Las enfermedades sociales se han incrustado con fuerza en la sociedad y su comprensión y atención son escasas, lentas o pobres, las autoridades no están preparadas para su combate, hay instituciones, pero sus estrategias son débiles, no están suficientemente estudiadas ni llegan a la médula de los problemas que la sociedad local padece. La violencia contra las mujeres -en todas sus formas- es un ejemplo paradigmático de patología social, lo han establecido destacados científicos.
Coahuila sobresale nacionalmente en cuanto a violencia de género, según publicó recientemente este diario con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) casi 7 llamadas por hora denuncian violencia contra mujeres, daños, ataques sexuales o psicológicos, violaciones y otros, más de 6 mil llamadas en lo que va del año, en varios tipos de hechos violentos contra mujeres, Coahuila destaca en violencia familiar, lo he dicho en innumerables ocasiones en este y varios espacios mediáticos, ¿qué nos pasa?, ¿hasta dónde vamos a llegar para curar estos males?, ¿qué están haciendo las escuelas?, ¿qué hacen las autoridades educativas para preparar al magisterio y a los estudiantes en estos problemas?, parece que son invisibles, los estereotipos y creencias en contra de las mujeres siguen incólumes. ¿Qué hacen las instituciones gubernamentales, además de dar conferencias y folletos? La dimensión de los problemas en esta área indica la insuficiencia de los programas, es hora de revisar estrategias y buscar otras más eficaces y efectivas que detengan esta pandemia en la sociedad local.
La Facultad de Psicología de la UA de C ha destacado por su colaboración con la sociedad local en la atención a los problemas sociales y ahora se suma a la lucha en contra del suicido, es principalmente la población joven e infantil la que padece esta patología y la Facultad ha adoptado y puesto en funcionamiento un programa para estar presente, prevenir y contener los intentos de suicidio mediante una línea de asesoría que da atención las 24 horas de cada día, la directora actual de esa Facultad, Berenice De La Peña ha sido una destacada defensora de los derechos humanos y ahora incursiona a fin de que la Facultad, maestros y alumnos se unan creando la línea de atención al público para asesoría psicológica denominada, “Punto y Coma”, serán 15 psicólogos los que darán asistencia gratuita.
La Doctora De La Peña tiene una trayectoria profesional excelente por su actuación como protectora de los derechos humanos, pero es una línea de su perfil profesional que se conoce poco. Aunque sea atrevido expresarlo, podría ser la primera mujer rectora de las UA de C, no obstante, ya sabemos que ese puesto es por dedazo del gobernador en turno y que los elegidos son hombres, ¡una mujer! ni pensarlo, es un puesto patriarcal.
Si los académicos y estudiantes tuvieran voz, podrían impulsar y apoyar a una mujer y De La Peña tiene toda la inteligencia para logar un lugar de excelencia para la UA de C; universitarios, piénsenlo, en ustedes está la decisión. Fuera la manipulación de la autonomía de la UA de C por parte del gobierno estatal, según el Estatuto Universitario ustedes tienen voz, dejen de ser manipulados; ¿Les parece? Ustedes tienen voz, háganse oír ya, venzan esa patología, se puede.
Sé que estas líneas podrían molestar a las élites universitarias y a lo mejor hasta a las del gobierno estatal, pero ellos son viscerales y se ríen de lo que los ciudadanos opinamos, es su voluntad la que impera.