La de Coahuila, fue por muchos años la única frontera blanca del país. Dos puertos, Piedras Negras y Acuña, dos pasos fronterizos distinguidos por su tranquilidad. La gente iba diariamente a trabajar, a comprar, o en tránsito por la unión americana. Pero llegaron los sexenios (continuados y nepóticos) del Moreirato y todo cambió.
A la par del sexenio de Humberto Moreira, llegaron los criminales y se asentaron. Matanzas en todos los municipios fronterizos (los directos y los aledaños, “Allende tiene memoria”), desaparecidos, y toda una serie de atrocidades, sucedieron en la otrora generosa y pacifica región. Las evidencias y testimonios cada vez son más escamosos y alarmantes. Todos vertidos en Texas, acá en Coahuila la justicia es cómplice, es tapadera y es una cloaca rebosante de inmundicia. En México, la justicia es nula, y ha solapado tanta barbaridad indecible, sucedida en Coahuila.
El Penal de Piedras Negras se sabe ahora que fue escenario de crímenes atroces. Fue oficina de un cártel por años, fue cede de laboratorios químicos, unos para elaborar estupefacientes y otros, para evaporar personas. Esto es horrendo, nos referimos a los hechos y nos referimos a la pasividad de la justicia: sorda y ciega. Aquella justicia que debió impartir el gobierno presidido por Felipe Calderón y esta que se niega a impartir el actual gobierno de Enrique Peña Nieto. Esa justicia convenenciera “a la Moreira”.
Los aviones y helicópteros del gobierno, prestos al servicio de la mafia. Las policías, brazos ejecutores.
Luego en este sexenio continuado, del otro hermano Moreira (Rubén), se tapa todo, se alargan las investigaciones y se oculta las evidencias, y claro, se sigue operando con los socios en el crimen. Texas, otra vez, destapa el mugrero. Se dejan salir a tantos reos, en disfrazada fuga (salieron a subir a los autobuses fletados por el gobierno, por la puerta de enfrente del Penal, casi 300 presos). Se sabe que fueron solicitados por el cártel particular de Los Moreira, ese que niegan, ese que les dio tantos ingresos negros, ese que les sigue dando.
La semana que concluyó (el 6 de julio), en nuevos autos en la audiencia pública en la Corte de Texas, miembros de ese cártel favorito, se desatan en contra de Los Moreira. Las acusaciones son fuertes. Ahora fueron contra ambos hermanos, contra ambos beneficiarios. Dejaron claro los pitarreos que trabajaron juntos con el gobierno y con Los hermanos Moreira, pero que luego les dieron la espalda y se cambiaron de marca (eran pareja y se fueron de golfos).
La inseguridad en Coahuila no se puede disminuir por que los malos pagan para trabajar (eso también quedó claro en las denuncias en Texas). Entonces, “se ha regalado” muchos millones de pesos a los soldados para que construyan cuarteles y militaricen el estado. Y lo extraño es que aun con ellos aquí, la criminalidad sigue operando libremente. Se sufragó uno incluso en Nuevo León
Recientemente la cosa se descompuso en la frontera de Coahuila. Volvieron los ejecutados, los descabezados, las amenazas y el piso. De hecho se extendió a toda la entidad: la desaparición de muchachitas, los asesinatos, los secuestres y los robos agravados. El ejército siguiendo órdenes, avisa que se encuartelarán, que La Marina se irá a cuidar el mar, y que la gendarmería suplirá a los soldados en todo el país. Que el mando único estatal deberá funcionar solo, al tomar a las policías municipales, y que ante emergencias llegaría la gendarmería. El re encuartelamiento de los militares, fue pactado desde su salida, en el sexenio pasado.
La frágil seguridad que el estado brinda está nulificada por los acuerdos financieros con el crimen. Por ello, urge al gobierno de Moreira que no se encuartelen los soldados. Desesperado Rubén, obliga al alcalde de Piedras Negras, Fernando Purón, que declare que las narco elecciones regresarán. Como nadie hace caso, le ordena que reitere que en su elección hubo dinero de los Zetas. Aun siendo este un delito grave que debe seguirse de oficio (ante la prueba máxima que es la declaración de culpabilidad), las procuradurías, estatal y General de la República, dejan correr la bola y solapan los hechos y dichos.
El corolario, para cerrar con broche de oro: TRAER AL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA y hacer un desfile aéreo y terrestre, con la milicia danzando sobre el “Panteón de la Ignominia” que es hoy Piedras Negras. No llegó el presidente al desfile. Llega a media mañana para inaugurar el cuartel militar (no hay una sola fotografía oficial del hecho, a las 12.45 horas). Con su presencia, parece hacer el juego a Moreira, y avalar los eventos que han puesto a Piedras Negras en la historia negra de la nación.
¡Viva México cabrones!
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