2024: Elecciones en México y el mundo

Se estima que la población mundial ronde los 8,100 millones en 2024. De esos, 4,800 millones en Asia, 1,500 millones en África, poco más de 1,000 millones en América y el Caribe, unos 740 millones en Europa y cerca de 46 millones en Oceanía.

De ese total quitemos a China (1,400 millones), donde solo hay un partido y donde a lo más que llega el sistema “democrático” es a que el ciudadano elija a representantes para pueblos, distritos y condados. Sin quitar a otros países que pudieran no tener elecciones medianamente libres o realistas (Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Arabia Saudita, por ejemplo), estamos hablando de un universo de unos 6,700 millones que pudieran tener un proceso de elecciones (con distintos niveles de libertad o legitimidad). Bueno, de acuerdo con un análisis de @AgatheDemaris, del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR), en 2024 habrá elecciones a nivel nacional (en muchos casos para presidente) en 76 países que en su conjunto suman una población de 4,200 millones. Es decir, más de la mitad de la población del mundo tendrá elecciones relevantes en 2024 y dos de cada tres personas en el mundo (si excluimos a China) verá elecciones significativas en su país.

No quiero alarmar a nadie, pero es importante tener en cuenta que se viene un año cargado con bastante pólvora y chispas que pudieran generar un ambiente geopolítico como pocas veces se ha visto antes a nivel global. En México parece que tenemos la opción de seguir con más de lo mismo de hoy o más de lo mismo de antes. Se percibe al país como un barco con las velas desgarradas, el timón entre quebrado y atorado para hacernos navegar en círculos, los oficiales a cargo como porristas del capitán y amplias zonas de la embarcación copadas por piratas (crimen organizado). La alternativa, nos insisten, es no cambiar mucho, solo al capitán y los oficiales, la hoja de ruta parece la misma y difícilmente alguien se interesará en remendar las velas o ajustar el timón… ¿para qué? Claramente quienes mandaron en el pasado y quienes mandan hoy no parecen haber visto un espejo en mucho tiempo o tal vez el que tienen está encantado como aquel del cuento. Pero los riesgos (u oportunidades) no solo vienen en México, entre esos países que tendrán elecciones relevantes en 2024 se encuentran Estados Unidos, India, Rusia, Paquistán, la Unión Europea, Irán, más aquellos que pudieran tener crisis constitucionales o elecciones anticipadas (Reino Unido ha tenido 4 primeros ministros desde 2019, por ejemplo).

Así, para fines de 2024 sabremos si regresa Trump (muy poco probable que Biden sea reelecto y es posible que decida buscar un candidato más fuerte -y joven-), pero entre hoy y noviembre del próximo año, México, la frontera, la migración, el comercio, el nearshoring, serán una de las piñatas más socorridas por las campañas de demócratas y republicanos y es importante ver si tenemos, de este lado, un liderazgo adecuado para defender y representar a México ante la opinión pública americana, pero más importante, ante la opinión pública nacional y poder tener un plan que sea más que el toque de bola o el pase lateral.

¿Qué pudiera salir bien (o mal) de estos procesos electorales alrededor del mundo? Difícil esperar que todo salga bien, pero deberíamos también esperar que haya sorpresas positivas. Como decíamos antes, habrá mucha pólvora y las chispas estarán (ya están) saltando y solo se necesita que una caiga en el momento y lugar equivocados para descarrilar el de por sí frágil estado de salud de las relaciones internacionales, y detonar la excesiva y preocupante polarización (que no es exclusiva de México) y el surgimiento de perfiles nocivos que se alinearían alrededor de los ya existentes (y potenciales) conflictos que aquejan al mundo: conflicto en Medio Oriente; migración y refugiados en todo el mundo; conflicto en Ucrania; nacionalismo rancio en el país que se suponía era el adulto responsable; posible sucesión (dada su avanzada edad) del Ayatola Khamenei en Irán, Abbas en Palestina, el rey de Arabia Saudita y el Papa en el Vaticano.

Habrá de todo en el ambiente electoral mundial durante 2024. Por lo pronto, a los mexicanos nos toca enfocarnos en nuestro proceso (no hay nada que podamos hacer sobre otros países), en participar desde antes de la elección para buscar moldear las ideas, candidaturas y proyectos que nos convienen, aunque parezcan destinados a repetir la historia. Si nos quedamos sin voz, con los brazos cruzados y resignados a que la suerte ya está echada, no podremos estar decepcionados de seguir con más de lo mismo de los últimos 5 o 40 años, con el barco navegando en círculos, semi a la deriva y comandado por una tripulación sin capacidad y por piratas que seguirán tomando tanto espacio como esa tripulación les deje.

Apuntemos más alto, exijamos rumbo, remendemos las velas y reparemos el timón. No podemos dejar que el agua se siga acumulando dentro del barco y esperar un motín.

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