Como le informó oportunamente ColumnasdeMexico.com, con una publicación de #UltimaHora , ayer por la tarde se presentó un siniestro que hasta estos momentos no se sabe al cien por ciento hasta onde llegará su magnitud.
Por todavía causa desconocida, el viernes se incendió la Sierra de Arteaga, arrasando con el bosque y pastizales, de ese ícono de identidad de los habitantes de la Región Sureste: La emblemática Sierra de Zapalinamé. Específicamente en el Ejido “EL DIAMANTE” y la colindancia con “SIERRA HERMOSA”, en donde se enclava un fraccionamiento privado, con cabañas de lujo y donde habitan empresarios extranjeros que laboran en los Parques Industriales de Arteaga, del sur y norte de Saltillo.
Brigadistas de Protección, del estado y del municipio, combaten el incendio, el cual sigue dejando destrucción a su paso. Ha trascendido que no han solicitado ayuda de los municipios vecinos (Saltillo, Parras y Ramos Arizpe), ni a la ciudadanía de la región.
El equipo de brigadistas esta conformado por 101 personas que creemos no son suficientes para terminar rápidamente con tan enorme catástrofe.
Olga Rumayor, Subsecretaria de Medio Ambiente del Estado, proporciono a ColumnasdeMexico.com la siguiente información sobre el tema:
“Hasta el momento se ha erradicado el 60 por ciento del incendio. Los daños al Sitio cubren aproximadamente 170 hectáreas, comenzando desde la parte con menos altitud de la Sierra y ascendiendo”.
“Es imposible en estos momentos utilizar helicópteros para apagar la Sierra, hay mucho viento. Ayer unos helicópteros sobrevolaban la zona para cuantificar los daños y tuvieron que retroceder por la misma cuestión.” Mencionó Olga Rumayor.
Difieren
Por otra parte, existen lugareños que aseguran que el incendio pudo llegar a devastar hasta 350 hectáreas y que no se ha controlado tanto porcentaje del siniestro. Que no hay apoyo suficiente ni coordinación efectiva.
¿Para qué compró el gobierno del estado un tercer helicóptero si no los usa para estas emergencias, no queremos pensar en que usos los traiga? Dijeron empresarios entrevistados y que por miedo a represalias, pidieron omitir sus nombres.
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