Hoy inicia de manera formal el mandato de Andrés Manuel López Obrador. Como mexicano, nada me gustaría más que verlo desempeñar un buen papel al frente de la Presidencia de la República. Pero, estoy convencido de que, lastimosamente, no es lo que va a suceder. Por eso, mi esperanza es que, al menos, el daño que sus ocurrencias y perversidad ocasionen al país sea el mínimo posible.
A lo largo de los meses que duró la transición AMLO se encargó de minar cualquier oportunidad para ganar la confianza de quienes no votamos por él. Pero, incluso, sus acciones y decisiones consiguieron que muchos que sí lo apoyaron ya no estén seguros de haber elegido bien. Aunque claro, están sus seguidores duros que son capaces de perdonarle y de justificar hasta la más grande de sus locuras. Son ellos los que más preocupan. Porque haga lo que haga, habrá un grupo importante de personas que lo seguirán de manera ciega. Pensemos, por ejemplo, en el millón de ciudadanos que ha ido a sus “consultas”. Son muy pocos, pero suficientes para que justifique sus acciones, por más descabelladas que sean.
¿Qué es lo que va a pasar a partir de hoy? El ahora presidente constitucional de México va a iniciar acciones para crear una amplia red clientelar a partir de los programas sociales. Si creó la figura de los “súper delegados” es, entre otras razones, para garantizar que la totalidad de los recursos que se destinarán a tal fin, lleguen a su destino sin que eso genere otros liderazgos. No quiere que se le disuelva el poder.
Aunque sus promesas son otras, las enormes cantidades de dinero destinado a garantizar votos van a crear graves desequilibrios en las finanzas del país, que van a obligar a contratar deuda. Con todo su cinismo usará el mismo argumento que da para que el Ejército permanezca en las calles: era necesario. Y las bases clientelares, lejos de retirar su apoyo, lo amarán más. Porque gracias a sus dádivas sentirán que viven mejor, aunque el barco en el que viajan se esté hundiendo.
Así pasó en Coahuila con Humberto ¿lo recuerdan? y así será tristemente en México. De mí se acuerdan.
Face: marcelotorresc / Tuitter: @marcelotorresc