¿Cuál perdón?, que corran a Gerardo Márquez

Una matanza y luego, un simple perdón oficial… ¿de quién se burlan estos cínicos?

Allende

Para acallar la Matanza de Allende  (sufrida, aniversario tras aniversario, como cruz del Moreirato), trajeron a Coahuila a la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero Dávila.

Pidieron un perdón “al Estado Mexicano” (nunca al estado de las cosas, de muerte y pobreza, de abandono institucional).

Solo les faltó llorar y así la obra de teatro, la burla de tantos muertos por la protección oficial al crimen (a cambio de sobornos), sería más dramática.

Pero no, no lloraron. Solo se avaló la sangría por la 4T (con Olga Sánchez) y se quiso lavar la conciencia de Los Moreira, Torres López y Riquelme (unos por culpables y otros por cómplices).

Asesinato migrante

Ponen a un policía como titular de la Comisión de Derechos Humanos para que defienda a los policías violadores en Coahuila.

Gerardo Márquez como fiscal general ordena a sus trogloditas GATES que repelan a los migrantes porque “Riquelme ya no les da abrazos mediáticos sino que ahora los persigue” y sus obedientes sicarios del gobierno, arremetan a tiros contra migrantes y sus familias.

Matan cuando menos a un hondureño a sangre fría (su pequeña hija vio todo, pudo haber muerto por las mismas balas asesinas de los Gates).

Luego, los mismos Gates le siembran un arma para justificar el asesinato, pretendiendo engañar a todos (pero Márquez sabia todo, lo había ordenado).

Pasan meses y nadie paga (fueron 5 policías los agresores a tiros y uno el asesino).

Por la presión de la ONU y otros organismos, fingen un arresto y se acabó.

Ahora el ex delegado de la fiscalía, con la cachucha de omdudsman de derechos humanos, finge autonomía y simula presionar al fiscal.

De mutuo acuerdo fingen “un perdón público y una beca familiar” por el asesinato del migrante (en próximos días).

Es una burla el juego de los ridículos e hipócritas perdones.

Debe renunciar Gerardo Márquez como fiscal y ser sometido a la justicia. El es el autor intelectual del asesinato.

Tantos casos

Los gritos ciudadanos se escuchan en todas las regiones del estado.

Los abusos, violaciones y actos sangrientos cometidos por las policías de Coahuila, nadie los detiene.

Como esas policías sirven al gobierno en muchos sucios asuntos y como sirven al crimen por encargo del gobierno, cuando cometen actos ilegales contra los ciudadanos, son protegidos de inmediato por sus jefes.

La degradación

En Coahuila no hay justicia.

La corrupción por la impunidad se apoderó de toda la clase política del Moreirato (son ya 14 años de crimen y corrupción).

El Poder Judicial es un nido de malvivientes, de sátrapas. Una escuela de corruptos. (Pocos, muy pocos se salvan).

El Poder Legislativo se compone de priistas cómplices y escogidos por su baja moral y nula ética. Hay también ahí priistas que llegaron por otros partidos y luego sacaron el cobre. Se completa con opositores agachados y conformados (nadie revisa, todo se autoriza como el gobernador dicta o los jefes del gobernador ordenan). Otra vez, poquititos se salvan de estas etiquetas.

El Poder Ejecutivo, desde Riquelme y para abajo, son todos de Moreira y Viggiano. Son todos cómplices y por eso tienen cargos ejecutivos, onerosos y “para hacer carreras políticas y seguir la estela del daño”.

La corrupción policíaca se explica por la podredumbre y el hedor a cloaca de todo el esquema judicial (fiscalía general, anticorrupción y etcétera). Es la peor parte de un todo criminal.

El mal olor percibido a kilómetros de distancia, es como un camino virtual que lleva a propios y extraños a encontrarse con una abominación llamada “gobierno del estado de Coahuila”.

Todo está manchado. Todo contaminado.

Renuncia no perdones

Gerardo Márquez (el corrupto fiscal) fue reclutado por Riquelme.

 Desde que, por la corrupta elección y el fraude electoral, Riquelme fue gobernador (para ser títere y solapador de Moreira), llamó a su “fiel bohemio y desalmado abogado lagunero”.

A Márquez lo nombró Rubén Moreira en su último año (a instancias de Miguel) y sigue ahí. Corrompido y corrompiendo.

Su renuncia por toda su cómplice actividad y por ordenar el asesinato del migrante y solapar las irregularidades, debe ser inmediata.

Que renuncien a Gerardo (es culpable).
Que se humille ante los deudos y luego…
Que “el gobierno le pida perdón por usarlo de vergonzoso Patiño”.

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