El relevo en la cancillería luego de que Ebrard dimitiera para contender y que exigiera que todos salieran de los cargos, fue un pleito cantado. Bárcena es la gran enemiga de Marcelo y AMLO se la endilgó.
AMLO no honraría la palabra del “tu sigues” (y al cabo es política y en ella el mentir, ser hipócrita y simular, son despreciable conducta de políticos): sabe eso Cuauhtémoc Cárdenas, lo supo Porfirio, lo entendió Monreal y así lo vio claramente Marcelo. Bueno, hasta Noroña y el novo Adán, lo han calado (vean la cara desencajada del “hermano Adán” antier en la lectura de las encuestas).
Es un secreto a voces que de AMLO y con Claudia hay una relación especial, todo lo demás fue una obra de teatro. La mayoría de los actores jugaron animados y perdieron en serio. Desgaste y fractura eran evitables.
La trampa
La trampa estaba puesta para desacreditar a Marcelo, evitarla fue imposible.
O te callas el golpe, Ebrard, o te hacemos el traidor. Ya pueden ver cómo andan las cosas, como en el luto, las horas posteriores son peores y el lunes que Marcelo hable, la ruptura mostrará el dolor ante la mentira del Viejo del Bastón (entregado a la bastonera lituana).
Marcelo dio la pelea contra Claudia, pero nunca lo dejarían ser, ganando o no, y al cabo el ganar es tan subjetivo como lo fue el proceso en MORENA que demuestra que para AMLO la ley no es la ley y que MORENA es de su propiedad.
Dividir el voto
El voto duro significa los votos cautivos con “apoyos” desde el gobierno, a una nómina fija, e incluso los cautivos por los beneficios de los programas sociales (esos a los que les dieron la señal: “Es Claudia“).
Al organizarse el desmadre que la oposición traía y que luego de un imitado simulacro llegará Xóchitl Gálvez como la bandera contra el oficialismo, el jefe político de MORENA que a veces es presidente, se asesoró y decidió que dividir el voto es la idea mejor para “ganar con el voto duro” (parece que el perverso y vendido Gordo Moreira asesorara a López a cambio de más impunidad y la senaduría pluri).
En ese escenario ideal, el que Ebrard se vaya de MORENA y termine como el candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia, abonaría a esta idea del dividir el voto; claro, habrán de calcular bien los morenos para que no se dé la elección terciada que Monreal vaticina y les gane Marcelo.
Las candidaturas independientes del oaxaqueño Ulises Ruiz y del actor Eduardo Verastegui, son otras piezas del mismo rompecabezas divisor.
Por gusto
La cosa electoral, temprana e ilegal, se ha tornado interesante.
La hipocresía reina por ahora y el futuro del país es para los políticos cínicos, un juego malabar. Juegan con nuestro futuro nacional porque se aferran a sus privilegios (lo hacen aquellos del pasado y estos del presente).
Cuando la oposición se une y organiza, AMLO divide sin necesidad a su MORENA.