La prisión Ny Anstalt es paradigmática. Enclavada en Nuuk, la capital de Groenlandia, el centro de reclusión inaugurado en 2019 marcó un antes y un después para el país, ya que sus presos antes estaban en instituciones abiertas, sólo siempre debían mantenerse dentro del país.
Pero la imponente vista del instituto y su belleza arquitectónica nos deja dudas, pues no guarda mucho parecido con sus equivalentes en México como Santa Martha Acatitla o El Altiplano.
Desde su gestación, Ny Anstalt fue pensada como una prisión “más humanitario”, según aseguraron la directora del proyecto, Jette Birkeskov Mogenson, y el arquitecto en jefe, Thomas Tuus Christensen; la idearon como un lugar donde existiera la posibilidad de reinserción sin dejar de cumplir una condena.
Conformada por 76 celdas de 12 metros cuadrados, cuyas ventanas carecen de barrotes para poder mejorar sus vistas, la prisión –asegurada con un gran muro– en su mayoría fue diseñada para albergara a los criminales de máxima seguridad: 40 on para ellos, mientras que otras 36 plazas son para personas que pueden salir a trabajar a la ciudad durante el día y volver al centro a dormir.
No se equivoquen, estar aquí es un castigo” Pero que las grandes instalaciones no te dejen confundirte, la gran vista del monte Sermitisiaq desde las ventanas de Ny Anstalt tiene un doble mensaje: puedes admirar sus belleza pero no tienes la libertad para estar ahí. “Para aquellos que tienen que cumplir su condena aquí, la ubicación puede parecer tanto buena como mala. Podrán mirar el agua, pero a la inversa, esto puede ser difícil, porque no pueden simplemente dar un paseo o salir al agua.
No se equivoquen, estar aquí es un castigo. “Pero no se debe descuidar el sentido de la justicia. Las víctimas deben sentir que sus perpetradores están experimentando una consecuencia de sus acciones. Al mismo tiempo, sin embargo, uno puede preguntarse si está bien que enviemos a nuestros convictos a varios miles de kilómetros de distancia cuando tienen que sentarse en una cultura extranjera y lejos de la familia”.
Además, en Ny Anstalt ofrecen a los reclusos la oportunidad de obtener un empleo tras los muros. Pueden trabajar en la pesca, dar mantenimiento al edificio, entre otras actividades. Asimismo, las personas pueden al obtener educación o tomar cursos de desarrollo de competencias. “Nos enfocamos en desarrollar las habilidades de los presos para que puedan obtener algunas herramientas que puedan usar cuando salgan del otro lado”.