La democracia burlada e imperfecta en México define reglas para elegir presidente, gobernadores y acaldes, de entre los candidatos que eligieron los dueños de los partidos políticos, por eso, elegimos tantas veces al que en un momento electoral nos parece el menos malo y no el más bueno.
Esto significa un drama, ¿cómo?, la opción de los mexicanos, de los que votan, es elegir al menos malo. Eso para la autoridad conformada: es democracia. Una democracia manoseada, sucia… a la mexicana.
Así están las cosas, y hay que elegir.
Coahuila y Estado de México
El Estado de México y Coahuila son las únicas dos entidades que eligen gobernador en el 2023.
Con la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles vimos dos estilos de hacer política: el servil del gobernador del Edo-Mex Alfredo Del Mazo Maza quien dijo que “el AIFA es la obra más relevante del siglo”, y el golpeador de Miguel Riquelme Solís de Coahuila, quien dijo que “los aeropuertos de Saltillo y Torreón tienen más vuelos que el nuevo de AMLO“.
Tras Del Mazo está nada menos que el Grupo Atlacomulco y los intereses de que gozan sus cupuleros en este como en anteriores sexenios, y tras Riquelme está la maldad de Rubén Moreira Valdez quien anda enredado entre la elección de La Viggiano en Hidalgo y la reforma eléctrica de su traición al PRI.
Faltando 16 meses para la elección de junio del 2023 y ante las evidencias de las elecciones de estado vistas en las entidades que jugaron gubernaturas, (donde el presidente, el partido oficialista y hasta la FGR y la UIF asustaron opositores, amarraron navajas y usaron el presupuesto federal en tiempos electorales), en Coahuila soltaron temprano e ilegalmente al favorito del PRI, le dieron foco y millones.
En el Estado de México dieron vuelo reciente desde el PRI al diputado Ricardo Aguilar Castillo y aun sin saber si es el bueno, solo él, desbocado, se da harto vuelo.
MORENA quiere
En El Estado de México todo apunta que la profesora Delfina Gómez Álvarez repita de candidata a gobernadora, luego de su derrota pactada o de su triunfo no defendido por aquel AMLO del 2017. Ahora la han arropado como secretaria de Educación federal y eso es mucha cosa.
En Coahuila la rebatinga y las traiciones cansaron en el Centro de las decisiones, y por la mano de un cercano del presidente hoy gobernador de Sonora, se deja como carta abierta al subsecretario de Seguridad federal, Ricardo Mejía Berdeja como el candidato de MORENA a gobernador.
La pelea simple está dispareja: El PRI trae a un candidato destapado (Manolo Jiménez Salinas), con dinero y programa; en MORENA, Mejía tiene una aprobación de 6% contra 23% del PRI y 8% del PAN, y los últimos dos pronto descararán el PRIAN (que existe desde hace 16 años en que el moreirato secuestro el esquema). El diferencial de porcentaje de preferencias es por la mayoría indecisa o reservada. Y volátil.
Pactar o arrebatar
AMLO-MORENA-4T es la trifecta imperfecta. Tratará de agandallar metiéndose en la elección de Coahuila y en la del Estado de México, como ha sucedido en otras, pero acá, en el norte, puede pactar con el PRI-Coahuila una entrega pacífica o de a tiro, arrebatará a como sea, como gusta hacer.
MORENA tiene frente a sí a un partido local, a una fuerza política coahuilense que ha demostrado que puede contra todas las alianzas enemigas juntas: La Unidad Democrática de Coahuila. No deben menospreciar a Lenin Pérez Rivera, ahí hay alianza y futuro o competencia real.
La ley Manolo está por caer, dicen los demandantes. Sin ella, la guerra tricolor estará abierta y la sangre correrá, favoreciendo al verdugo UDC, que les cobra la persecución y el uso ilegal de las instituciones electorales.
Es cierto, también podrá favorecer a MORENA en Coahuila.