AMLO está atrapado

En una encrucijada ha caído el Presidente.

Una trampa que no vio y en la que ha metido las cuatro (manos y pies).

No quiere López Obrador juzgar a nadie que no haya delinquido “en su tiempo” y entonces no ve un efecto positivo en la gente cuando se refiere a la corrupción reciente y a los vicios del PRIAN o de los fifís, “esos enemigos hijos del neoliberalismo que todo lo dañaron”, pero que son perdonados.

Tampoco puede ya desdecirse y juzgar los efectos del pasado en la economía del presente, porque se cae la bolsa, se ahuyenta la inversión extranjera y se enoja a los ajenos tanto como a los de casa, y se toman esos señalamientos, como excusas baratas ante la caída del PIB y el recorte en la expectativa (y la promesa) de crecimiento anual y sexenal.

Tampoco puede ya López, criticar todo lo “mal hecho” y lo corrupto, solo para encanijar más al pueblo saqueado. Tendría que hacer caer a los peces gordos (gordos y fachosos), esos que nadan anchos y atacados.

Las mañaneras

Declarar todos los días y enfrentar a un público mediático (aun montado el show, como dice Brozo), desgastar la imagen presidencial con las rectificaciones que tienen que hacer los secretarios (de lo dicho en la mañana de cada día, por el Presidente), va resultando de igual forma en un desgaste del gabinete (viejos y cansados, casi todos, desmañanados y bajo fuerte presión).

Por eso han trascendido las tres renuncias de tres principales colaboradores (El canciller, Ebrard. El fiscal general, Gertz. Y el jefe de asesores, Romo). Y en eso también ha habido desgastantes rectificaciones, “aclarando que nadie renunció” y no, que no les fueron aceptadas las renuncias tempranas (a 5 meses de administración).

La salida, enojosa y abrupta de las redes sociales, de la esposa del Presidente, ¿significa igualmente una renuncia parcial al infalible contacto social, (loable o intestino), que se exige a una primera dama, a una hegemónica y polifacética, defensora del marido y viral entonadora de temas políticos, como es Beatriz?

Sin juzgar

Eso de “juzgar” es una trillada palabra que va dejando de significar ACCIÓN DE JUSTICIA. Ya se redujo el término, a la simple censura de hechos o dichos entre particulares.

Yo, el que escribe este Soliloquio (este diálogo conmigo), no juzga al gobierno federal ni juzga al Presidente. No lo hago en esta columna, que hoy me publica ColumnasdeMéxico.com.

De manera simple y directa, como soy, trato de explicar una idea… El cómo sucedió que El Peje quedara atrapado en su discurso y en su estilo y ahora sea rehén de lo dicho y de lo que ya no le es conveniente decir.

Sin juzgar (como debiera ser, con juicios y pruebas y defensas y contra defensas, y juicios con debido proceso, con juicios implacables y castigos ejemplares a los traidores del pueblo, a los corruptos y criminales); así, no hay avance rápido ni apoyo decisivo y popular.

No está solo

No está solo el Presidente.

 De ello no hay duda, AMLO cuenta con su gente y la necesita para gobernar, la requiere viva y gritona.

Pero ha sido necesario, temprano en un largo trayecto pletórico de desafíos, el apelar al chairo leal y disculpador y alabador de todo. Ese escenario no lo vi en mi análisis prospectivo.

¿Qué sucedió, los vencidos perdieron muy pronto el respeto por el vencedor?

¿El desfondo financiero fue mayor al imaginado, al previsto, al entregado formalmente?

¿Los perdones y los NO JUICIOS impiden castigar el pasado reciente y dificulta mucho echar culpas y justificar el avance lento y los frentes abiertos que parecen yerros programáticos propios de la inexperiencia?

PROYECTOS MILLONARIOS

Otra trampa son los proyectos heredados y los que se pretenden heredar.

Cancelar el aeropuerto en Texcoco, “por corrupción e inoperante”, diciendo luego que no se encontró corrupción y pagando muchos millones por la cancelación de bonos; para construir otro en sitio cuestionable, con orografía no calculada, sin licitar y asignado a La Marina. Ha significado dificultades de todo tipo, desprestigio al nuevo gobierno y mala señal para inversores.

Empeñarse en grandes obras, pre anunciadas y no iniciadas, encarecidas al paso de los meses, sin licitación y hasta queriendo construirse por el gobierno, tampoco ayuda a la buena imagen y sí, son un tapón mediático autoimpuesto por el Presidente.

Hacer obra social genera riqueza, reparte la ganancia y genera certidumbre y empleo. No hay duda la respecto. Pero que se haga pronto y bien, que al hagan quienes saben y que se licite con transparencia para no imitar conductas que se recelan.

¿Y AHORA?

Hay que rescatar con más miles de millones a PEMEX porque no se quiere juzgar a los que se robaron el dinero, que siendo funcionarios se convirtieron en empresarios energéticos, agandallaron las concesiones y pactaron cual apátridas, con intereses extranjeros.

Hay que dejar de hablar del huachicoleo porque, aun con los esfuerzos anticorrupción y El Ejército de vigilante, sigue el problema vigente (en menor porcentaje) y no se juzga a nadie.

Hay que tener una regresión política y administrativa, y hacer empresario al gobierno, ignorando la historia (efectiva maestra, que te cobrará la lección una y otra vez hasta que la aprendas). Y todo por no “perder tiempo en licitar porque la paciencia social se desborda y los enemigos del régimen se reagrupan y alían). Y todo porque no se juzga a nadie. 

YO QUIERO

Yo no quiero ser gobierno ni quiero que a los que son les vaya mal. Yo no escupo para arriba como ciudadano y como periodista, para que con cualquier aire que cambie de rumbo, me salpique solo.

Yo quiero que México recobre su grandeza. Yo quiero que al Presidente y al nuevo gobierno federal le vaya bien para que nos vaya bien a todos.

Yo no veo la forma de que el arranque sea más efectivo y creíble, si no se juzga a los corruptos del gobierno federal y a la generación podrida de gobernadores y alcaldes.

Yo quiero que a Coahuila le vaya bien y que recupere su buen nombre, sanee sus finanzas y salga del pavoroso atraso. Pero no veo la forma si Los Moreira siguen mermando y contaminándolo todo y sus esbirros gobiernan en su nombre y si los del PRI que quieren continuar el Moreirato por tiempo indefinido, son puros alumnos de la escuela del crimen que inauguraron Los Moreira hace ya casi 14 aciagos años.

Esta trampa en que se metió Andrés Manuel, en la que está atrapado, solo tiene una entrada. Por ella, autónomamente, podrá salir ileso si se lo propone. Ha menester para ello, un profuso acto de humildad y valentía autocrítica.

Dios salve a Coahuila. Dios bendiga a México. Dios ilumine al Presidente.

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