Ojala todos los adolescentes y jóvenes hubiéramos tenido la oportunidad de leer la obra de Covey titulada: “Siete hábitos para las personas altamente efectivas” y sobre todo poner en práctica sus consejos. En otro tiempo, la adolescencia era una etapa en la que nos enfrentábamos al mundo, sin más herramientas que las de los valores inculcados en casa, mezclados con la admiración a alguno de nuestros maestros y la convivencia con amigos.
No había más, tampoco teníamos Internet y parte de nuestras acciones eran legadas por la TV. Escuchábamos la radio, que transmitía la música de moda y el mejor refugio lo encontrábamos en los juegos en equipo: béisbol, fut, americano, los pelotazos, las canicas, el numerito, él se va la bala, balero, trompo, yo-yo y otros.
Poco tiempo en casa y mucho en la calle; poco en nuestro cuarto que era compartido por dos o tres hermanos, mucho en los guateques, conviviendo con los otros hermanos, que eran los amigos, los camaradas.
Ahora entiendo que la adolescencia tiene algo de ausencia, pero mucho de empeño. Formamos nuestro carácter y echamos fuera todo el temperamento posible (Pobres de nuestros padres) y los amigos fundamentales son encontrados en esta etapa.
Aprovechemos entonces este tesoro, que podría enseñarte herramientas, para que tu etapa sea más trascendente y confirmes que solo es un paso, no toda tu vida.
Los 7 hábitos altamente eficientes, pretenden apoyar la vida ante situaciones reales de su entorno planeadas o no.
Estos son conductas, actitudes que puedes tener ante los problemas y también características de las que puedes ser dotado, para evitarlos.
SER PROACTIVO (Hacerte responsable de tu propia vida); COMENZAR CON UN FIN EN MENTE (Definir tu misión y meta en la vida); PONER PRIMERO LO PRIMERO (Marcar prioridades y hacer primero las cosas más importantes); PENSAR GANAR–GANAR (Tener una actitud de que « todos pueden ganar”; BUSCA PRIMERO ENTENDER, LUEGO SER ENTENDIDO. Escucha a los demás.; SINERGIZAR (Trabajar en conjunto para lograr más) y AFILAR LA SIERRA (Renovarte con regularidad).
Coahuila Insumiso es un movimiento social y filosófico sin edades y solo con limites que impliquen el seguimiento del camino hacia lograr los valores últimos de la convivencia civil y organizada.
Si como padres impulsamos la formación de hábitos en nuestros hijos como los narrados por Covey, de seguro nos transformaremos en una mejor sociedad, más comprometida, más retadora, más consiente y sobre todo orientada a hacer los cambios necesarios para una vida plena como está impreso en las leyes terrenas y eternas llámese así a la biblia, el Corán o los libros de inspiración divina que rigen la manera de los creyentes.
El Coahuilense del siglo XXI debe ser caracterizado por seres críticos, preparados, con valores, con retos, con hambre de saber, con libertad para expresar sus ideas sin ser reprimido, con apego a los códigos de conducta dirigidos a una convivencia sana y en paz, respetuoso de los demás, sabedor de los límites de su derecho y sobre todo un ser feliz.
El camino hacia la felicidad estaría aunado a una fusión colectiva para lograr el bien común, en un ejercicio realista. Trotsky mencionaba que “La expectativa de la felicidad es la verdadera felicidad”.
Esta vía tendrá muchos tropiezos ya que desde las alturas son enviados mensajes de miedo, de intimidación, de soborno, de atropellos y de amedrentamiento. El método no es fácil, pero el fin de cuentas la meta vale la pena.
Coahuila insumiso no pretende una rebelión política, sino al contrario la reforma es en el ser interno que se traduzca en una exigencia hacia la vergüenza que conforma el poder como instrumento de sojuzgamiento. Este es el inicial reto.
#PorUnCoahuilaInsumiso #VaEnSerio
Oréstes Gómez