¿Será posible una ALIANZA entre los grupos disidentes en la Sección 38 del SNTE?
Aunque la pregunta precisa es: ¿será posible que quienes lideran esos grupos entiendan la importancia de ir UNIDOS para poder ganarle a la camarilla que desde hace 14 años, al mando de Carlos Moreira, se apoderó de la Sección con el apoyo de Elba Esther Gordillo, y goza actualmente de la protección de la estructura nacional del SNTE, a cargo de Alfonso Cepeda?
Recibida con beneplácito la idea entre la base magisterial, la expectativa sobre una posible ALIANZA permea entre el gremio y espera una respuesta madura y responsable de los participantes en la contienda para elegir directivas sindicales.
Una ALIANZA requiere que más allá de la expresión de disposición de quienes aspiran a participar en el rescate de la Sección 38, persista la voluntad y se actúe con madurez y responsabilidad.
Una ALIANZA será posible si se actúa con plena conciencia de que solo la UNIDAD dará la FUERZA que la oposición necesita para poder rescatar la Sección del grupo que la tiene secuestrada.
De la madurez y la responsabilidad de quienes pretendan encabezar la batalla para dignificar la gestión sindical dependerá que el urgente y anhelado cambio sea posible.
Estar a la altura de lo que los tiempos reclaman a cada uno, supeditar intereses y aspiraciones personales, superar diferencias y sumar en las coincidencias, será de vital importancia en el proceso que se avecina.
Solo una ALIANZA y no la dispersión de la oposición, hará posible el rescate de la Sección, la reconstrucción de las instituciones de seguridad social y la dignificación de la gestión sindical para acabar con el oprobioso contubernio entre dirigentes y gobernantes. De otro modo, divididos los esfuerzos y postuladas varias planillas contendientes, el voto magisterial se pulverizará y al grupo oficialista le bastarán los votos ya cooptados para ganar con una diferencia mínima y conservar el poder.
El futuro reclama de todas y todos actitudes responsables.
La base magisterial espera madurez y congruencia de quienes se ostentan como líderes promotores del cambio. Ante ella, y ante los coahuilenses que tienen sus ojos puestos en este proceso, rendirán cuentas quienes hayan participado en la construcción de la UNIDAD propiciadora del cambio o quienes hayan abonado al divisionismo en favor de quien ha destruido el patrimonio de los trabajadores de la educación y dilapidado conquistas sindicales.
Esperemos que quienes quieren ocupar un cargo en la dirigencia seccional estén dispuestos a poner en primerísimo lugar el propósito superior de posibilitar el cambio, supeditar a ello su interés personal y privilegiar el proyecto COLECTIVO y de UNIDAD.
Si el NOSOTROS impera sobre el YO, se dará el gran paso para el rescate de la Sección 38 y, en consecuencia, se podrá incidir de manera positiva en próximos procesos cívicos, para propiciar los cambios que Coahuila necesita para salir del estancamiento social, económico, educativo y cultural en el que se encuentra.