La humillación y el sobajamiento son formas de tortura pasiva, consecuencia de la violación de los Derechos Humanos. Se evidencian en el acoso social, económico, laboral y cultural.
La humillación, el sobajamiento a un ser humano supone cualesquiera y todo acto y acción que denigre públicamente a dicho ser humano. Denigración que se extiende hasta caracterizar su vida privada y familiar, así al interior como al exterior del hogar.
Las legislaciones europeas fincan sanciones para este tipo de violencia y tortura pasivas. En México respiramos y convivimos con tal violencia y tortura de manera sistémica, misma que implica la humillación y sobajamiento de millones de conciudadanos que día y noche -de por vida- son denigrados públicamente en base a su estatu socioeconómico y cultural; condición impuesta por las políticas y acciones del Estado: la Presidencia, gobiernos estatales y municipales, así como las instituciones oficiales de la estructura gubernamental; mismos aquéllos y éstas que en los respectivos turnos las mantienen (piénsese por ejemplo en la política del salario mínimo; en la coacción sindical; en la falta de fuentes de trabajo; en la constante organizada depredación ciudadana vía impuestos y gravámenes; en las dificultades de un lado y en la negación por otro, de oportunidades para la vida y vivir dignos; en el contubernio Estado, Empresas, Delincuencia; en la sistémica violación de los Derechos y Garantías Constitucionales así como en la de los Derechos Humanos…). Condición oprobiosa que impuesta por el Estado desde el alemanismo con su corrupción, ha venido ahondando hasta llegar a ser insostenible para hoy. El retroceso de la población, mayoritariamente, hacia la servidumbre de centurias pasadas es irrefutable.
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Hablar del niño de las canicas es figura retórica por no decir crío jodido.
Lo conocí siendo feto. Su madre, abuelo y dos tíos trabajan mi jardincillo de vez en vez. El huerco mamó leche flaca; empezó a gatear; luego a iniciar tambaleantes pininos. Rostro pequeñajo, cetrino, mirar inexpresivo pero con innato tinte melancólico y adusto; inmóviles casi y con acuoso brillo enfermizo. Vino al mundo asentando en la tierra pelona entre polvo seco; levantando apenas un palmo la cabecita ceniza y faz verdosa, pasa el tiempo ahí: nada más hay. Ahí respira su desnutrición y parasitosis; ahí va tirando en lo que se supone crecer. Juega, revuelca, traga polvo. ¿Ágatas, canicas?… Nada.
Esta criatura jamás conocerá verdes, cuidados y frescos prados donde caballeros mexicanos juegan lanzando pelotitas. Mmm Poderoso Caballero es Don Dinero. Este crío sin saberlo, aprenderá que sólo la tocaron las feas; esas cosas tan ciertas como los nombres que las indican: humillación, sobajamiento, menosprecio y desprecio; vivirá con el desdoro untado al pellejo y será por siempre objeto del pisoteo de terceros.
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Un día partí un plátano y le ofrecí la mitad.
-No. No; sí se lo come entero. -Dijo apresurado el abuelo. En otra ocasión le tendí unas saladitas. El crío, sin expresión, dio en buscar y rebuscar algo en mí con su menuda mano derecha. ¿Qué hace; qué querrá?, pensé intrigada y confusa; la mano ansiosa hurgaba sobre mi brazo y muñeca. Parecía poseído, acezante en su torpe búsqueda. De pronto dio con mi mano, la tomó, llevó a su boca y me la besó, mientras buscaba mis ojos con súplica y sumisión. Acto de auto-sometimiento desde infante. Quedé fría.
Me sentí mierda. Y todo el día de la chingada. ¿Hablar de carritos para golf? ¿de verdes greenes… Por favor!…
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La foto de Angélica Rivera en su página y difundida en las redes sociales por la Presidencia, cuando entregaba limosnas desde el DIF de Chetumal a una multitud; en la cual una discapacitada le besaba la mano circuló en esa primera página oficial de la vedette hoy prima donna.
P.D. Quintana Roo es otra entidad federal saqueada por su Gobernador Roberto Borge (2011/2016) nepote de su tío el exgobernador quintanarroense Miguel Borge Martín (1987/1993).
Beto Borge -llamado así por P.N.- pertenece a la camada de la nueva generación de jóvenes priístas, alabada por E.Peña Nieto.
El gobernador priista Borge robó desde su puesto varios miles de millones de pesos.