Con la celebración del Domingo de Ramos, que recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén previo a su pasión y muerte en la Cruz, miles de católicos acudieron a las distintas parroquias de la ciudad para iniciar el camino de la Semana Santa.
El Obispo Hilario González García encabezó estos rituales en la Catedral de Santiago donde aseguró que al acompañar a Jesús en Jerusalén los fieles lo siguen como discípulos del misterio de su vida, muerte y resurrección y que su ejemplo de humildad, obediencia y entrega debe motivar a vivir la vocación cristiana.
Indicó que el Domingo de Ramos es un momento de júbilo en el que se reconoce a Jesucristo como rey y mesías y al agitar los ramos se le recuerda y bendice por venir a la tierra en nombre de Dios como salvador de la humanidad.
Durante la homilía, González García destacó que a pesar del dolor y sufrimiento Jesús estuvo dispuesto a cumplir la voluntad de Dios y tener la confianza en la ayuda del Señor, por tanto, exhortó a la feligresía a ser discípulos y profetas de la palabra escuchada y permanecer firmes y confiados en Dios.
“Si deseamos reconocer públicamente a Jesús, hemos de mantenernos unidos a Cristo para vencer con él la muerte”, señaló.
Exhortó a mantenerse unidos a Cristo para vencer con él la muerte para también recorrer el camino de la exaltación que el Padre le otorga.
“No podemos ser sólo espectadores sino verdaderos discípulos que asumimos con Cristo y desde Cristo el misterio pascual”.
El obispo de Saltillo invitó a la reflexión al preguntar a los fieles si vivirán la Semana Santa como solo un periodo de descanso o compartiendo la experiencia de fe que nos ha librado del pecado a través de la Pasión y Muerte de Jesús.