El Gobierno del presidente Joe Biden retomará las deportaciones de venezolanos directamente a su país, en un intento por frenar la afluencia récord de cruces en la frontera entre Estados Unidos y México, según altos funcionarios de la administración. La medida marca un gran cambio en la política de Biden.
Los venezolanos que crucen de manera ilegal la frontera sur y carezcan de una base legal para permanecer en Estados Unidos serán elegibles para ser deportados, de acuerdo a altos funcionarios del Gobierno. “El anuncio de hoy (jueves) es una parte clave de nuestros continuos esfuerzos para intensificar las consecuencias que existen en la frontera para los migrantes que cruzan ilegalmente”, dijo uno de los funcionarios.
Las fuentes también agregaron que Venezuela acordó aceptar de regreso a sus ciudadanos.
Justamente, en un comunicado posterior, el Gobierno de Venezuela dijo este jueves que había firmado un acuerdo con EE.UU. para permitir la “repatriación legal de ciudadanos venezolanos desde Estados Unidos”. Y añadió que la migración fuera del país en los últimos años “es consecuencia directa de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo a nuestra economía que se nos ha infringido de manera ilegal y contraria al derecho internacional”.
Aún está por verse la manera de instrumentar el acuerdo entre ambos países, que no tienen relaciones diplomáticas formales a nivel de embajadores desde hace casi 15 años. En septiembre de 2008, el gobierno de Hugo Chávez expulsó al representante de Washington ante su gobierno, Patrick Duddy, y luego vetó el nombramiento del diplomático escogido para relevarlo, Larry Palmer.
En mayo de 2019 Estados Unidos ordenó el retiro de todo su personal de su embajada en Caracas, una decisión que siguió al retiro previo de todo su personal, comunicada el 24 de enero. Un día antes, la administración de Donald Trump había reconocido como mandatario interino de Venezuela al entonces presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
El esfuerzo por desalentar la migración en la frontera sur de EE.UU.
La decisión del Gobierno de Biden representa su esfuerzo más reciente por tratar de desalentar la migración a través de la frontera entre Estados Unidos y México, al tiempo que destaca otras vías legales disponibles para ciertos migrantes. También es un reconocimiento del desafío complicado –y único– que enfrenta la administración ante una ola histórica de migrantes venezolanos.
Los funcionarios señalaron este jueves que algunos migrantes ya han sido identificados para su deportación. “A partir de hoy, Estados Unidos comenzará las repatriaciones directas de ciudadanos venezolanos a su país de origen y, de hecho, ya hemos identificado a personas bajo nuestra custodia que serán expulsadas rápidamente en los próximos días”.
Los venezolanos representan una gran proporción de los migrantes que cruzan la frontera y, por lo general, Estados Unidos no puede deportarlos a su país debido a las frías relaciones diplomáticas con Caracas. México ha aceptado recibir algunos de los migrantes, pero sigue siendo un desafío complicado –y único– para la administración Biden y para las ciudades que los reciben.
“Retomar las deportaciones a Venezuela enviará un mensaje de disuasión. También esperaría que esto provoque una caída a corto plazo en las detenciones de venezolanos. La pregunta es qué sucederá en cinco o seis meses”, dijo el exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, John Sandweg.
“A menos que la administración pueda deportar a un alto porcentaje de los venezolanos detenidos en la frontera, yo esperaría que el impacto a largo plazo fuera insignificante”, añadió.
El mes pasado, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que extendería a los venezolanos el beneficio del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), una forma de ayuda humanitaria, por 18 meses. El beneficio aplica para personas que residían en EE.UU. el 31 de julio o antes. El departamento anticipó que alrededor de 472.000 venezolanos serían elegibles nuevamente para este alivio, según un funcionario de Seguridad Nacional.
Los migrantes detenidos en la frontera pueden ser sometidos a un proceso de deportación por vía rápida, regresar voluntariamente a México, ser detenidos o puestos en libertad mientras avanzan en sus procedimientos de inmigración.
Las malas condiciones económicas, la escasez de alimentos y el acceso limitado a la atención médica están empujando cada vez más a los venezolanos a huir de su país. La agitación económica y política en Venezuela ha generado que más de 7,7 millones de personas salgan de Venezuela, lo que representa el desplazamiento más grande en el hemisferio occidental, y muchas están optando por ir al norte. Como punto de comparación, la escala de este desplazamiento supera a Ucrania, donde hay una guerra activa.
Venezuela fue uno de los temas de discusión entre Biden y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el mes pasado.
Los dos “destacaron la importancia de la restauración de la democracia en Venezuela, y el presidente Biden reiteró el apoyo de Estados Unidos al pueblo de Venezuela y describió nuestra visión de un enfoque paso a paso en el que se tomen acciones concretas para restaurar la democracia venezolana, que conduzcan a elecciones libres y justas, y que se complementen con el correspondiente alivio de las sanciones por parte de Estados Unidos”, según una lectura de la Casa Blanca en ese momento.
El secretario de Estado, Antony Blinken, el de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el de Justicia, Merrick Garland, también se reunieron con sus homólogos en México esta semana para discutir, en parte, los esfuerzos en curso para detener el flujo migratorio en el hemisferio occidental.