Altas temperaturas matan arrecife de coral de Islas Marietas

En la Bahía de Banderas, el Parque Nacional Islas Marietas, con su paradisíaca Playa del Amor, es uno de los principales atractivos para turistas nacionales y extranjeros; cientos de pájaros bobos patas azules posados en las rocas de origen volcánico, ofrecen un espectáculo a los paseantes, que no imaginan lo que ha ocurrido bajo del mar.

El 90% del arrecife de coral de Islas Marietas murió por el aumento de la temperatura del mar entre 1 y 2 grados, que fue provocado por el fenómeno de El Niño en 2023, informó Amílcar Cupul, investigador del Laboratorio de Ecología Marina del Centro Universitario de la Costa en Puerto Vallarta, de la Universidad de Guadalajara.

“Los corales estuvieron sujetos a una elevación de temperatura que se prolongó más de 20 semanas, uno o dos grados por encima del promedio; llegamos a registrar alrededor de 32 grados centígrados por varios días, un estrés demasiado fuerte que definitivamente el coral no pudo resistir. Para finales de septiembre, principios de octubre encontramos que prácticamente alrededor del 90% del coral murió, todo se blanqueó”, señaló.

De acuerdo con el monitoreo, realizado en febrero de 2023, por el equipo de Cupul, las Islas Marietas tenían una cobertura de coral del 28% a una profundidad de entre tres y seis metros; al volver seis meses después, registraron que el 90% se blanqueó, es decir, sólo un 4% sobrevivió.

De acuerdo con el investigador, el sistema arrecifal de las Marietas, se extiende en alrededor de una hectárea, lo que podría compararse con dos canchas de futbol, y lo que sobrevivió es equivalente a una área chica de la portería.

“El coral vive bien entre 26 y 27 grados, ese es su óptimo; julio y agosto fue el pico (de temperaturas máximas), porque en julio se nos fue hasta 3 grados por encima del promedio y en agosto 2 grados por encima del promedio. Los corales estaban sometidos a 32 grados centígrados. Se estresa, se pone de mal humor, expulsa a sus simbiontes, aunado al efecto de la radiación UV sobre el simbionte, y no tener alimento, se produce la mortandad”.

¿Por qué el aumento de temperatura mató al coral?

Cupul Magaña explicó que, los corales son organismos coloniales que están formados por pequeños animalitos denominados pólipos, que forman grandes colonias, “como si fueran un multifamiliar”; y dentro del coral vive en simbiosis una microalga –el simbionte–, que le da al coral más del 90% de los requerimientos metabólicos, es decir, lo alimenta.

“El coral por sí mismo se puede alimentar, pero aprovecha esta relación simbiótica para gastar menos energía en buscar cómo alimentarse y direccionar a crecimiento, por eso es que pueden crecer tan rápido, los ramificados alcanzan alrededor de cinco centímetros por año y en algunas regiones pueden crecer hasta 15 centímetros por año, y se debe a esta relación”.

Entonces, el coral se estresa con el sobrecalentamiento del agua, pero además influye la radiación UV, que lo “hace enojar aún más”, como nos ocurrió a los capitalinos, durante las pasadas ondas de calor.

“Tenemos una falta de lluvias que provoca cielos más claros y con mayor radiación ultravioleta; al llegar hacia el coral, esta radiación afecta el sistema fotosintético del simbionte y en lugar de producir alimento, empieza a generar otras sustancias que irritan al tejido del coral y como respuesta, el coral expulsa a su simbionte del tejido, los vomita”.

Añadió que, el simbionte es el que le da la coloración al coral, –ya que su tejido es incoloro–, y por eso los vemos cafés, rosas, verdes; entonces, “al producirse esta expulsión, el coral sigue vivo, lo que vemos es el esqueleto del coral, a eso se le conoce como blanqueamiento”, explicó.

Aunque los corales pueden alimentarse por sí mismos, el estar sometidos a un estrés térmico los llevó a la muerte, ya que la temperatura del mar persistió varias semanas, por lo que no lograron sobreponerse.

“Si ese estrés es persistente por más de dos semanas, el coral empieza a morir de hambre, porque se puede alimentar por sí solo, pero como son aguas extremadamente claras hay muy poca productividad, el plancton no es suficiente para sostener al coral y empieza a morir de hambre; una vez que pasa esto, llegan organismos oportunistas como algas filamentosas y empezar a crecer sobre el coral, y es difícil que se pueda recuperar”.

Los permisionarios de la asociación Bahía Unida, junto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y los investigadores de la Universidad de Guadalajara, están evaluando la recuperación natural de las colonias sobrevivientes, para iniciar la restauración en los próximos meses.

“Estamos revisando cómo están las colonias, estamos viendo cómo se va desarrollando la recuperación natural del sistema y también estamos empleando técnicas de restauración”.

Aumenta temperatura del mar en Islas Marietas.

El Parque Nacional Islas Marietas fue decretado en 2005 para proteger al archipiélago como sitio de anidación de aves, principalmente marinas como el bobo patas azules, pero el aumento de temperatura, también les está pegando fuerte.

“Su apnea que hacen para capturar su alimento y llevarlo a los polluelos, con el calentamiento global, el mundo marino que es la sardina y lo que ellos consumen, baja a más profundidad buscando la temperatura, para ellos es más complicado capturar el alimento y llevarlo a sus polluelos, identificaron que muy pocos polluelos nacieron este año”, dijo Isaí Pelayo, permisionario de Bahía Unida.

Amílcar Cupul dijo que la falta de alimento para los piqueros patas azules no está directamente relacionada con la afectación al coral, pero sí con el sobrecalentamiento de la superficie del mar, y la baja productividad de alimento, ya que los peces, buscan aguas más profundas.

En 2016, tras un boom por visitar la Playa del Amor, el parque cerró para ordenar el turismo; hoy sólo ingresan 116 personas al día –máximo 10 cada 40 minutos–, y por cada paseante, los permisionarios destinan 50 pesos para actividades de conservación, con lo que lograron sentar las bases para un turismo sostenible.

“La afectación que más nos ha lastimado es esa, el calentamiento global, pero eso es mundial y no lo podemos detener, lo que sí podemos ayudar a que sea menos desgastante, menos tiempo de recuperación, trabajar más de la mano nosotros, trabajar la siembra de coral”, añadió Pelayo.

Milenio
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