El infierno, “lugar al que van las almas de las personas que mueren en pecado, sin haberse arrepentido de sus faltas, para sufrir toda clase de penalidades”, tiene sucursal en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En esa frontera caliente (como todas las fronteras de México, las de Coahuila también, aunque mientan en decir lo contrario), una tragedia enluta, desde México y para el mundo. Una que ocurrió en un recinto federal.
Un infierno en la tierra es el Centro de Detención de Migrantes, del Instituto Nacional de Migración.
Un infierno que espera a los politos desalmados y cincos en México, que minimizan el hecho denigrante, que evaden su responsabilidad por la violación flagrante de los derechos humanos de migrantes y de la culpabilidad criminal, directa o asociada, por 39 muertes horribles que configuran un delito de lesa humanidad.
En tierra de nadie
“En tierra de nadie” ya que no hay autoridad que asuma la responsabilidad: ni el presidente de la República, ni el secretario de Gobernación que es jefe del director del Instituto de Nacional de Migración (INAMI), ni del canciller que tiene que ver con temas diplomáticos de migración, ni del director ni de su delgado estatal del INAMI, ni del gobierno de Chihuahua, ni del alcalde de Juárez, bajando hasta el infame que cerró la puerta con llave y no la abrió ante los migrantes quemándose.
En cifra preliminar ya que hay heridos graves, han muerto 39 migrantes que estaban recluidos bajo llave, quemados unos y asfixiados los demás.
Todos los migrantes gritando por auxilio ante la impavidez e inhumanidad de los burócratas del gobierno de México, unos del Instituto Nacional de Migración, otros de corporaciones policíacas, y unos más de una empresa de seguridad privada (que se asegura es propiedad del cónsul de Nicaragua en México).
Tragedias sexenales
“Las tragedias nacionales en México son cíclicas, sexenales: se dan por que hay desorden, inseguridad, pactos criminales, asociación delictuosa desde la cúpula del gobierno y corrupción. Las más frecuentes (según los datos en la red):
- ¡Los 39 de Juárez! 39 migrantes quemados y asfixiados al ser encerrados en instalaciones del Instituto de Migración de cd, Juárez, Chihuahua y un incendio extraño los quemara vivos). Mancha el sexenio de López Obrador.
- ¡Los 43 de Ayotzinapa!, “episodios de violencia ocurridos durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, de 2014, en el que las policías municipales de Iguala, Huitzuco, Cocula, y Tepecoacuilco, la policía estatal de Guerrero y elementos del Ejército Mexicano adscritos al 27o. Batallón de Infantería de Iguala persiguieron y atacaron a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, 257 kilómetros al sureste de Iguala”). Herraron el sexenio de Peña Nieto.
- ¡Los 300 (o 1500) de la matanza de Allende y Piedras Negras (Coahuila)!, “los Zetas, policías estatales y municipales de Coahuila y Allende, masacraron a familias enteras en Allende, Piedras Negras, Acuña y Los Manantiales”). Enlodó al gobierno interino de Jorge Torres López y de sus patrones Humberto y Rubén Moreira.
- ¡Los 49 de la Guardería ABC!, “incendio de la Guardería ABC ocurrió el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora donde murieron 49 niños y heridos 130”). Ensuciaron el de Felipe Calderón”.
(Tribunal por Justiciero, 31/03/23).
No hay perdón
Por qué no se han manifestado los presidentes y embajadores de los países de donde vinieron los migrantes muertos, no lo entiendo, su silencio es cómplice, es amoral, es irreverente a sus cargos y a sus representados.
Perdieron la vergüenza los políticos mexicanos que tienen responsabilidad (negada, eludida por falta de hombría y de ética), de que en un centro del gobierno mueran inocentes extranjeros, en condiciones terribles. Deben renunciar ya, ser juzgados con severidad y purgar condenas de por vida.
No hay perdón para los culpables, hay responsables que prendieron fuego según se filtra, el hecho tiene rasgos terroristas y a todas luces, criminales. En su “migración eterna”, el infierno será su destino fatal.