Aunque las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de México y la rebaja de la nota soberana de Fitch han golpeado al peso mexicano, el tipo de cambio ha soportado las embestidas y parece aún lejos de llegar a su máximo histórico. El salvavidas: el ‘carry trade’.
La estrategia, a la que han recurrido los inversionistas extranjeros principalmente, consiste en pedir dinero prestado en la divisa de un país con bajas tasas de interés, como Estados Unidos o algunas naciones de Europa, e invertir los recursos en bonos de un país con rendimientos altos, como México.
Y es que la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) se ha mantenido desde diciembre en 8.25 por ciento, pero el diferencial con la tasa de la Reserva Federal (Fed) es de hasta 600 puntos base actualmente. Este nivel es el más alto entre casi todos los países emergentes, solo con excepción de Turquía y Argentina.
“En la medida en que el diferencial (spread) de tasas se fue incrementando, el carry trade se empezó a hacer más importante”, explicó Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
Desde septiembre de 2016, cuando el diferencial superó los 400 puntos base, a la fecha, la tenencia de inversores extranjeros en instrumentos de deuda mexicana creció en el equivalente a unos 12 mil 200 millones de dólares, para ubicarse en 112 mil 800 millones de dólares.
No es optimismo
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que la economía está bien y que el peso refleja esa fortaleza y la confianza en el país, saliendo al paso de indicadores que muestran una ralentización de la expansión y de las advertencias de que algunas de sus decisiones lastiman la confianza de los inversores.
“No es más optimismo, es el alto rendimiento lo que ha traído más capital y ha sostenido al tipo de cambio”, agregó Siller.
Hacia adelante, algunos analistas esperan que mientras el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos se mantenga alto, el carry trade -conocido también como acarreo- funcionará como un ancla que evitará que el tipo de cambio se dispare, aun si ocurriera algún evento negativo.
Incluso algunos ven que el spread se seguirá abriendo, lo que favorecerá al peso mexicano. Juan Carlos Alderete, subdirector de economía de Banorte, prevé que en el segundo semestre el Banco Central de México baje su tasa objetivo en 25 puntos base y la Fed lo haga en 50.
El mes pasado el peso llegó a su peor nivel en medio de las amenazas comerciales de Washington y las rebaja de la calificación crediticia. El tipo de cambio llegó a 19.82 pesos/dólar aunque luego fue ganando terreno.
Joel Martínez, economista de la firma de corretaje SIF ICAP, dijo que los inversores extranjeros no solo están a la caza de rendimientos altos, sino de países con equilibrios macroeconómicos que, a su juicio, México cumple.
Añadió que los ingresos al país provenientes del comercio con Estados Unidos también han apoyado al tipo de cambio recientemente, pues se han registrado superávits comerciales que no se habían visto en algún tiempo.
De acuerdo con datos oficiales desestacionalizados, entre enero y mayo México tuvo un superávit comercial de 101.7 millones de dólares, que se compara contra un déficit de 4 mil 300 millones en el mismo periodo del año pasado.
El Financiero.