¿Con la pandemia, la empatía y la compasión son posibles?

Debo confesar que es la primera vez que leo las declaraciones del rector de una universidad que se pronuncia públicamente en un medio de comunicación, en este caso nuestro periódico, sobre la necesidad de vivir valores que se consideran en buena medida asuntos individuales, obvios e inherentes al individuo humano como los mencionados en este título.

El rector de la Universidad Carolina, Emanuel Garza Fishburn, ofrecerá una conferencia sobre, “La educación y la colaboración en 2021”, considerando que la pandemia es una oportunidad para para detonar conciencia sobre otros retos que la humanidad afronta con el surgimiento del Covid-19, sostiene que hay consecuencias negativas muy evidentes, como las de la salud, la economía y la educación que afectan colectivamente en diferentes dimensiones y grados.

Para Garza Fishburn de la pandemia derivarán otros efectos y como olas de un tsunami pueden convertirse en grandes amenazas para la humanidad, una de ellas sería, a su decir, la pandemia de la salud mental y emocional la que no ha sido todavía muy poco visible, porque las personas no acostumbramos o no sabemos hablar de estos temas, aunque experimentemos síntomas.

La pandemia nos ha mostrado que la empatía, la compasión, el bienestar mental y la armonía con el medio ambiente son valores que incluyen actitudes y prácticas individuales y sociales que inducen el bienestar en ambas direcciones, la empatía es la capacidad de percibir con precisión lo que siente otra persona porque nos motiva a actuar cuando vemos que alguien está sufriendo, los humanos necesitamos la empatía para hacer posible la cooperación social, ella se asocia al altruismo que es una práctica no ligada a ninguna religión, lo que le da sentido es cultivar un corazón afectuoso y vivir con una finalidad y un sentido; en cuanto a la compasión, nos ayuda a ponernos en la situación de nuestros semejantes, también nos ayuda a entenderlos, apoyarlos y ayudarlos cuando es necesario, que nosotros deseamos.

En cuanto a la armonía con el medio ambiente, como nunca es una práctica urgente de incorporar a nuestras formas de vida y es mucha la ignorancia colectiva respecto al  tema, está anunciado por científicos destacados: el sistema de vida occidental se acaba, el sistema está agotado, es insostenible porque lo que se destruyó no lo regenera la tierra, lo que se hace desde los múltiples gobiernos nada remedia, de manera que si no se detiene por la razón, lo detendrá la catástrofe, la alternativa es frenar porque o se detiene o se detendrá por el agotamiento de fuentes de energía y otros efectos.

Esta crisis ambiental solo puede ser detenida por la protesta ciudadana y la reacción de los líderes gubernamentales o se corta o explotará por la perturbación del clima, por la contaminación y agotamiento del agua que ya es escasa en muchos sitios, por la contaminación del aire y por todo lo que se está destrozando.

¿Por qué no se escuchan estas voces informadas, esas que saben lo que pasa con nuestro planeta? La explicación es simple, a los que manejan y dan dirección al sistema no les interesa, les conviene, ellos viven en la comodidad, y hay muchas pruebas de que eluden tomar decisiones para detener la catástrofe.

La salud individual está claramente ligada a la salud de la comunidad y el entorno donde una persona vive o trabaja. Los peligros ambientales de gran escala y alcance mundial que amenazan la salud humana comprenden el cambio climático, el agotamiento de la capa estratosférica de ozono, la pérdida de diversidad biológica, cambios en los sistemas hidrológicos y en las reservas de agua dulce, la degradación de la tierra y las presiones ejercidas sobre los sistemas de producción de alimentos.

Para apreciar esta escala y el tipo de influencia en la salud humana se requiere una nueva perspectiva concentrada en los ecosistemas y reconocer que el fundamento de una buena salud en las poblaciones depende en gran parte de la estabilidad que puedan conservar los sistemas que mantienen la vida en la biosfera. Es preciso concientizarnos de la relación que debe existir entre ambiente y salud, y buscar mecanismos que nos permitan evaluar, y prevenir cualquier factor ambiental capaz de afectar adversamente la calidad de vida de las comunidades actuales y futuras.

De manera que la empatía y la compasión son actitudes que podemos trabajar en nosotros para mejorar la vida en las comunidades y el planeta.

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