Alejandro Moreno Cárdenas concretó formalmente su reelección como presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al obtener el 97 por ciento de los votos de la Asamblea de Consejeros reunida este día para definir el próximo periodo de la dirigencia.
Con ello, también Carolina Viggiano repite como secretaria general del partido, siendo la primera ocasión en que se concreta formalmente una reelección después de la renovación de los estatutos del partido concretados el mes pasado, en los que se abrió la posibilidad de reelección de sus dirigencias.
La fórmula de Cárdenas y Viggiano obtuvo 440 votos de 452 sufragios que se emitieron. En tanto, la fórmula de Lorena Piñón y Cuauhtémoc Betanzos, considerados como cercanos al grupo encabezado por Moreno Cárdenas y quienes fueron sus únicos oponentes registrados, tuvieron ocho votos, mientras que cuatro votos fueron nulos.
Durante la jornada electiva celebrada en el marco de la LXXII sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional, en la sede nacional del tricolor, no se permitió durante las votaciones el acceso a nadie que no se identificara como consejero nacional del partido.
En su mensaje tras rendir protesta como presidente para el periodo 2024-2028, Alito Moreno llamó a una profunda reforma del PRI, al tiempo que arremetió de nueva cuenta contra los disidentes, entre ellos los ex dirigentes del partido que iniciaron recursos de impugnación en contra del proceso interno.
Ante un auditorio Plutarco Elías Calles, que lució lleno de priístas que respaldaron constantemente a Moreno Cárdenas, el campechano aseveró que se trató de una elección “ejemplar, transparente, democrática, libre y de manera secreta”. Y argumentó que su elección se concrete con el voto únicamente del consejo del PRI y no con la participación de la militancia del tricolor.
Luego de que Moreno ya tuvo un primer refrendo que alargó su periodo como dirigente, al llegar a su primera reelección formal, y la primera reelección de un dirigente del PRI en su historia, señaló que con el proceso de este domingo ya participó en dos procesos “igual de democráticos”.
Momentos después, en entrevista tras rendir protesta, justificó que ahora se hizo de otras manera “porque hoy (en) el contexto político que vive el país es la mejor decisión, es cuidar a nuestro instituto político, si esto no es para darle el capricho justo a nadie, esto es una decisión política”. Mientras en 2019 llegó a la presidencia partidaria con el apoyo de dos millones de votos, afirmó que los 440 votos que obtuvo hoy de los consejeros políticos son la representación del priísmo nacional.
En una referencia a los ex presidentes del partido que se han manifestado en contra de su reelección, acusó que “esos dos o tres no representan nada en el PRI, esos que declaran representan la mayor corrupción en el PRI, representan el Pemexgate, representan los vínculos con los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Ruiz Massieu”.
Antes, en su mensaje a los priístas, ofreció escuchar a las opiniones con respeto, pero subrayó que “el PRI no volverá a ser un partido de élites y de notables. Jamás regresaremos a ese partido que tanto daño le hizo a la militancia”. Les pidió “unidad, lealtad” y “superar cualquier interés individual o faccioso que amenace con fragmentarnos”.
Sin hacer alguna referencia directa a las críticas que han hecho ex dirigentes del partido, tendió la mano a las propuestas de la fórmula de Lorena Piñón y Cuauhtémoc Betanzos, a quienes invitó a colaborar con las tareas del partido.
Además, al considerar que el país vive un momento crucial, dijo que “el desafío es renovarnos, es reformarnos y recuperar la confianza ciudadana. La elección del 2 de junio impuso sobre nosotros una obligación de replantear el rumbo. No vamos a ocultar que el partido se encuentra en la posición más compleja que ha tenido el partido en nuestra historia. Tampoco negaremos que el partido ha perdido terreno, apoyo popular, y cargos de representación. Para un partido con el prestigio, la casta, y el gen ganador como el nuestro, la posición en la que hoy estamos debería ser inadmisible. Sin embargo, no podemos ni debemos sucumbir ante el fatalismo. Ni a los ataques, ni a los malos augurios de quienes por años han deseado ver al PRI tocar fondo, y el abismo”.
Frente a ello, propuso “impulsar el proceso de reflexión más amplio, vamos a regresar y vamos a volver a ganar”. La realidad, apuntó, “exige que revisemos a detalle nuestra identidad, nuestras estrategias, y nuestra manera de hacer política”, y sostuvo que “es el momento de abrir las puertas a la reforma integral de nuestro instituto político”, para la cual anunció que convocará a la instalación de seis comisiones para la “reflexión” durante los próximos meses, que atenderán los frentes que la contendrá la reforma del PRI.
Aunque reiteró que no apoyarán en el PRI una reforma al Poder Judicial que “merme su independencia”, acotó que “jamás hemos cerrado la puerta a acompañar iniciativas del gobierno, siempre y cuando estén bien sustentadas y que representen los beneficios de la población. Hay que ver hacia adelante. Jamás el PRI ha tomado una decisión que no vaya en favor del pueblo de México”.
En una referencia a la reforma educativa impulsada por el PRI, PAN y PRD al final del sexenio de Felipe Calderón y que respaldó el gobierno de Enrique Peña Nieto, dijo que “los priístas no nos vamos a volver a equivocar, porque lo que nos dañó fueron reformas que se apoyaron, que nos alejaron de los ciudadanos, el atentar contra las maestras y contra los maestros, el alejarnos de fortalecer un sistema no sólo cercano para fortalecer la seguridad, el equivocarnos y dejarnos llevar por el tiempo y el momento”.
También, se opuso a la supuesta “sobrerrepresentación” que se perfila para la próxima Legislatura en la Cámara de Diputados. Aseguró que ante el inicio del próximo gobierno federal, serán críticos y defensores de la democracia.
“Se consumó la farsa”. Ex dirigentes del PRI
Luego de que el proceso interno del PRI concluyó con la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas como dirigente nacional del partido por cuatro años más, los ex presidentes de este partido, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa, afirmaron que “este domingo se ha consumado la farsa”.
“El PRI es un partido secuestrado por la ambición personal de Alejandro Moreno, alejado del buen desarrollo institucional del Partido”, indicador los ex dirigentes del tricolor al tiempo que lamentaron que por primera vez en la historia del tricolor el dirigente se reelige “a puerta cerrada, sin propuestas, ni debate, ni proyecto de futuro y donde la militancia ha estado ausente”.
Los tres ex presidentes del partido han presentado una serie de impugnaciones ante este proceso. Algunos de los recursos fueron enviados al Instituto Nacional Electoral (INE) y otros a la comisión de justicia del propio instituto político.
Ante ello, apuntaron que “el daño jurídico infligido el día de hoy (domingo) al PRI se podrá reparar cuando el INE y el Tribunal Electoral anulen la Asamblea Nacional ilegal, así como todos los actos derivados de ella, como es la reelección de la dirigencia. Sin embargo, el daño moral ante la sociedad por los actos ilegales de la actual dirigencia será muy difícil de resarcir”.
Mientras que, sobre las impugnaciones que fueron enviadas a la comisión de justicia del partido, lamentaron que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “haya sido permisivo ante el atraco, luego de que sólo tres magistrados de la Sala Superior permitieron que la larga cadena de ilegalidades culminara en la reelección de Alejandro Moreno. Tuvieron la oportunidad de actuar y decidieron no hacerlo”, expresaron.
También, cuestionaron que no se estableció una fecha límite para que ese órgano resuelva, pero dijeron que el Tribunal aún puede “enmendar” su error y resolver en última instancia.
Insistieron que la reelección de Alito Moreno “es producto de una Asamblea Nacional ilegal, a partir de una reforma ilegal de los estatutos y de un proceso de elección ilegal”.
La Jornada