La paradoja es simple: ¿Con el comportamiento e ineficiencia gubernamental que estamos viviendo, es necesaria su presencia en todos los aspectos o seguimos rascándonos son nuestras propias uñas?
Los Gobiernos existen para establecer los equilibrios entre los distintos sectores de la sociedad basados en el enfoque del bien común definido como: (bonum commune) se refiere en general al bienestar y desarrollo de todos los miembros de una comunidad y también al interés público, en contraposición al bien privado e interés particular; también puede definirse como el fin general o como los objetivos y valores en común, para cuya realización las personas se unen en una comunidad.” Calamandrei.
En esencia el Gobierno debe basar su actuación en los valores supremos de la sociedad: el bien, la honestidad, la justicia, la libertad de acción y pensamiento, la seguridad, el desarrollo del ser humano, la educación y el combate de las desigualdades. Cuando estos valores no son considerados en su desempeño la institución no tiene razón de ser.
Cuando el papel del Gobierno se convierte en el simple ejercicio del poder y el enriquecimiento de los gobernantes y se descuida el bien común, se convierte en Hegemonía, es decir que un grupo dominante o que tiene el control del poder y sus aparatos de represión (Fiscalía, Poder Judicial y Fuerza Pública) basa su sostenimiento precisamente en el ejercicio de estos y el control de la educación y los medios de comunicación. A través de estos medios los hegemónicos “educan” a los ciudadanos para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad del individuo o comprando su conciencia a través de dádivas u otorgando canonjías, según sea la importancia del sujeto a convencer.
El proceso por el que atraviesa nuestra actual sociedad Coahuilense implica un control absoluto de las Instituciones y las funciones en un grupo hegemónico que intenta reproducirse por lo menos en los próximos dos sexenios de gobierno. Como nunca un grupo político ha tenido tanta influencia en 3 sexenios, lo que convierte al gobierno en una dictadura muy sui generis.
Un control de medios de comunicación sobre todo en el espectro televisivo y radiofónico, usted puede prender su radio en cualquier confín de Coahuila y escuchara estaciones gubernamentales o de aliados hegemónicos que impiden a la ciudadanía conocer la verdad de medios vedados por ser contrarios a la opinión del Gobierno.
Coahuila Insumiso plantea el concepto de un Gobierno limitado a las necesidades sociales como un ente administrativo de servicios y no como uno de control político y económico. La funcion del Gobierno y sobre todo del poder ejecutivo deberá ser basada en la opinión y autorización de organismos de la sociedad acerca de las obras a construir por ejemplo.
Un gobierno que tenga una visión de estado a largo plazo con la participación de todos los sectores de la sociedad y no mediante planes de escritorio hechos para la lisonja y la publicidad.
Será necesaria la convocatoria general a fin de crear un concilio con el objetivo de que los representantes auténticos de la sociedad equilibrada (las mentes más preclaras y las gentes más necesitadas) establezcan que clase de sociedad queremos ser para el 2050 y al mismo tiempo se establezcan las acciones y los planes. Eso es gobernar, porque el ejercicio implica una visión a largo plazo pensando en el desarrollo social.
Son necesarios Gerentes de Municipios y de Secretarias (nombrados a propuesta de la sociedad), que se dediquen a administrar en forma honesta los presupuestos que hagan posibles las obras autorizadas por el pueblo y para el pueblo.
Jueces y Magistrados de elección a través de consejos ciudadanos y una educación revolucionaria que integre a los contenidos esquemas de inclusión, de liderazgo efectivo, de trabajo en equipo, hábitos y valores y visión a largo plazo a los educandos.
Un Gobierno que dependa de la sociedad y que no uno que se enriquezca a través de ella.
El peor enemigo que tenemos es la indiferencia que es la gota que agrieto a nuestra sociedad y la tiene adormilada. Gramsci refería:” Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia.”
Despierta Coahuila, ya es hora.
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