El Obispo emérito de Saltillo, Francisco Villalobos Padilla celebró el aniversario número 46 de su ordenación episcopal ocurrida en el año 1971 a manos de Luis Guízar Barragán, quien en ese entonces ostentaba dicho cargo.
“Es impresionante Francisco el espíritu de fortaleza que tienes, que sigues trabajando; con tu ejemplo nos enseñas que un ser humano puede servir todos los años que Dios le dé vida; te quiero decir que Dios te va a recompensar todo lo que hiciste por tu pueblo, Dios te bendiga Francisco”, fueron las palabras del Obispo, Raúl Vera López durante la celebración.
Villalobos ofreció un abrazo a Vera y la gente alentó el momento con un aplauso en honor a quien durante 46 años ha sido guía espiritual o ayudante de los guías pastorales de la Diócesis.
El Obispo emérito, el quinto Obispo de Saltillo, padece problemas cardiacos, por lo que hace tres años su sucesor, Raúl Vera López, anunció que la Diócesis solicitaría al Vaticano un obispo auxiliar porque Francisco no podría continuar apoyando al fraile, sin embargó el auxiliar nunca llegó y Villalobos continuó su labor pastoral.
Además de su trabajo como pastor de la Iglesia en esta capital, Villalobos participó en la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano en 1979, y representó a los obispos mexicanos en la Sexta Asamblea General del Sínodo en 1984.
Sentó las bases para la construcción de la Diócesis de Piedras Negras, ciudad que antes estaba dentro de la jurisdicción de la Diócesis de Saltillo, y además instaló rectorías para que la Iglesia pudiera cubrir con mayor efectividad el territorio que a su responsabilidad correspondía.
El último día del milenio pasado, el Papa Juan Pablo II aceptó desde Roma la renuncia de Francisco y entonces llegó Raúl Vera en marzo del año 2000 para sucederlo.