La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) reconoció que a la fecha 8 mil 457 pozos terrestres en México han tenido actividad de fracturamiento hidráulico o fracking en su historia, lo que representa el 43 por ciento del total de los pozos terrestres que existen en el país.
En un escueto documento publicado este 20 de agosto, la CNH detalla que esta práctica se lleva a cabo en siete estados; tres de ellos concentran el 80 por ciento de los pozos en los que se ha utilizado fracking: en Tamaulipas existen 2 mil 734 pozos en 128 campos; en Veracruz se han explotado 2 mil 270 pozos en 81 campos y en Nuevo León mil 776 pozos en 51 campos.
En Puebla se registran mil 139 pozos en 11 campos; en Tabasco hay 224 pozos en 50 campos; en Chiapas se registran 37 pozos en 15 campos y en Coahuila 26 pozos en 8 campos.
“A la fecha, estos 8 mil 457 pozos han recuperado mil 476 millones de barriles de aceite y 12 mil 038 millones de pies cúbicos, equivalentes a 3 mil 884 milones de barriles de petróleo crudo equivalente. Esta producción representa el 7 por ciento de la producción histórica en el país”. El 60 por ciento de los campos donde se llevó a cabo el fracking, corresponden a campos de gas.
La CNH también reveló que en la fecha en que se realizó el fracturamiento hidráulico en estos pozos, el operador era Petróleos Mexicanos (Pemex). “Actualmente, 695 de estos pozos se encuentran ubicados en áreas contractuales de 31 contratos, operados por 23 operadores distintos a Pemex”.
Al respecto, Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica lamentó que el gobierno mexicano niegue que el fracking se esté practicando en nuestro país, siendo una actividad altamente riesgosa.
“La facturación hidráulica es una realidad en México a pesar de que el presidente López Obrador lo niegue. La Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos han estado permitiendo esta actividad tan riesgosa. Esto es prueba del doble discurso de esta administración”, expresó Olivera.
La Alianza Mexicana contra el Fracking ha señalado que la fracturación de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua, lo que “supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 1.8 y 7.2 millones de personas en un año”.
Además, dicha práctica contamina el agua de forma irreversible, y genera emisiones que contribuyen al calentamiento global. Señalan que al menos 25 por ciento de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones, 37 por ciento afectar al sistema endocrino, 40 por ciento provocar alergias y 50 por ciento dañar el sistema nervioso.
Milenio.