El nearshoring representa una importante oportunidad para México, pero no puede repetirse lo que ocurrió con el TLCAN, que no tuvo un beneficio tan profundo en la sociedad mexicana, consideró el Banco Mundial (BM).
Para no repetir la historia, se debe buscar la integración de las pequeñas empresas mexicanas en este fenómeno de la relocalización, recomendó Mark Thomas, director para México, Colombia y Venezuela de dicho organismo.
“Estuvimos acá hace 30 años con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los resultados de este proceso no fueron tan positivos desde un punto de vista social, impacto sobre pobreza, desigualdad y desarrollo social.
“Desde el año 94 hubo mucha inversión y un proceso de creación de empleos a nivel local, pero no hubo un efecto tan profundo en la sociedad mexicana como hubiéramos esperado”, afirmó en entrevista.
Ahora, con el nearshoring, el reto es no repetir la historia y lograr que los beneficios se extiendan más allá de cierto número de empresas y determinadas esferas sociales, señaló.
“(Para eso), empezaría con un elemento que es la integración de las pequeñas empresas mexicanas en las cadenas de valor en las que están invirtiendo las grandes empresas globales, porque en el pasado ese ha sido el problema, lo que ha faltado”, afirmó.
Para conseguirlo, se deben implementar una serie de políticas de apoyo a nivel local sobre todo para empresas que nazcan para formar parte de las cadenas de suministro de las grandes compañías.
Para ello se requieren políticas de acceso a financiamiento de las pequeñas empresas, políticas de apoyo técnico en términos de gestión moderna y formación de la mano de obra.
“Que México importe menos de sus insumos para las cadenas de valor y produzca más en su suelo”, mencionó.
Consideró que sólo así se podrían integrar empresas del sur, ya que las grandes inversiones no están destinadas a estados de esta región.
Dijo que el Banco podría dar apoyo financiero para la integración de estas empresas en las cadenas de valor.