¿QUE SIENTE UNA MADRE O PADRE AL PERDER A SU HIJO?
La muerte de un hijo implica no sólo la pérdida de su presencia física sino también de los sueños y proyectos que tenías en mente
CONSEJOS DEL PADRE MATEO PARA PADRES EN DUELO.
¿CÓMO IMPACTA LA MUERTE DE UN HIJO EN LA PAREJA?
La pérdida de un hijo implica una crisis vital en los padres en duelo que ocasiona fricciones en la pareja. La muerte de un hijo obliga a los padres a readaptarse a una nueva realidad que se muestra cruel e ilógica. Por lo tanto, el duelo es un trabajo emocionalmente exigente… debemos llegar a un acuerdo con el hecho de que nuestro hijo está muerto y construir una nueva vida en la que el niño no vive físicamente pero que, a pesar de ello, por siempre estará presente en cada recuerdo, en cada latido de nuestro corazón.
La identidad personal de cada uno de los padres en relación a su hijo ha cambiado así como también su comportamiento y estilo de vida. Junto con esta pérdida se ha desvanecido una parte de su futuro, de sus sueños y de su identidad por lo que los invade una gran sensación de remordimiento, impotencia y culpa por no haber podido proteger a su hijo de la muerte. Por lo tanto, la pérdida de un hijo rompe con el equilibrio familiar que tenías hasta ahora… repentinamente tú ya no eres el mismo y tu pareja tampoco. Te vuelves notablemente más impaciente y cada pequeño error se convierte en una oportunidad para liberar el enojo y la impotencia que te ha invadido desde la pérdida de tu hijo. Inclusive es posible que tiendas a insistir o magnificar aquellos aspectos desagradables de tu pareja sin prestar atención a sus actitudes positivas.
Los padres tienen una gran necesidad de saber por qué su hijo murió, ¿a quién o qué le pueden atribuir esta pérdida?
Una de las situaciones más complejas que puede existir es cuando los cónyuges se culpan mutuamente por la muerte y/o cuando uno de ellos se siente personalmente responsable. En este caso, es esencial que el matrimonio busque asistencia terapéutica. Esto puede verse aún más profundizado en el caso de factores más específicos como, por ejemplo, cuando culpas a tu cónyuge por esta pérdida debido a que él era el conductor en un accidente de coche en el que tu hijo falleció, cuando hay culpas mutuas por no haber podido advertir las señales de alerta en caso de que haya sido un suicidio o bien cuando ya los problemas maritales que había con anterioridad a esta muerte vuelven a surgir con mayor fuerza. Inclusive, aún cuando nuestra pareja no podría haber hecho nada para evitar esta pérdida, podemos culparlo por lo sucedido debido a la impotencia, el enojo y el dolor que nos abruma generando un fuerte impacto en el vínculo amoroso que hasta ahora los unía.
Al duelo que estás atravesando se le añade un enorme desafío: conocerse de nuevo con tu pareja en la experiencia más dolorosa de la vida.
En este sentido, la relación amorosa podrá cambiar de dos maneras:
1. Se encontrarán tan distintos que no saben cómo relacionarse entre sí por lo que deciden poner fin al matrimonio o
2. Lograrán fortalecer la pareja luego de haber desandado juntos este camino emocionalmente tan exigente.
Es que el dolor causa estragos hasta en nuestras fibras más íntimas obligándonos a hacer un enorme esfuerzo para preservar las relaciones con los demás en un momento en el que no tenemos energías para siquiera levantarnos de la cama. Por eso la honestidad así como la predisposición a la comunicación entre los miembros del matrimonio es esencial para mantener este vínculo en tiempos de crisis.
En este sentido, la muerte de un hijo puede hacer aflorar los siguientes conflictos en la pareja:
• Distancia Emocional. Desde niños escuchamos decir que “los hombres no lloran” o que “llorar es para débiles” por lo que la sociedad impone para cada género las formas socialmente válidas en las que pueden expresar su dolor.
Los hombres tienden a asumir el rol de sostenedor de la familia por lo que tienden a ocultar sus emociones en público mientras que se centran en el trabajo y el mantenimiento del hogar. Por otro lado, las mujeres manifiestan deseos de hablar sobre su dolor y suelen expresar sus emociones públicamente con amigos y/o familiares por lo que suelen sentirse desconectadas de su pareja debido a su ausencia de expresión emocional. Evita los comentarios sarcásticos, acusaciones perjudiciales y el distanciamiento emocional si tu pareja no actúa como lo esperabas. Te sugiero leer este artículo al respecto: “Diferencias entre hombres y mujeres al afrontar la pérdida de un hijo”.
• Crianza de los Hijos. Luego de la pérdida de un hijo, los padres se muestran sobreprotectores de los hijos sobrevivientes frente a un mundo que ha demostrado estar repletos de peligros.
Es que es usual que sientan que no han podido cumplir con su rol protector con el hijo fallecido haciendo surgir una multiplicidad de culpas y temores que pueden resumirse en esta pregunta: “¿Si ya me ha sucedido una vez quién me asegura que no sufriré la pérdida de otro hijo?”. En este sentido, es posible que surgan conflictos entre los miembros de la pareja respecto a esta conducta… hay quienes creerán que es necesario liberar a los niños de estos temores y no coartarlos en su libertad mientras que otros pensarán que hay que extremar las medidas de cuidado preocupándose a cada minuto acerca de dónde están y qué están haciendo.
• Socialización. Muchas parejas suelen mostrar conflictos debido a que uno de sus miembros está preparado para participar de actividades sociales antes que el otro.
No comprenden cómo es posible que puedan reírse, reunirse con amigos o disfrutar de una actividad al aire libre cuando su hijo ha fallecido. Recuerda que no es posible evaluar el proceso de duelo de tu cónyuge tomando como referencia tu propio estilo de afrontamiento. Es importante mantener una comunicación abierta en la que los padres puedan expresar que nunca van a olvidar a su hijo por más que tengan estos espacios de distracción o disfrute.
• Relaciones Sexuales. Durante el proceso de duelo se produce una disminución del deseo sexual por lo que la relación íntima de los padres se verá alterada por un tiempo prolongado. Las caricias y los abrazos decrecen notablemente.
Es que al fuerte estrés físico y emocional padecido se le añade la culpa de experimentar placer. Es necesario no presionar a la pareja para tener este encuentro íntimo y esperar hasta que ambos se sientan preparados. Hablar abiertamente al respecto los ayudará no sólo a entender cómo el otro se está sintiendo sino también a tenerse paciencia mutua para encontrar nuevamente en el sexo un espacio de amor, disfrute y cuidado.
Al impacto personal y familiar que origina esta pérdida se añade el hecho de que no hay dos personas que se lamenten de la misma, aún cuando ambos padres están llorando por la misma pérdida… hay quienes expresan sus emociones mientras que otros suelen reservar estos sentimientos para cuando están solos.
Habrá días en que sentirás una leve mejoría pero tu pareja tendrá un día de intenso dolor o viceversa. Hay quienes verán en la mudanza de la casa un modo de escapar a los recuerdos mientras que otros verán esta medida como innecesaria para esta etapa emocionalmente exigente que atraviesa la familia.
Es que las expectativas culturales y sociales así como también los roles familiares afectan a cómo los padres se lamentan así como el modo que tienen para elaborar esta pérdida. Los hombres mostrarán un mayor control de sus emociones bajo la creencia de que deben ser personas “fuertes” para hacerse cargo de la familia encontrando en el trabajo un modo de escapar de la tristeza. Sin embargo, las mujeres suelen mostrarse más propensas a expresar su dolor, a enfrentar estos recuerdos y a llorar públicamente por este dolor abrumador que las embarga. Entonces inmediatamente un pensamiento viene a tu mente “¿Qué es lo que le sucede, no le duele la pérdida de nuestro hijo?” .
Estas diferencias en el duelo pueden causar dificultades en la relación en un momento en el que precisamente más necesitan el apoyo mutuo. Entonces algunos hombres pueden creer que su pareja no está haciendo su duelo correctamente porque suelen “sobre-reaccionar” en este proceso mientras que algunas mujeres pueden pensar que este dolor más hacia adentro y menos observable que tiene su pareja significa que no amaba al hijo fallecido.
Por supuesto, esto no quiere decir que la mayoría de los matrimonios terminan indefectiblemente en separación… algunas parejas empeoran debido al surgimiento de conflictos preexistentes, otros matrimonios se fortalecen y encuentran un nuevo significado a su vínculo mientras que algunos terminan separándose debido a que no logran comprenderse y apoyarse mutuamente en este difícil camino de duelo.
En este sentido, es importante que ambos puedan hablar abiertamente sobre su dolor para así comprender el estilo de afrontamiento que cada uno ha llevado adelante para desandar este duelo. Recuerda que:
• Es esencial comprender que cada persona tendrá una respuesta personal frente a la pérdida basada en el vínculo que lo unía a la persona fallecida, sus propias herramientas personales de afrontamiento y las expectativas culturales que caracterizan a su género, entre otros múltiples factores. Que no haga su duelo de igual modo que tú no significa que esta pérdida no le interese o no le duela. Es importante evitar juzgar al otro padre por cómo elabora su duelo… construye una comunicación clara y abierta con tu pareja en la que cada uno se sienta cómodo de expresar al otro sus sentimientos, temores y desafíos. Cuando la pareja respeta el duelo del otro y se apoyan entre sí, se logra crear una relación de mayor entendimiento mutuo y empatía.
• La mejor manera de cuidar de la pareja es cuidando de ti mismo individualmente… permítete tener tus momentos en soledad pero también trabaja cada día para mantener una comunicación abierta y honesta con tu pareja para que cada uno sepa que el uno está para el otro cuando requiera de compañía, comprensión y escucha. Tómate un tiempo para hablar y escuchar realmente lo que le sucede a tu pareja reconociendo que, si bien es importante llorar juntos, también es vital buscar espacios de contención adicionales fuera del matrimonio para encontrar consuelo. Por ejemplo, los grupos de mutua ayuda, terapeutas especialistas en duelo, redes de amigos y familiares, instituciones religiosas, etc.
• Tras esta ausencia, sentimos que no queda nada que dar incluso a tu pareja… no puedes satisfacer tus propias necesidades por lo que menos aún sientes que puedes ocuparte de las necesidades de otra persona. Cada uno de los cónyuges está concentrado en sus sentimientos, sus necesidades y sus tiempos por lo que tienen poca energía para invertir en otros seres queridos.La terapia de pareja así como también las sesiones psicológicas individuales permiten conocernos más a nosotros mismos, adaptarnos a los cambios implicados en esta pérdida así como también reflexionar sobre las tensiones que se producen en la pareja debido a esta ausencia física.
Suponer que una pareja en duelo está condenada a la separación es una mirada pesimista que muchas veces no condice con la realidad. Sin embargo, una mirada más acorde sería advertir las señales de peligro que conlleva este duelo.
El dolor por la pérdida es tan física y emocionalmente agotador que muchos padres en duelo no tienen la energía suficiente para hacer que su matrimonio funcione. Por supuesto, esto no significa que el amor se haya esfumado sino que todos tus esfuerzos se encuentran concentrados en comprender esta ausencia.
Por lo tanto, el acompañamiento terapéutico así como la comprensión y respeto mutuo los ayudará a aceptar no sólo que cada uno de ellos tiene una nueva identidad bajo la cual deben reconstruir su vínculo sino que además es esencial validar la respuesta individual que cada uno de ellos manifiesta frente a esta pena.
(ManejodelDuelo.com).