En la jerga engañosa del viejo PRI se usan términos obsoletos y presumidos como el de la línea, la caballada, la aplanadora y el carro completo.
La línea implica que un jerarca autócrata ordena que las cosas vayan en el sentido de sus caprichos o en favor de algún favorito o peor aún, de quien tenga efectos congraciantes con él jefe (un cacique, un benefactor personal, un financiador de campaña, o hasta, en extremo, de un capo).
La caballada es la descripción de los favoritos del mandamás, que andan buscando poder.
La aplanadora es el músculo que presume el partido oficialista, para “aplastar”.
El carro completo es la idea antidemocrática y soberbia de anticipar que se ganará en todos los cargos a los que se juega, aun sin ser cierto.
Siglo XXI
En el Siglo XXI, el anquilosado PRI de Coahuila, que cual dinosaurio subyacente repta que es la única entidad en que el tricolor sigue ganando, los modos y formas toscas persisten y los definen.
Si era el moreirato (extinto o no), o si ahora es el manolato, la idea básica es la misma… vender la supremacía y declarar el “conmigo o contra mí”, esa valentonada que tanto se critica al amlismo extremista.
Un PRI en Coahuila orgulloso de su antepasado cavernícola y jurásico, para justificar su bandera de ser el representante nacional del animal tricolor en extinción, copia el arquetipo despreciable del “Pedro Navajas”.
Prudencia política
Luego del acuerdo promiscuo entre Manolo Jiménez y las cúpulas del PRIAN, que filtró Marko Cortés pero que firmaron Manolo, Alito, Gordo Moreira, Marko y unos más, la prudencia es conseja ad hoc, pero no, el PRI Coahuila grita que en este 2 de junio tendrá carro completo.
La mano pachona de Rubén Moreira hizo que la alianza local del PRI con el PAN se reventara, sí van en las justas federales pero no en las alcaldías por renovar en misma fecha (fue una rabieta porque el Gordo, a escasos días del nuevo gobierno de Coahuila, exigió a Manolo una sumisión publica, y calculando mal, recibió, en contrapartida, un deslinde épico. Uno sexenal (por fin).
MORENA, aun con sus divisiones y traiciones, tiene cartel en algunas campañas. El PT, tiene el ultimátum electoral de hacer el daño posible.
Estrategas y operadores
La soberbia campea en los lares del Coss, en Saltillo, pero es que está presente en los sabios del palacio rosa que se camuflan de cazadores, con escopeta de cañón corto e intenciones largas.
No toman en cuenta a los ipecos, ni a los de la SC, tampoco a los que aportan ideas y recursos, menos a los priistas de a pie que se cansaron de hacer méritos. Los problemas surgen al paso de la campaña y nadie resuelve nada.
La dirigencia del PRI es oficina de puros de a caballo, (de modos viejos y ánimos de general).
Hay sitios donde los candidatos del PRI son malos, otros donde las decisiones cupulares estorban, otros donde usan la fuerza excesiva y calientan la plaza (usando el nombre del jefe); unos más, donde los de enfrente hacen las cosas bien y ganarán por ello.
¿A quién echarán las culpas desde el grupo de estrategas y el clan de operadores del PRI, cuando el carro sea incompleto en Coahuila?