Coahuila ¡un arranque de dignidad y honor!

Nuestro querido Coahuila; tierra de laboriosidad y valores sociales, sitio de generales, poetas, ingenieros y maestros insignes, tiene historia y tradiciones. Su respeto bien ganado en el mundo, ha sido orgullo de generaciones.

Coahuila ha sido conocido a través del tiempo por su gente valiosa, por su aporte destacado a la cultura universal y a la educación, por el valor de sus soldados y generales en las guerrillas y guerras, defendiendo a la Patria, y por sus prohombres y preclaros contribuyentes en la Independencia, la Reforma y la Revolución.

Su belleza en parajes y naturaleza, es sin igual y envidia del mundo entero. Lo es, la nobleza de los coahuilenses.

Todo eso y más ha sido Coahuila, por mérito de su gente honesta y ética. Esa casta que nos enorgullece.

Vaivenes e invertidos

Generosamente heredamos de nuestros viejos, una Patria chica plena de motivos de honor, para luego torcer el rumbo en las épocas actuales.

Los gobiernos en Coahuila, por los políticos deformados (traidores de su ascendencia, de su esencia y raigambre), empezaron a desviar el rumbo, a abandonar a la gente y confundir el servicio público con el afán de enriquecerse.

Mal de muchos consuelo de tontos, así como el refrán reza, quieren disculpar su ignorancia de la Ley y su desvío moral, los políticos de la nueva generación. De la mala generación… De la degeneración.

Nada es excusa de robarse lo ajeno, de mentir al jurar el cargo, de trocar la defensa del patrimonio social por el hurto del erario y la colusión criminal a cambio de sobornos. Los valores están invertidos, como ellos.

El mal ejemplo en el gobierno federal del sexenio anterior (y de otros, en la historia negra del México tricolor y multicolor), el peor de la historia, el más corrupto e impune, el presidido por Enrique Peña Nieto, (quien camina desenfadado por los barrios de España en vez de estar preso), no son pretexto para que la generación podrida de gobernadores se ensañara contra el pueblo que les dio el poder y lo robaran despiadadamente.

El moreirato

El moreirato en Coahuila es la peor calamidad que la humanidad ha resentido, localmente.

Ninguna guerra, ninguna pandemia, ninguna hambruna, ningún atentado al honor y a la dignidad de los coahuilenses ha sido tan infame y malvado como el ejercido por los acomplejados criminales del Cartel de Los Moreira.

A más de 14 años de que la sociedad coahuilense deshonráramos la herencia guerrera del señor Zapalinamé (jefe de los Cuauchichiles, quien “cuando no estaba en guerra, hacía flechas”) y que traicionáramos el valor civil y el honor de los generales de Coahuila (que dieron la vida por la Patria), seguimos subyugados a los malditos.

¿Qué más debemos aguantar los coahuilenses, agachados y entregados al yugo deshonroso?

Cuando, como sociedad valiente y digna, nos levantemos en contra del traidor y apátrida, cuándo, para recobrar la dignidad y el honor arrebatados por los cínicos, levantemos la voz y la bandera de guerra, entonces otra realidad nos definirá.

Elecciones

Coahuila e Hidalgo iniciaron recién, un proceso electoral local, 2020.

Hidalgo elige alcaldes (84 Ayuntamientos). Coahuila renueva el Congreso local (16 diputados de mayoría y 9 legisladores plurinominales). Todo, el 18 de octubre.

¿Saben de la importancia del control del Congreso, de la urgencia de ciudadanizarlo, de independizarlo del Ejecutivo… de quitar el control revisor y hacedor de leyes, a Los Moreira y Riquelme?

Ahí en el Congreso local, se aprueban o rechazan las cuentas públicas del gobernador, de los 38 alcaldes y de los órganos paraestatales. También se reciben iniciativas de ley del gobernador y de los partidos o grupos de poder, vía sus diputados, en muchos casos con la intención de pervertir la Ley para su fines, esas iniciativas pueden aprobarse y convertirse en ley, enmendarse o rechazarse. También el Congreso debe transparentar la deuda de las entidades (en Coahuila está censurada la megadeuda). Los sistemas anticorrupción y de fiscalización de la Auditoría Pública, dependen de la aprobación del Congreso.

El PRI que en Coahuila es gobierno desde siempre (sin alternancia), en este moreirato se ha hecho del poder por la corrupción electoral y la pasividad cómplice de la sociedad.

Su estrategia para seguir la corrupción, conservando el poder, es tan simple como malvada: Asustar a la gente con la Pandemia y el covid. Con la muerte (para ello, criminalmente deja morir a la gente, los más posibles es mejor para el PRI y para el gobernador Miguel Riquelme, por órdenes de Los Moreira (Humberto y Rubén y de Carolina Viggiano). • Asustar a la gente con balaceras y muertes, pedidas a sus capos cómplices. • Que no salga a las campañas la gente por miedo al contagio y a los malos en la calle. • Que no vote, para que ellos, los gandallas del PRI “ganen con su estructura” pagada desde una nómina paralela en la tesorería del gobierno del Estado. Así, ganar el Congreso y continuar la corrupción e impunidad.

Está en nosotros

¿La oposición ayuda al PRI en esta elección, poniendo candidatos chaparros y soslayando en su discurso partidario el evidenciar la corrupción del moreirato, para que la gente no entienda el sentido del voto y no vote mayoritariamente?

¿La sociedad ayuda a los Moreira, al PRI y a la corrupción que juntos representan, por su pasividad, apatía y conformismo?

La dignidad se impondrá

… ¿Algo grande y sorpresivo sucederá el 18 de octubre, la sociedad de Coahuila despertará y en un arranque de dignidad y honor, asustará al corrupto y votará masivamente para quitarles el control del Congreso y enjuiciar a los ladrones y criminales?

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