Quienes no creemos en la presuntuosamente llamada “cuarta transformación”, no basamos nuestra incredulidad en simples antipatías, sino en los hechos que demuestran el fracaso de proyectos similares en el mundo. Por desgracia, la mayor parte de los síntomas que han ido anunciando el derrumbe de su modelo, han resultado invisibles para las redes clientelares que, aferradas a las dádivas recibidas, sostienen en el timón a aquellos que hunden el barco. Venezuela es, sin duda, el más grande ejemplo.
Nuestra responsabilidad es, entonces, mayúscula, porque debemos alertar de los témpanos de hielo que vayan apareciendo por nuestra ruta, incluso sabiendo que el capitán de nuestro navío no escuchará las advertencias y que, para colmo, estará rodeado de muchos aplaudidores que lo alentarán a tomar riesgos innecesarios. Toda vez que ha marcado el rumbo y dada la orden de navegar a máxima velocidad, no queda de otra que dar nuestro primer grito de alerta: un iceberg gigantesco se divisa por la proa y vamos viajando justo hacia él; o da un giro al timón o la colisión será inevitable.
El primer golpe de lleno a la estabilidad económica de México surge como efecto dominó de las decisiones tomadas por el ahora presidente de la República. La cancelación del NAICM, junto con otras medidas que afectan a los inversionistas, presionaron las tasas de interés, incluyendo aquellas que debe pagar el gobierno por motivo de la deuda pública. Tal incremento se suma a la intención de comprar los bonos a los tenedores de dichos instrumentos, y al incremento planteado de la inversión pública y el gasto social.
El resultado: en el 2019 el déficit presupuestal pasará de 2.5% a 4.7% del PIB de acuerdo con las estimaciones de los expertos. En el mejor de los casos, los ahorros vía “austeridad” alcanzarán el 2% del PIB, así es que nada parece que evitará la primera gran abolladura a nuestro barco.
Nuevamente apelo a los seguidores pensantes de Morena para que intenten hacer entrar en razón a su capitán. Necesitamos, en verdad, que el barco México sea conducido a puerto seguro.
Face: marcelotorresc /Tuitter: @marcelotorresc