Primer epitafio: “Manifestamos nuestro rechazo en contra de las arbitrarias decisiones del gobierno de México sobre la reducción del gasto federalizado para nuestro estado, que atentan contra los principios del federalismo y el equilibrio de los Poderes que sustentan el Estado Mexicano y las instituciones democráticas”, pronunció un envalentonado Riquelme ante el escenario de la inauguración de la Universidad Obrera.
Por más que sus asesores pésimos de imagen (¿cómo se podrá mejorar la imagen de disfraz de Halloween?) pretendieron crear, aduciendo que todos los sectores de Coahuila se unían al reclamo, la pretensión del encargado de negocios de la marca delincuencial M& Bros, es atender las indicaciones precisas del dictador en fuga de hacerle gordo el caldo al gobierno federal.
¿Para qué quieren más dinero Riquelme y su pandilla de atracadores?, ¿Acaso para seguir sangrando al gremio minero a través de la nefasta Prodemi o el fideicomiso al Clúster del gas fallido?, ¿Será para seguir dotando de fondos al rector guerrillero de banqueta a fin de continuar con sus trapacerías a través de las becas que lo conviertan en el primer proletario multimillonario?, ¿Para seguir pagando intereses de la deuda eterna de los hermanitos de la sangre moreiriana?, ¿Para seguir pagándole a David Aguillón por los desayunos del DIF?, ¿O continuar con el gasto desmedido en “imagen” que diariamente desparrama?
¿Para qué quiere más dinero Riquelme en 2021? Sencillo, porque tiene enfrente las elecciones de alcaldes y diputados federales y necesita regentear el prostíbulo político de sus secuaces y aliados haciéndolos ganar a como dé lugar.
Y como sabe que a nadie le importan los diputados locales más que a su amo el ejecutivo, no se confía.
Las elecciones de alcalde y más las de diputados federales generarán el interés de Morena y de lo que queda del PAN para dar la batalla en serio, no con los candidatos balines que propusieron al templo de alabanza.
Por ende, a fuerza Riquelme, necesita dinero ruin metal y no para obras, para proyectos de crecimiento económico ,sino para mantener el blindaje de sus aterrorizados patrones a los que pronto les llegara la lumbre a los aparejos. (¿A poco creen que el efecto del general Cienfuegos no llegara a Coahuila de los Moreiras?).
Primer epitafio: descanse en paz el presupuesto para Coahuila 2021.
Segundo epitafio: Las cosas eran por sí difíciles en la Facultad de Jurisprudencia con los sonados casos de funcionarios que la desprestigian con conductas maniacas y escándalos de algunos de sus catedráticos y ahora se complicaron con la llegada del encargado de cargarle la maleta al dictador Rubén “N”.
Se trata nada menos que de Poncho Yáñez Arreola, quien después de una encarnizada lucha contra el grupo del magistrado Ríos Vega, se fue por la libre por un solo voto, el del ejecutivo encargado de negocios, dicen que ni siquiera el Rector guerrillero metió las manos y a la facultad ahora si se la cargó el payaso.
Sin conocimiento alguno de la materia lo hicieron catedrático y ahora le dan una responsabilidad en una escuela en la que genero le des unión, a través de mover conciencias de jóvenes a través de carnes asadas, becas, regalo de calificaciones y hasta amenazas.
Guardamos luto por nuestra alma mater y su epitafio : “Viva la fuerza, muera la inteligencia” , la frase favorita del dictador y jefe.
Tercer epitafio: Según datos de la Secretaría de Hacienda, la deuda pública del estado de Coahuila asciende a la cantidad de 43 mil mdp y es el 1er lugar nacional en deuda per cápita.
Para liquidar esta deuda cada coahuilense debería pagar $14,179 pesitos (hay la llevamos con lo que pagamos de laminados, apoyos a la educación, derechos, pagos de servicios al estado, impuesto sobre nóminas, cada coahuilense genera casi $10,000.00 pesos al año al gobierno de ingresos), a pesar de ello, cada año la deuda se incrementa en 1,213 mdp aun con la famosa reestructuración y una cantidad cercana a los 40 mil millones de pesos se recibe de participaciones federales, lo que confirma la trastada de que el gobierno de los hermanitos, a través de su gerente administrativo se embucha $30 mil millones de pesos que no aparecen, ya que no hay obras magnas, sino las que patrocina el Gobierno Federal como las clínicas del IMSS y del ISSSTE.
Epitafio : Aquí yace la esperanza y el futuro de Coahuila.
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