En octubre de 2011, tras varias semanas de intensa actividad sísmica bajo la isla canaria de El Hierro, se produjo una erupción volcánica submarina junto a sus costas. Diez años después, el escenario volcánico parece repetirse en la isla vecina de La Palma. En los últimos días se han registrado allí más de 4.200 pequeños seísmos y una deformación del terreno que indica que hay magma inquieto bajo el suelo.
El equipo de expertos que vigila la evolución de este fenómeno no descarta que ese magma pueda terminar provocando una erupción volcánica en superficie en los próximos días o semanas: el proceso se ha intensificado, pero no hay señales claras de una erupción inminente. Las autoridades elevaron el martes a amarillo la alerta por riesgo volcánico.
“No podemos hacer un pronóstico a corto plazo”, advierte María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, “pero todo indica que evolucionará a terremotos de magnitudes mayores y que serán de más intensidad y sentidos por la población”.
La Palma vivió su última erupción hace cinco décadas, cuando el volcán Teneguía expulsó lava durante más de tres semanas tras abrirse una brecha en la zona sur de la isla en octubre de 1971. El subsuelo de La Palma había permanecido dormido hasta 2017, cuando comenzó una actividad sísmica que se ha disparado en los últimos días. Esta repetición constante de pequeños seísmos, llamada enjambre, se localiza a pocos kilómetros del Teneguía, en la zona de Cumbre Vieja, al suroeste de la isla.
Y lo más importante: los indicadores muestran que los terremotos avanzan hacia la superficie. Los primeros movimientos rompían a más de 20 kilómetros de profundidad y el miércoles se ubicaban alrededor de los 6 y 8 kilómetros, con 20 movimientos de escasa magnitud a menos de tres kilómetros de profundidad.
Los sismos se acercan a la superficie
Se han detectado al menos 27 terremotos a poca profundidad
Blanco asegura que el fenómeno es “muy energético” comparado con la situación que se vivió hace 10 años en El Hierro: los movimientos telúricos bajo La Palma han liberado en tres días tanta energía como la que se liberó durante semanas en la isla vecina en 2011. No obstante, la vulcanóloga cree que todavía falta proceso por recorrer antes de que se produzca una erupción: “Por eso decimos que no creemos que haya un desenlace inminente”.
Intensidad de los temblores
Por este motivo, el comité científico del Plan de Prevención del Riesgo Volcánico en Canarias (Pevolca) decidió elevar el martes el riesgo volcánico en esa región de La Palma al nivel amarillo (el semáforo consta de nivel verde, amarillo, naranja y rojo). Las autoridades pidieron calma, pero también que estén alerta, a los vecinos de los municipios afectados por esta alerta: Fuencaliente, Los Llanos de Aridane, El Paso y Mazo. En la reunión del Pevolca del miércoles se decidió mantener el nivel en amarillo, aunque el comité advirtió de que “es esperable que ocurran terremotos sentidos de mayor intensidad”.
Para este especialista, la situación está evolucionando “muy rápidamente”, mucho más rápido que en El Hierro en 2011, cuando se estuvieron produciendo enjambres sísmicos durante semanas hasta que se produjo la erupción del volcán submarino Tagoro.