Refrán popular de origen español, extendido en América, que se refiere a aquellas personas que suelen sacar provecho de las situaciones de caos o desorden.
El refrán, en este sentido, hace referencia a una situación real: cuando las aguas de un río se encuentran revueltas es cuando más pesca se puede sacar. Así es como, traza un paralelismo con los momentos de confusión, cambios o desavenencias, de los cuales hay personas que tienden a aprovecharse. Es evidente que el Coronavirus trae de cabeza a moros y cristianos, este virus ha derrumbado todos los paradigmas en los que la comunidad mundial está basada; la ciencia está perdiendo la batalla, las opiniones en torno a la cura de la enfermedad que este virus provoca cambian día con día y los remedios van desde gárgaras con solución salina hasta un medicamento de uso veterinario que aparentemente ayuda con los síntomas; otro paradigma que está cambiando es el religioso, sus acciones se cotizan a la baja después de haber salido a la luz pública una gran cantidad de casos de pederastia y pierde más aún la credibilidad entre sus fieles cuando, después de haber destinado cuantiosos recursos para esconder y defender esa realidad, ahora no hay recursos para ayudar con la pandemia que envolvió el mismo seno en donde se encuentra su sede; en el paradigma económico se evidenciaron las consecuencias de un sistema que cambió la producción y los servicios de la Avenida Principal (Main Street) por el de la Avenida del Juego (Wall Street) en donde reina, de manera despiadada y en muchos casos criminal, generación de ganancias virtuales mediante la especulación con nula contribución positiva, generando crisis cíclicas en perjuicio de la sociedad mundial. El cuarto paradigma que se ha visto afectado es el referente al gobierno; republicanos, demócratas, de izquierda o de derecha, todos los sistemas de gobierno del mundo se han visto rebasados en sus políticas internas y en sus sistemas vitales de asistencia social; salieron a flote las fallas y limitaciones consecuentes a las erróneas políticas en los sistemas de salud, público y privados, así como en sus protocolos de respuesta en situaciones de crisis.
La mayoría de los países afectados desarrollaron medidas económicas para salvaguardar sus respectivas economías; en los países en donde existen sistemas públicos más eficientes, los gobiernos pueden ofrecer ayuda en especie de manera directa; son aquellas naciones que cuentan entre sus activos nacionales con sólidas empresas de energía, agua y saneamiento, educación y salud las que pueden ofrecer bajar o eliminar las tarifas del servicios públicos, porque son dueños, controlan los sectores vitales para su sociedad y pueden absorber el costo del apoyo de manera directa; pueden mandar a sus estudiantes a casa sin preocuparse si el personal docente sabe o no manejar las plataformas virtuales de enseñanza; así mismo protege la economía de sus habitantes cuando no hay necesidad de gastar en seguros de gastos médicos debido a que cuenta con un sistema de salud eficiente, la principal preocupación del estado sería la de ampliar la capacidad de atención de sus centros médicos. Esos países tendrían que ser creativos en la manera en cómo asisten a sus habitantes para compensar la falta de ingresos por no poder estar en condiciones de ir a trabajar. Los países en donde sus sectores vitales no tienen la solides requerida, tendrán que incurrir en otro tipo de acciones para sobrellevar la crisis económica que enfrentan.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
En tiempos de crisis es cuando se conoce la verdadera esencia del ser humano; la mayoría de la gente echó a andar su creatividad para generar el mayor ingreso posible durante este periodo de encierro voluntario. Algunos se pusieron a confeccionar mascarillas de protección, otros ofrecen sus servicios en línea, los restaurantes idearon sistemas de comida para llevar; a la medida de sus posibilidades, quien pudo y quiso, encontró un ingreso alternativo a su ocupación normal. Sin embargo, la mayoría de la población del mundo se ha quedado sin trabajar, algunos con salarios recortados, otros sin salario y otros sin empleo. La globalización, la interdependencia de los mercados en el mundo, ha puesto en evidencia la falta de apoyo a las economías regionales de cada país; la crisis comenzó en China, primer país que paraliza su industria para protegerse del virus, afecta a toda las economías que dependen de los componentes que se fabrican es ese país; de allí le siguió Europa cerrando sus fábricas y dejando de abastecer a sus clientes de todo el mundo; luego siguió el continente americano, en donde no solo se fabrica, sino alberga al comprador más grande del mundo, los Estados Unidos, que ahora no trae dinero para comprar, puesto que sus compulsivos compradores no están de vacaciones forzosas. La población del vecino país del norte, se encuentra en calma aparente debido al potencial de endeudamiento que existe en ese país; me refiero a calma aparente porque la población se está armando hasta los dientes para cuando el crédito se les agote y empiecen los disturbios, poder defenderse. No estoy hablando de desabasto en los supermercados, me refiero a la falta de dinero, en efectivo o plástico, para adquirir los víveres. En México, como en los Estados Unidos, se han preparado paquetes de ayuda económica para los sectores más vulnerables o para los sectores vitales de cada país. Es allí en donde empiezan las diferencias.
Estados Unidos propone a su congreso que autorice un paquete de ayuda de 2 millones de millones de dólares (ellos le llaman 2 trillones) como rescate económico debido a la pandemia.
¡Qué empiecen los Juegos del Hambre!
En el destino de los recursos descubriremos las diferentes capas sociales de ese país. Recordemos que en la Unión Americana la corrupción es legal desde el 2010 cuando la Suprema Corte falló a favor en favor de las corporaciones para que gasten dinero en campañas políticas como cualquier ciudadano, al final de cuentas son “personas morales”, iniciando la era de los “cabilderos”. El sector cabildero gasta $3.4 mil millones de dólares al año en apoyos a los funcionarios públicos que simpaticen con sus intereses; como ese dinero es considerado como gasto no deducible de impuestos, ya se podrán imaginar para quién trabaja el Congreso o el presidente de los Estados Unidos, después de todo, las corporaciones, deben recuperar su dinero de alguna forma. ¡Qué tiempo más conveniente para presentar iniciativas de ley que en estos tiempos en donde la población está distraída con crisis, como lo es ahora con la pandemia del coronavirus! En los estados americanos de Kentucky, Dakota del Sur y Virginia del Este se hayan emitido, discretamente, leyes criminalizando cualquier protesta contra compañías explotadoras de combustible fósil, en otras palabras, si se contamina el agua de tu comunidad o un oleoducto pasa por tu colonia, reclamas y te sancionan. Otro ejemplo es la petición que hacen los cabilderos en que se incluya dentro del “paquete de estímulos fiscales” la reducción o eliminación del Impuesto Sobre Nómina; en la USA no tienen un sistema como el IMSS, allá el dinero de ISN es destinado para la Seguridad Social (pensiones, beneficios para desempleo, estampillas de comida, guarderías públicas, etc.) provocando la quiebra del sistema, para que luego llegue alguna empresa privada ofreciendo un seguro o fianza para el empleado. La diferencia es que con el impuesto el dinero llega al gobierno y es un beneficio directo para el trabajador y cuando ese mismo empleado tiene que comprar un seguro o fianza, pagado por el trabajador a precios mucho más caro que lo que costaba el impuesto al patrón. ¿Sabían que, si un patrón americano ofrece un seguro de gastos médicos y al trabajador no le es conveniente el costo, si el trabajador encontrara uno más accesible, el trabajador, por ley tiene que pagar la diferencia en su declaración anual de impuestos por el simple hecho de que su patrón ya lo ofrece y ese descuento es considerado como un ingreso? ¡Ridículo!
Bueno, eso es lo que se hace en “lo oscurito”; a plena luz del día los recursos se van para el apoyo de hospitales privados que, en lugar de curar, perpetúan la enfermedad hasta donde tope el seguro o la solvencia económica del paciente; los bancos recibirán dinero gratis para prestar con su correspondiente interés, las aerolíneas recibirán su pedazo del pastel; la pequeña y mediana industria (empresas con 500 empleados o menos) recibirán acceso a créditos baratos, y si califican, posiblemente a fondo perdido; el resto de la población recibirá un incentivo económico a su cuenta de Impuestos. Las personas de entre 18 y 30 años, no tienen ningún beneficio, si no pueden mantenerse, es mejor que se vayan a vivir con sus padres o suegros.
En México los grandes empresarios piden que se les rescate bajo la bandera que las pequeñas y medianas industrias van a perecer y mucha gente se quedará sin trabajo; el reclamo lo hacen como si en sus Consejos Empresariales ese sector tuviera voz propia y poniéndose al nivel como si sus grandes empresas fueran pequeñas y con problemas de liquidez. ¡La gran fraternidad empresarial!
La reactivación económica en México se llevará a cabo con un paquete de ayuda federal de 1 billón y medio de pesos, de los cuales 580 mil millones se destinan para apoyar la liquidez de las micros, pequeñas y medianas empresas con refinanciamientos y reestructuración de sus créditos, apoyos directos a capital de trabajo, a enfrentar caídas de ingresos, estabilización de la baja temporal de ventas, cobertura de deudas por emergencia sanitaria, seguros de ingresos, sustitución de garantías, generación de nueva cartera de clientes, desinversión de empresas afectadas, reconfiguración industrial, ampliación del mercado interno, producción de nuevos bienes y prestación de servicios, mejora continua, innovaciones tecnológicas y diversificación del mercado externo, entre muchas otras. Todo lo anterior mediante la banca de desarrollo y como canal la banca privada, quienes tendrán sus clientes cautivos. El resto de los recursos se destinarán, como en los EE. UU., para el equipamiento del sistema de salud público, incluyendo la terminación de 72 centros de salud y hospitales que estaban inconclusos.
Es importante que se entienda que cada peso que proviene de los impuestos debe ser destinado en ayudar a proporcionar ingresos a las personas durante esta emergencia, brindar asistencia médica si las personas lo necesitan y obtener suministros críticos, como ventiladores y cubrebocas, para los hospitales. ¡No hay lugar para grandes rescates! Esta no es una recesión típica, la crisis económica es el resultado de una crisis de salud pública sin precedentes; desde hace muchos años, por el motivo que más le guste, se ha dejado a la deriva el sistema de salud pública el cual es ahora ineficiente. La opinión pública necesita entender que este es un gigantesco juego de extorsión; las empresas dicen “si no me pagan, voy a despedir a todos mis trabajadores y cerrar la economía”. Las verdaderas cartas del juego están escondidas, no hay opción, en este juego la economía tiene que cerrarse porque es la forma de frenar la propagación del coronavirus, no por otra cosa.
Las grandes corporaciones están acostumbradas, en México y en los Estados Unidos, a que, si se meten en problemas, el gobierno tiene que rescatarlas, no importa si el problema es por causa externa o de una contabilidad “creativa”. Sin embargo, cuando un microempresario tiene una mala temporada, cuando a un agricultor se le echa a perder la cosecha o el precio de mercado está por debajo de su punto de equilibrio, el dueño de la empresa la saca a flote, con recursos propios o baja la mirada y se levanta de la mesa de juego. ¡Ahora es cuando las microempresas, las personas físicas con actividad empresarial y los trabajadores sean escuchados y atendidos!
“La oposición, ahora, son los dueños de las Pymes; les están calentando la cabeza Carlos Salazar (y sus aliados)”. C.D.C.G.
Es necesario que el presidente tenga una comunicación clara y directa con los habitantes de México, las “mañaneras” no dan confianza a un público que se deja dominar por los “Noticias Falsas” y “Memes” que lee en las redes sociales, creyendo que son la realidad. El mensaje que se dio por la tarde del domingo 6 de abril, ni se mencionaron a las Pymes, sólo se informó que “No habrá apoyos para las empresas durante esta contingencia”, frase que cayó como balde de agua fría en el sector que ha sido ignorado y ha tenido que “rascarse con sus propias uñas” por más 30 años, viendo que la macroeconomía era la que importaba y recibía toda la atención. Ese balde de agua fría fue rápidamente capitalizado por los mercenarios de la crisis, convirtiéndola en un caldo de cultivo para intensificar su chantaje, utilizando la ira de los microempresarios quienes, hasta el martes 8 de abril, conocen el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo. Tardó lo que dura un domingo, un lunes y un martes, para que el sector privado aprovechara para que todos pidieran la cabeza del presidente.
El programa es acertado, como lo es la decisión de no contratar deuda internacional. Esperemos que las reglas de operación estén claras para la solicitud y entrega de esos recursos, también esperemos que los organismos encargados de su ejecución no se vean saboteados por gente que está creando una imagen falsa de la realidad. El gran peligro no es que la bolsa caiga, inevitablemente vamos a entrar en una fuerte recesión, esas son las consecuencias de la pandemia; las grandes empresas seguirán teniendo su capital, sus equipos y su propiedad intelectual; una vez que superemos esta crisis de salud pública, todas sus acciones valdrán en el mercado lo que valían el año pasado; ellos estarán a salvo, sólo están negociando como cuando un bebé quiere más biberón. Quien tenga o haya tenido hijos saben que los bebés son los seres más tiranos del mundo para sus propios intereses.
Es tiempo de unidad y de cuidarnos entre todos, cada uno sabe lo que tiene que hacer para su beneficio. Tal sonara muy importante cuando UN gran empresario invierte y crea 60,000 empleos directos; es más impresionante cuando 60,000 microempresarios contribuyen directamente en el impulso y bienestar de por lo menos 60,000 familias, más sus empleados. Los microempresarios son la base de cualquier economía. ¡Qué estén bien!
TODO COMIENZA EN UNO.
OS