.

En 1961 la compañía cayó en bancarrota y en 1963 toda la maquinaria para elaborar el Borgward Isabella y el P100 fue vendido a unos empresarios mexicanos.

Nace la leyenda del Borg Ward como vehículo mexicano de lujo, pero a un precio sumamente accesible. Producidos desde 1967 en Escobedo, Nuevo León en la Fábrica Nacional de Automóviles (Fanasa).

Asi es desde Nuevo Leon, se ensambló el Borg Ward 230 basado en el P100, considerado el auto más fino de Europa, y que tenía un precio mayor a los vehículos de lujo de BMW y Mercedes-Benz. También destacó como un auto 100% mexicano, cuyas 2,376 piezas en su mayoría eran de origen nacional, cuyo precio osciló en aquella época en $58,000 pesos. (4,600 Dólares) cuando un Galaxie costaba 6,000 dólares.

La decisión de establecer la industria en Escobedo obedeció, principalmente, al estímulo del gobierno estatal que otorgaría las mayores facilidades fiscales; la proximidad de importantes industrias siderúrgicas y conexas automotrices en las que ya se fabricaba buena cantidad de piezas; las adecuadas vías de comunicación, la carretera Mexico-Laredo, dos vías de ferrocarril y un buen clima laboral.

Fanasa se instaló en 60 hectáreas, en lo que hoy es Sisamex. La integración de la Borgward, por ejemplo, apuntaba a ser tres a cuatro veces mayor que otras plantas que operaban en el país. En esa fábrica, se elaborarían, completas, todas las partes del vehículo: los ejes, la transmisión, el diferencial y la carrocería. En esta última además se utilizaría casi en su totalidad lámina mexicana, lo que volvía confiable la proyección de que el porcentaje de piezas de fabricación nacional llegaría a 85% en unos cuantos años. El sueño era mayúsculo.

Para el proyecto, el trabajo fue arduo se deberían catalogar casi 44,000 kilos de planos, 34,000 dibujos de ingeniería o casi 7 1/2 millones de kilos de maquinaria, herramientas, guías y muebles. Todo esto, más las patentes en 72 países, les costó a ocho financieros mexicanos una suma de 100 millones de pesos -ó 12 millones de dólares.

Los accionistas encabezados por Don Gregorio Ramirez y la Familia Santos atravesaron por varios obstáculos, entre ellos la prohibición de la importación de diversos insumos, que tuvieron que fabricar con costos adicionales. La falta de una red de distribuidores, de agencias de servicios y de publicidad influyó para que el flamante proyecto sucumbiera en 1970, terminando asi una fase de la automotriz nacional y sus intentos.

Pero como el ave fénix, el auto resurge de las cenizas de Escobedo y en 2008, el nieto de Borg Ward, rescata la marca y al asociarse con empresarios chinos, logra lanzar en 2015 el BX7, una SUV conocida como el Buick Chino, que compite con las marcas europeas. La oferta para la India y Latinoamérica llegara en 2019.

De nueva cuenta podremos ver el Borg Ward en las calles de México y el resurgir del Fénix, así sea.

Compartir