Coahuila, que tiene gente tan valiosa, de nuevo es más referido en el concierto nacional por los escándalos políticos y la corrupción, que por destacar en lo académico y lo cultural.
La ayer insigne tierra de generales y Ateneo de la cultura, hoy da la nota por sus caciques, por gobiernos corruptos, nula justicia estatal y por acuerdos promiscuos entre partidos y de ello, por socios rajones.
Gobierno novato y novo como el de Manolo Jiménez, que apenas adivina su estilo de gobernar, debe priorizar el rescate del buen nombre de Coahuila; y si no quiere voltear para atrás, que su horizonte de “pasos de gigante” no le lleve a poner los ojos tan arriba que ciegue ante lo básico, irresuelto, en el tamaño real de las cosas.
Coahuila en los 18 años recientes ha perdido competitividad y su nombre coahuilteca ha pasado por el fango de la historia, enzoquetado y desprestigiado. Ello tiene que cambiar y la única forma es dando noticias buenas por hechos reales, hechos que hay que propiciar.
El pleito
Apenas se olvidaba un poco la nueva deuda contratada por Manolo, a los 7 días de gobierno, y llega el escándalo PAN y PRI por un acuerdo regalón entre el gobernador de Coahuila y los dirigentes del PRI y del PAN.
El daño está hecho, luego de intercambiar cargos y puestos en la política de arrabal, se acusan de mentirosos y rajones, con el mutuo desprestigio colateral.
MORENA y AMLO se meten al pleito y evidencian a sus rivales alianzados en apoyo a Xochitl, quien resiente las consecuencias del escándalo por el pleito y los acuerdos vergonzosos.
Dos días después del escándalo, en sospechoso retraso, Alito defiende apenas a Manolo y a los acuerdos; y Marko Cortés manda al secretario de Elecciones, Tejeda (firmante del afamado acuerdo del pleito) a decir que “harán más acuerdos iguales, en Durango y donde se necesiten”, intercambiando lo que haya que intercambiar.
Alito y Marko exhibidos y corruptos, empinan más el barco haciendo agua y ayudan a su “enemigo”. Manolo, montado en su macho, tampoco ayuda.
Otro acuerdo charro
Cancelada la alianza PRI y PAN en Coahuila, recurren a otro acuerdo extraño: el PAN no presentará candidatos a alcaldes en Coahuila en los municipios que acuerde con el PRI, y el tricolor no participará en donde el PAN sí quiera, claro… donde el PRI que ya es gobierno, conceda al PAN.
Por consabido que no pedirán la anuencia de Marko Cortés, el líder nacional, porque les dirá que no (Manolo “el político” rabietas” volvió ayer a arremeter contra Marko, el mercader).
Lo que no explica este nuevo acuerdo raro es, cómo lograrán que los panistas de Coahuila que no votaron más del 6% en la elección de gobernador y del Congreso local, y que están dolidos tras el pleito, y por la rajada, sí lo hagan copiosamente el 4 de junio e intercambiado votos: los del PRI por el PAN y los del PAN por el PRI.
Política de rancho
El gobierno de Coahuila, con su nuevo gobernador amoratado y con tafetanes en la cara política, grita que “aquí no ha pasado nada”. Se dicen de altas miras y pasos de gigante y muestran una política de rancho.
Las declaraciones de ciertos políticos panistas y el comunicado de la dirigencia estatal del PAN, en papel membretado pero sin firmas de nadie, diciendo que en espíritu (no legal) apoyan la alianza con el PRI, son todo y son nada. En los hechos o hay un nuevo reparto o se juegan un albur electoral.
Sentirse sobrados en el gobierno de Coahuila y no tener prudencia en acciones y declaraciones, es mala señal para sus alegres planes. El PAN, por su parte, más barato que nunca.