A las 19.00 hrs., del miércoles 19 de abril pasado, hubo una encerrona obligada por el IEC (Instituto Electoral de Coahuila, árbitro electoral), llamada “1er. Debate Político abril 2019” (no es falla mía el poner “2019” en vez de 2017, así postergaron la fecha en lapsus del escribiente). La sede fue el emblemático Museo del Desierto (MUDE).
Un evento cerrado, transmitido por YouTube, cuál instancia rentada para el efecto. Un público acotado: organizadores, producción, 7 invitados por cada uno de los 7 candidatos, pocos medios y algunos colados. La gran ausencia… la IP de Saltillo (cámaras y organismos empresariales), molesta con el IEC por ignorar sus propuestas y preguntas, (dejó varias filas de sillas vacías).
Una promoción casi nula y una organización deficiente. Una transmisión digital, “en vivo”, con cortes e interrupciones, recurrentes y hasta sospechosos. Una conducción titubeante y plagada de errores. Preguntas temáticas preconcebidas, con ausencia de asuntos torales como: deuda, finanzas, corrupción, impunidad, etc.
Los golpes no se hicieron esperar, fue desde el primer minuto usado para presentarse, que algunos pugilistas se dejaron caer contra sus rivales preferidos. Hay que decir que el común denominador fue pegarle sin piedad a Miguel Riquelme, (ser el delfín de Los Moreira y evadir los temas difíciles durante el “debate”, fue para Riquelme un eclipse de andanada).
Poco pudimos conocer a través del debate a los candidatos. Su lado humano, su preparación, sus ideas, el como sueñan a Coahuila, su visión financiera, política y social, su “forma de gobernar propuesta”, su proyecto de gobierno, no son cosas que el formato permitiera conocer ni fueron prioridades que, en sus tiempos, nos diera a conocer algún candidato. Cierto es que el señor Javier Guerrero tomó tiempo para propuestas y que desdeñó los ataques (más que el resto), pero en general la gran ausencia fue conocer propuestas de los candidatos. Un debate vacío de ellas, pero pletórico de ataques y promesas vanas (sin sustento de cómo cumplirlas).
No caeré en juicios parciales o apreciaciones sectarias al decir quién ganó o perdió (de entre los 7 candidatos, de partido e independientes). Sí diré que perdió la sociedad por ser tan pocos los que vimos el evento ante la falta de difusión del mismo, que perdimos los ciudadanos por no tener mayores elementos de juicio sobre quienes son los candidatos, que perdió el IEC porque desperdició una oportunidad cívica de información y de real debate de ideas y propuestas (acorde a su responsabilidad, y al presupuesto ejercido para ello.
Hay tantos ciudadanos votantes que, a 45 días de la elección, aún están indecisos (25% del padrón, según varios sondeos). Hay otros, que se inclinan por algún candidato, pero lo hacen por factores exógenos, mayores elementos les servirían para completar su análisis. Otros, que consideran completa su evaluación, al recibir mayores datos y conocimiento de los candidatos y de su idea de cómo enderezar este barco a pique llamado Coahuila, quizás varíen su intención de voto.
¡Un voto razonado, y útil, puede salvar a Coahuila!