A pesar de sus avances, la construcción del Tren Maya se ha encontrado con una serie de contratiempos desde que fue anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En esta ocasión, se detectó un posible socavón en la zona donde se realizan las obras para el Tramo 5.
Y es que el pasado 28 de marzo, un grupo de activistas de Green Peace se manifestaron en contra de este megaproyecto, encadenándose a las maquinarias en la zona de dicho tramo, que corre de Playa del Carmen y llega a Tulum, con una extensión de 60.3 kilómetros aproximadamente.
En esa zona se encuentra una caverna subterránea conocida como “Avispa Enojada”, la cual abarca 3 mil 278 metros de longitud por donde pasará el Tren Maya y donde personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realiza labores para encontrar señales de vestigios humanos.
Por ello, diversas Organizaciones No Gubernamentales se han pronunciado en contra de su construcción, pues aseguran que no solamente se trata de esta caverna, sino de otras cuevas y cenotes que se verían afectados por el paso del Tren Maya, a pesar de que AMLO ha reiterado que su proyecto emblema no afectará los cenotes ni el ecosistema de la región.
De acuerdo con Green Peace, este tramo pasaría por varios ríos subterráneos y sistemas de cuevas, donde se ubica el sistema Dos Ojos-Sac Actun, que abarca hasta mil kilómetros y en el que se pueden encontrar alrededor de 200 sitios arqueológicos.
Sin embargo, previamente se había advertido de la presencia de socavones en el Tramo 5, por lo que tuvieron que realizar un cambio en su construcción. En un principio se tenía previsto instalarlo en un tramo elevado paralelo a la carretera federal 307 Playa del Carmen-Tulum, pero debido a la inconformidad de los hoteleros, se optó por construirlo a ras de tierra.
Con este cambio, el Tramo 5 se ubicaría a siete kilómetros al interior de la zona selvática paralela a las vías federales. Lo anterior se suma al hecho de que, hasta el momento, no se cuenta con un estudio de impacto ambiental por la construcción del Tramo 5.
Luisa Falcón, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Autónoma de México (UNAM), señaló que se tiene que contar con un proyecto sobre los posibles riesgos de este megaproyecto, pues tomando en cuenta la magnitud de su construcción, se tendría que hacer un estudio sobre el uso de suelos y las consecuencias ecológicas para los habitantes de la zona.
“Hablando de este Tramo 5, es evidente la presencia de estos grandes socavones (que en realidad son entradas a grutas y cavernas). Esa región es muy frágil”, comentó en el Foro Tren Maya: análisis de los impactos desde la academia, organizado por el Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI).
Por su parte, la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Ana Esther Ceceña, mencionó que entre los principales problemas en la construcción del Tramo 5 se encuentran: pasos de fauna, cálculo de la ruta, el suelo kárstico y la afectación del Anillo de Cenotes.
Además, recordó que la velocidad por la que correrá el Tren Maya es de 160 kilómetros por hora, en un suelo poroso y quebradizo, por lo que el terreno, con el paso de tiempo, podría hundirse, aunado al aumento de visitantes en la zona de Calakmul, que pasaría de 40 mil a 3 millones.