La policía holandesa contará con una escuadrilla de águilas para interceptar drones que sobrevuelen zonas prohibidas, informó este lunes la fuerza, convirtiéndose así en la primera del mundo en adoptar este método de caza milenario aplicado a objetos modernos.
“Es una solución ‘low-tech’ para un problema ‘high-tech’”, afirmó a la AFP Dennis Janus, un portavoz policial, antes de una demostración sobre el terreno en una academia de policía en el sur del país.
Los animales serán utilizados en situaciones en las cuales los drones planteen un peligro para la población, durante eventos especiales, como una visita de Estado, o si éstos vuelan muy cerca de un aeropuerto, por ejemplo.
“Ninguna de las águilas resultó herida, pero ninguno de los drones sobrevivió”, asegura con una leve sonrisa Janus, quien rechaza las acusaciones de maltrato de animales expresadas por algunos expertos a comienzos de este año.
“Las águilas ven a los drones como presas y los interceptan en vuelo para después posarse donde se sienten seguras, con los drones entre sus garras”, agregó.
“Todavía no hemos encontrado otra solución para interceptar drones, pero continuamos explorando otras posibilidades más técnicas”, subraya el portavoz, señalando en particular la posible “piratería” de un aparato para tomar su control o la utilización de drones que lancen redes.
Cuando tiene al dron en el suelo parece que quiera empezar a comérselo, pero obviamente no va a poder romper o engullir policarbonato, es algo que forma parte del entrenamiento: cuando termina le dan trozos de pollo y pavo, como reforzamiento positivo.
Su eficacia es alta, superior al 80%, con la ventaja de que si falla se pone a volar en círculos e intentarlo otra vez. Todo esto teniendo en cuenta que hablamos de Phantoms o similares, con piezas más grandes habría que tener cuidado.
Fotografía por Xataca