El que un jefe de Gobierno visite una región, comprometa una acción o despliegue un programa de beneficio social, aún con tintes electorales, es una cosa buena si llega directamente a los desprotegidos.
Me explico, de lo anterior, cuando un presidente visita una entidad: barren y pintan los trayectos, mejoran las dependencias que aluden la Gira, activan los programas del sector temático, y algunas veces, bajan los recursos atorados, y muestran a los beneficiarios, beneficiados o no.
Igual que en las giras presidenciales, cuando un funcionario federal llega a una entidad, se mueven las cosas; así sucede si un gobernador sale de su palacio y a llega a una comunidad, si cuestiona y verifica (directamente con la gente del pueblo), entonces los programas jalan y los pobladores se benefician de la acción del gobierno.
Similar caso es desde los municipios, los alcaldes han de ser de a pie, acercarse a la gente y saber de forma directa si los servicios y programas decantaron o se quedaron en promesas y en papeles del escritorio burocrático.
Electoreros
Cuando hay elecciones en puerta, algunos oportunistas se activan en las dependencias de gobierno.
Es bueno para la gente, véanlo así: qué importa lo que motive al político sin valores o con ellos, lo relevante es que su actividad conveniente resulte en hacer lo que debió antes y entonces, sus programas bajen y lleguen, mejor si lo hacen a los más pobres y alejados. A los abandonados.
Hay gobiernos cínicos que empobrecen a la gente para luego darles despensas y regalos, por los tiempos electorales; esto es malvado, jugar con la necesidad, pero al fin y al cabo el darle a la gente cosas que se pagan con sus impuestos y ayudarlos en su pobreza, es cosa buena.
Otros gobiernos inventan, con inteligencia y pertinencia, programas de beneficio social y tarjetas regalonas, en tiempos electorales, pero, de nuevo, si ayudan al olvidado y alejado, son cosas buenas; la falla está en utilizar, al viejo estilo, a lideresas o a intermediarios, ello desvía el apoyo y el beneficio generalizado.
Caravanas de la salud
En Coahuila hay un gobierno estatal nuevo, no completa ni 100 días de ejercicio.
Llega el gobierno presidido por Manolo Jiménez Salinas, en medio del proceso electoral federal (presidente, Congreso, 9 entidades, cientos de ayuntamientos y congresos locales) y cuando se renuevan (el 2 de junio, ambos casos) las 38 alcaldías.
La actividad estatal, desde el gobierno, tiene hoy tres giros determinantes: La activación del Plan de 110 Días (el sello de gobierno, la identidad del gobernador, la financiación y estrategia de los programas y obras innovados). La definición del proceso electoral priista (convocatoria, palomeo de candidaturas del PRI, UDC y PRD y las estrategias político electorales). El despliegue de la actividad de gobierno (apurada, electorera pero no burda y la de solución a rezagos y deficiencias, heredados).
De un tipo o de otro, o de ambos (electorero y solidario), ayer anuncia e inicia el gobernador, Manolo, un programa social interesante: Las Caravanas de la Salud.
Dicen que una caravana es: “Grupo o comitiva de personas que, en cabalgaduras o vehículos, viajan o se desplazan unos tras otros”, ¡y la salud… es buena! Manolo es gente de a caballo porque es hijo de quien sabe de caballos, si ordena y dirige a grupos y comitivas que lleven salud a los pueblos, vale que su uso sea electoral si llega a la gente del desierto y a los barrios y comunidades pobres.
Apearse
Manolo debe ir, y luego, apearse del caballo para ver y sentir directamente la enfermedad del alma y del cuerpo de los miles de coahuilenses, pobres y empobrecidos.
Manolo debe verificar que su idea moderna de “Telesalud” no termine en llamas no escuchadas y que el médico general que debe tener cada clínica rural no esté y ande de galán de pueblo en vez de entender con sensibilidad y humanidad, el abandono en el tema de salud.
Las clínicas de salud rural, o no existen, están abandonadas y en pésimo estado o nadie cree en ellas porque no asisten los médicos, ni hay medicinas, ni menos hay ambulancias cercanas que trasladen oportunamente a un herido o a un enfermo grave.
Hay que aplicarse a fondo en las Caravanas de la Salud en Coahuila, en hora buena se enfrenta el problema y se atiende a los que hasta ahora solo han contado… para votar.