¿Quién preñó las butacas del Parque Maravillas (de 2700 se convirtieron en 40,000); les sacaría copias Chema Fraustro, como a las boletas?
El PRI, Verónica Martínez y sus desatinados matemáticos, volvieron a las andadas, en la toma de protesta del delfín Viggiano-Moreira, del candidato del PRI a la gubernatura. En el auditorio del Parque Las Maravillas, hay 2700 butacas y espacios compactos. Ellos dicen que metieron 40,000 personas el sábado para el evento de “su candidato” (del PRI, no acarreados y que ahí cupieron y que los hijos tricolores de Baldor, el de la aritmética, los contaron uno por uno).
La promoción dice a la letra:
“Auditorio del Parque “Las Maravillas”. 7000 m2 ideal para presentaciones y conciertos. Espectacular auditorio al aire libre con 2703 butacas. Es ideal para conciertos, ceremonias de apertura y clausura de eventos”.
¿Por qué mentir, otra vez, por qué fingir que a sus eventos van con entusiasmo muchas personas, por qué mentir en que su nómina millonaria no está agotada al igual que su “voto duro”; por qué querer hacer pensar que las cosas les van bien cuando el hartazgo y el repudio al moreirato (del que Riquelme es la pretendida continuación); es palmario?
Primero (recordarán) fue la multiplicación milagrosa de las boletas y los votos en la “elección interna” tricolor, esa donde ya merito gana el guapo Jesús Berino al menos guapo, Miguel Riquelme (justa teatral, entre el bastante feo y el feísimo).
Según los priistas del primer circulo (indiscretos ellos) votaron 75,000 forzados priistas. Luego, la presidente de cartón, Verónica Martínez García, dijo que imprimieron 400,000 boletas para la ocasión. Acto seguido, el queda bien del Ingeniero José María Fraustro, dijo que lo que sucedió es “que les sacaron copia a las boletas”. Y finalmente, el máximo dirigente y engañado líder del PRI (Enrique Ochoa Reza), dijo que le dijeron que dijera que: “votaron 502,000 motivados miembros del partido, en una fiesta cívica interna, de la que estaba tan orgulloso”.
Mal salieron del garlito de las boletas copiadas y los votos mentirosos (y de la declaración oficial del CEN del PRI que dijo que “Verónica Martínez se equivocó en la cifras de las boletas y los votos”), cuando vino el fallo del TRIFE, que liquidó las candidaturas gandalla que el PRI y Moreira pretendían con sus alianzados. El PAN se inconformó y a unos días de los registros, el TRIFE puso un estate quieto al tricolor y a sus partidos en la nómina.
Para librar el golpe, el PRI trató de echar la carne al asador en la toma de protesta de su candidato, en Saltillo. Aun con el acarreo estatal, el desaire sarapero (y coahuilense) al lagunero, fue serio y entonces, otra vez vino “el milagro de la multiplicación de los peses y los panes”, región 4 (de las butacas preñadas que, en la mente obnubilada del colérico mandatario, parieron tantas butaquitas como para presumir varios miles de asistentes imaginarios).
El recurso desesperado. Mandar comprar una “nueva encuesta ganadora” para defender lo indefendible. El pánico por la “salida limpia de Los Moreira y sus tropelías”, escenario que se desdibuja, los hace cometer actos de barbarie electoral (que los exhibe, que los define).
El PRI desespera, el patrón regaña. ¡El delfín no prende y… la aritmética engaña!