Cazabombarderos de Estados Unidos están sobrevolando Kabul para garantizar la seguridad en el aeropuerto de la capital afgana, desde donde se está evacuando a ciudadanos estadounidenses y a sus colaboradores afganos.
El portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby, indicó este jueves en una rueda de prensa en el Pentágono que esos aparatos no están volando a baja altura y que no suponen ninguna demostración de fuerza. Por su parte, el subdirector de Logística del Estado Mayor de EE.UU., el general Hank Taylor, detalló en la misma comparecencia ante los medios que los cazas F-18, procedentes del Grupo de Portaaviones de Combate Ronald Reagan, llevan a cabo esos vuelos de vigilancia para “reforzar la seguridad”.
Taylor subrayó que las fuerzas estadounidenses mantienen “un ojo atento” a la operación de evacuación: “Llevamos a cabo continuamente evaluaciones a fondo para proteger la seguridad de los estadounidenses, usaremos todas las herramientas de nuestro arsenal para lograr esta meta”.
Pese a que este jueves fue el único día que el Pentágono ha informado del sobrevuelo de cazas sobre Kabul desde que los talibanes tomaron la capital el domingo pasado, Kirby dijo que este tipo de vuelos de vigilancia no son nuevos y que de hecho se llevan haciendo desde hace tiempo.
Preguntado sobre si los cazas tienen autorización para disparar si las tropas de EE.UU. y sus aliados son atacadas, el portavoz respondió: “Como siempre, tenemos derecho de defendernos, a nuestra gente y nuestras operaciones”.
Taylor destacó que desde su última rueda de prensa no se ha registrado ningún “incidente de seguridad, ni interferencia” por parte de los talibanes en las evacuaciones. Aun así, “seguimos reconociendo el peligro inherente de operar en este entorno”, reconoció el general.
Kirby remarcó que EE.UU. le ha dejado muy claro a los insurgentes que cualquier ataque contra su gente o sus operaciones en el aeropuerto “será respondido con fuerza”, pese a que insistió en que no se han registrado “interacciones hostiles” entre los talibanes y estadounidenses en ese sentido. No obstante, admitió que hay informaciones de que los talibanes están “hostigando físicamente” a algunos afganos que está tratando de alcanzar el aeródromo.
Exteriores pide a EE UU que facilite la salida de los aviones españoles del aeropuerto de Kabul
Los 110 afganos que un segundo transporte de las Fuerzas Armadas españolas ha evacuado del aeropuerto de Kabul aterrizan en Madrid. Otro aparato del Servicio Exterior de la UE con 38 refugiados llega a Torrejón tras hacer escala en París.
Los 110 afganos que un segundo avión de las Fuerzas Armadas españolas ha logrado evacuar a las 6.30 de este viernes (hora española) del aeropuerto de Kabul, como adelantó EL PAÍS, han llegado pasadas las 20.30 a Madrid. Tras aterrizar poco después de las 10.00 en Dubái, el grupo cubrió el resto del trayecto en un vuelo de Air Europa, una aerolínea que suele operar con el Ministerio de Defensa. Se trata del doble de personas que llegaron la madrugada del jueves ―48 afganos y cinco españoles― en otro A400M a la base militar de Torrejón de Ardoz.
Entre los refugiados viajan tres familias completas de personal que trabajó con la Embajada española, otros trabajadores de la legación y Nilofar Bayat, capitana de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas. El resto son afganos que han colaborado con España, acompañados de sus familias.
Pasadas las 16.00 ha llegado a Torrejón un vuelo procedente de París con 38 personas que han colaborado con la UE y serán acogidas en Alemania, Holanda, Luxemburgo, Bélgica y Polonia según avanzaron fuentes gubernamentales. Este vuelo se esperaba el jueves, pero la evolución de la crisis está provocando que los planes se revisen constantemente.
Un vuelo italiano del Servicio Exterior de la UE, con el que España colabora como puerta de entrada para distribuir a los colaboradores afganos en distintos países comunitarios, trajo el jueves a 36 personas. Se trata de cinco familias repatriadas que serán acogidas en Dinamarca, Alemania, Polonia y Letonia.
La previsión del Gobierno era que al menos uno de los aviones de transporte que tiene en Dubái hubiese continuado con la evacuación de colaboradores afganos este jueves (día en el que se incorporó un tercero procedente de la base de Zaragoza). La situación caótica en Kabul lo impidió y pospuso los planes iniciales. El Ejecutivo ha solicitado por esta razón la ayuda de Estados Unidos para tratar de allanar el operativo diseñado por La Moncloa.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha pedido al secretario de Estado, Antony J. Blinken, “que se dé facilidad” para que los aviones españoles salgan con los colaboradores afganos, según ha asegurado en una entrevista en la Cadena SER. El Ejército estadounidense controla el aeropuerto de Kabul. Una de las tareas que ha acometido es ir dando paso a los aviones aliados, junto a la OTAN, para que entren y salgan del aeródromo afgano. Albares y Blinken mantuvieron este jueves una conversación telefónica sobre la “continuidad de la coordinación” con los aliados y socios en Afganistán.
Según un comunicado del Departamento de Estado estadounidense, hablaron de los esfuerzos de evacuación en curso y las formas de promover la seguridad de todos los afganos y ciudadanos internacionales. Albares ha calificado la conversación de “franca” y “constructiva” en otra entrevista en TVE.
“Estamos trabajando codo con codo con Estados Unidos y el resto de socios de la OTAN para que la evacuación sea un éxito“, ha manifestado. El ministro ha detallado que también ha mantenido contactos en las últimas horas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el alto representante de la UE, Josep Borrell, y el Ministerio de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos.
Acceder al aeropuerto de Kabul se ha convertido en el gran escollo para la evacuación de los cientos de trabajadores afganos y sus familias que han trabajado para España y otros países occidentales. Los talibanes bloquean los accesos. Albares ha subrayado que “es imposible saber cuánto va a durar esta misión” iniciada a consecuencia de la caída del Gobierno afgano tras la ofensiva relámpago talibán. “La evacuación está siendo muy complicada. Estamos intentando contactar con todos los afganos que han colaborado con España. Hemos establecido una lista lo más exhaustiva posible y no vamos a cejar en el empeño. Vamos a intentar sacar al máximo número de personas mientras sea posible.
La dificultad final son los últimos metros, porque hay controles talibanes y una marea humana que impide físicamente acceder. Todos hemos tenido a gente a metros de las puertas del aeropuerto que no han podido acceder”, ha aseverado Albares.
Visita de Von der Leyen, Michel y Borrell a Torrejón
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, visitarán este sábado junto a Pedro Sánchez el campamento de acogida de colaboradores afganos de las instituciones europeas levantado en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid). El Gobierno entiende que la visita es un reconocimiento a la participación de España en la resolución de la crisis. “Lo sentimos como un espaldarazo político y logístico tras ofrecernos como hub ”, ha afirmado Albares.
El ministro de Exteriores ha elevado la capacidad del campamento, que ayer se estimaba en 800 plazas, a 1.000 ocupantes. Los afganos estarán allí un máximo de 72 horas antes de entrar en el sistema de acogida español o de la UE. Las instalaciones, montadas a pie de pista por el Ejército del Aire y la Unidad Militar de Emergencias, disponen de un comedor para 200 personas, aseos y duchas, con espacios diferenciados para hombres, por un lado, y mujeres y niños. Les atienden profesionales de la Secretaría de Estado de Migraciones y ONG.
Los menores disponen de una zona de juegos, otra de lactancia y alimentación de bebés, y un punto de atención sanitaria y psicológica.
Una docena de los ciudadanos afganos que aterrizaron en Torrejón la madrugada del jueves ha solicitado la protección internacional en nuestro país. España tiene previsto acoger a unos 50 afganos en el reparto de los colaboradores con las instituciones de la Unión Europea, según las estimaciones de Albares. “Para un país del tamaño de España es lo que nos corresponde”. Serán todos los que han trabajado para España y una parte “equitativa” de otros países de la UE. Los socios comunitarios negocian el cupo que corresponderá a cada país, según fuentes gubernamentales..
Afganistán | Cuáles son los efectos de la salida de EE.UU. en sus aliados y en rivales como China y Rusia
Las imágenes desgarradoras del aeropuerto de Kabul no hacen más que reforzar este mensaje. No sin razón, hay muchas emociones en torno al tema.
Occidente ha invertido mucha sangre, tiempo y dinero en Afganistán. El pueblo afgano, mucho, mucho, más. Es difícil rebatir las críticas a la precipitada salida de la administración Biden.
En efecto, Afganistán puede ser irrecuperable, sus estructuras de gobierno pueden ser demasiado poco representativas y corruptas. Sin embargo, esto sólo subraya el argumento de que Afganistán no se “perdió” en los dos últimos años, sino durante los 20 anteriores. No obstante, la decisión de sacar las tropas estadounidenses del país se considera un golpe terrible para la credibilidad de Estados Unidos, para su fiabilidad como socio y, de hecho, para su posición moral en los asuntos mundiales.
¿Cómo encaja esto con el mantra de Biden al asumir el cargo de que Estados Unidos estaba de regreso?
Se están haciendo comparaciones con Vietnam: las similitudes con los helicópteros sacando a ciudadanos estadounidenses de una ciudad caída son demasiadas como para que las portadas de los periódicos no hagan la comparación. Pero en realidad, a pesar de las similitudes superficiales, también hay algunas diferencias importantes.
Vietnam del Sur colapsó unos dos años después de la partida de las tropas estadounidenses. Y en el caso de Afganistán, parece que los estadounidenses esperaban que sus aliados afganos siguieran adelante sin ellos durante un período significativo. Estados Unidos se sintió humillado en Vietnam: su población estaba profundamente dividida y su moral militar dañada. Pero aunque Vietnam resultó ser un trágico espectáculo paralelo a la Guerra Fría, Estados Unidos finalmente salió victorioso en cierta manera. La OTAN no se debilitó. Los aliados de Estados Unidos en todo el mundo pudieron seguir contando con el apoyo de la gran potencia. La primera economía del mundo siguió siendo una superpotencia preeminente.
Afganistán es completamente diferente.
Las divisiones internas en Estados Unidos sobre este conflicto no han sido de ninguna manera comparables a las de Vietnam. La misión de Afganistán fue ciertamente impopular en casa, pero no hubo manifestaciones masivas en su contra. Sin embargo, lo que es crucial es que el contexto internacional actual es dramáticamente diferente al de la década de 1970.
Estados Unidos, de hecho Occidente en general, está involucrado en múltiples disputas, en pocas de las cuales son claros ganadores. El colapso afgano es potencialmente un desastre en la llamada guerra contra el terrorismo. Pero en el conflicto más amplio entre democracia y autoritarismo, el fracaso de Washington solo puede verse como un serio revés.
Habrá sonrisas en Moscú y Pekín, al menos por ahora. El modelo occidental de intervencionismo liberal, promovido como un medio para difundir la democracia y el estado de derecho, puede haber sufrido una derrota en Afganistán. No veremos mucho entusiasmo por empresas similares en el futuro. Los aliados de Washington que se unieron al proyecto de Afganistán están resentidos. Se sienten muy decepcionados.
Incluso los ministros británicos, orgullosos de su tan promocionada “relación especial” con Washington, han criticado abiertamente la decisión del presidente Biden.
Y para los aliados europeos de Estados Unidos en general, lo sucedido subraya lo dependientes que son de Washington y lo poco que cuentan sus puntos de vista una vez que la Casa Blanca decide tomar una dirección concreta en un tema.
Así que son malas noticias para Occidente. Pero, ¿cuán duraderas serán las sonrisas en Pekín, Moscú o incluso en Islamabad? Fue Pakistán quien alimentó y dio refugio a los talibanes con sus propios objetivos geoestratégicos. Pero si el renovado gobierno de los talibanes vuelve a lo anterior, si el terrorismo internacional encuentra de nuevo refugio, entonces Pakistán podría enfrentarse a consecuencias decididamente negativas por las crecientes turbulencias en la región.
China está feliz de ver el fracaso de Estados Unidos. De hecho, si la razón de Biden para retirarse de Afganistán se debió a su deseo de reenfocar la atención de Estados Unidos para rivalizar con una China en ascenso, entonces este paso simplemente le ha dado a China la oportunidad de expandir su propia influencia en Afganistán y más allá.
Sin embargo, China también debería estar preocupada. Comparte una pequeña frontera con Afganistán. Está persiguiendo activamente a su propia minoría musulmana y debería preocuparse por la posibilidad de que terroristas islamistas anti-Pekín intenten utilizar Afganistán como base. No es de extrañar, entonces, que la diplomacia china durante las últimas semanas haya estado tan ansiosa por cortejar a los talibanes.
Rusia también debería estar preocupada por el regreso de la inestabilidad y el terrorismo. Tal vez se sienta un poco mejor consigo misma ahora que Estados Unidos ha sido humillado por los combatientes tribales afganos de manera similar a como lo fue la Unión Soviética a fines de la década de 1980. Pero su principal interés es la seguridad de una gran parte de Asia Central, donde muchos de sus estados son aliados de Moscú.
Este verano, Rusia trasladó tanques a la frontera entre Tayikistán y Afganistán para realizar ejercicios destinados a demostrar su determinación de evitar cualquier desbordamiento de un colapso afgano. Así que, a corto plazo, la debacle afgana ciertamente beneficia a los oponentes de Occidente. Pero de todas maneras, sus actitudes no iban a cambiar. Lo que realmente importa son las ramificaciones entre los aliados de Washington.
¿Qué se llevarán de la experiencia afgana?
Más allá de la inmediata crisis, ¿los países de la OTAN, Israel, Taiwán, Corea del Sur o Japón verán a Estados Unidos como un socio menos fiable? Si lo hacen, entonces la decisión de Biden de abandonar Afganistán resultará aún más fatídica.
BBC News/ El País/ López Dóriga digital