Según cifras de la Delegación del IMSS en Coahuila, durante diciembre del 2015 y los dos primeros meses del 2016, en el estado se contrataron 2000 empleos pero se perdieron 14,000, de los ya contabilizados. No solo se baja el cero y no contiene (12,000 empleos menos), se pierden los construidos en seis meses y se van los de empresas locales y americanas y llegan los de compañías coreanas y asiáticas, que pagan mal, dan prestaciones paupérrimas y degradan el ambiente.
Hay que recordar que estas asiáticas son las preferidas del aun gobernador Rubén Moreira Valdez. Pero revolvemos temas. Una cosa es que le guste a Moreira viajar con viáticos a esos sitios extraños para nosotros, que allá surjan medicinas alternativas que le son útiles, y que ello le motive a viajar, cada tres meses, con sequitos pagados con nuestros impuestos, y otra que por ello se deba atraer (para justificar) empresas que contaminan, dañan y vulneran el ambiente, que pagan mal y tratan despectivamente al obrero coahuilense.
Agreguemos a las cifras maquilladas del empleo, el hecho de que en el 2015, y a cifras del INEGI, creció el empleo informal en Coahuila, el 21%.
No somos campeones en empleo, es mentira. Hay una tasa de desempleo superior al 10%, muy por encima de la media nacional. El empleo que llega en los últimos dos años es de mala calidad, mal pagado y las violaciones laborales y medioambientales, son graves. Las empresas asiáticas son solapadas por convenios extralegales firmados de espaldas al pueblo de Coahuila. Y vale preguntar ¿si firmar es tan ligero (recuerden la firma de quitar la tenencia, en campaña), porque no hacen lo mismo con los ajenos y solo con los locales?
La IED (Inversión Extranjera Directa), medida por el INEGI, por el IMCO, por SHCP, etc., está muy por debajo de las obtenidas en los dos sexenios anteriores. La falta de dinero (para invertir no para gastar y hacer negocios), inhibe el crecimiento, la derrama económica y atrae malos empleos y pocos.
Los dos primeros años de la administración, se cosecharon empleos promocionados por el sexenio anterior; es constante natural. Los siguientes dos años, como no hay obras ni inversión estatal, se atrajo poco empleo y muy malo; de mala calidad (laboral y ecológica). Este inicio del quinto año, la cosa es patética. Como no se puede decir que el recorte presupuestal nos afecta, como a todas las entidades, y que no hay dinero para obras y programas sociales, estamos en la urgencia de aceptar empleos malos e ingratos para el obrero.
Presumir cifras (reales o maquilladas) es la prioridad. No importa la calidad del empleo, el trato al obrero ni menos aún, el daño laboral y medioambiental que traen consigo los asiáticos.
La bilirrubina del mandatario se crispó, más que nunca, peor que antes… Las cifras de empleo formal e informal, son negativas: Suben los informales y bajan drásticamente los formales. La Secretaría de Hacienda (del único amigo que le queda, y más o menos), Luis Videgaray Caso, levanta la voz. Reclaman a Coahuila y a su desgobierno, que evaden impuestos.
Se cambian pagos de ISR por tarjetas de despensa a los burócratas y maestros. Se eleva el empleo informal y, baja el que si paga impuestos. Los ayuntamientos del estado no pagan luz, agua, impuestos y evaden al fisco; imitan al Gobierno del Estado.
Cuando la tendencia innovadora mundial y nacional, es de impulsar el empleo y las inversiones que den calidad laboral y medioambiental; la realidad local es: “Desempleo, bajos salarios y daño ambiental” ¡Viva Coahuila!