Consultar lo obvio es necio

Los humanos arrastramos la fama de depredadores y nos la hemos ganado a pulso porque algo tenemos de salvajes, hemos contaminado los ríos y el agua de consumo humano, colmamos los mares de plástico, arrasamos los bosques, exterminamos a la fauna silvestre, estamos acabando con las abejas, la mariposa monarca, las tortugas, las ballenas, contaminamos el aire que respiramos que es nuestra vida, sabemos que el cambio climático está derritiendo los glaciares, que la temperatura se eleva constantemente, que la capa de ozono se destruye… en fin, la lista es interminable pero a pocos nos importa, al fin que en el mediano plazo todos estaremos muertos, hay que las futuras generaciones se las arreglen como puedan.

Lo anterior viene al caso porque el Congreso local pretende obsequiarnos una reforma legal que se trata más bien de una contra reforma, sí se trata de echar atrás la Ley de Protección y Trato Digno a los Animales, la que en su artículo 20, fracción XV prohíbe las corridas de toros en Coahuila; así que mientras en el mundo avanzan las leyes contra la violencia hacia los animales y en especial la antitauromaquia, aquí se pretende derogar la que fue aprobada hace 3 años.

Aún el Papa Francisco se ha manifestado en contra del maltrato a los animales argumentando que la violencia hacia los animales no tardará en presentarse en contra de las personas (Laudato si); esas leyes se han multiplicado en el planeta conforme avanzan los procesos civilizatorios (ONU-UNESCO) pero al parecer en Coahuila la incivilidad se abre paso a través de una diputada local a la que habría que preguntarle qué sabe sobre los derechos de los animales y la defensa y el respeto a la naturaleza.

Elisa Villalobos, diputada local, presentó la propuesta de reforma a la citada ley y sus argumentos no alcanzan a justificar ese retroceso, porque el propósito de la “fiesta brava” es dar muerte al toro después de haberlo sometido a un conjunto de horrorosas prácticas torturantes, con la puya se pincha el cuerpo del animal provocando hemorragias internas, con las banderillas se le desgarra el cuello, la estocada destroza pulmones y bronquios haciendo que el toro se ahogue en su propia sangre y los agresores se socializan con esa violencia criminal, viven de ella y para ella.

¿A cuántos toros habrá visto morir la señora Villalobos? Quizá ella está acostumbrada a la violencia. Dice esta mujer que la contrareforma se someterá a consulta. ¿A quienes preguntará? Dice que se escuchará a la ciudadanía, ¿acaso el Congreso tiene presupuesto para aplicar este tipo de consulta o se recurriría a un referendo? En todo caso la implementación de la logística es más que complicada y ya hay casas encuestadoras que han constatado que al menos un 70 % de los mexicanos están en contra de las corridas de toros (Parametría).

La promovente de la reforma en cuestión, se ha negado a apoyar al magisterio que mediante la Coalición de Trabajadores de la Educación de Coahuila han solicitado al Congreso la abrogación de las leyes del Servicio Médico y de Pensiones que atentan contra sus derechos a la seguridad social y hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación la declaró inconstitucional, pero ella se alió a la fracción parlamentaria del PRI a fin de impedir dicha abolición con la que se ha creado la violencia institucional contra los derechohabientes que enferman y mueren en la indefensión.

La prensa local atribuye al partido Morena la promoción de la reforma a la Ley que prohíbe las corridas de toros en Coahuila, pero militantes de ese partido aclararon que no es su asociación quien la promueve sino la señora Villalobos en lo particular, porque ella ya no representa a Morena aunque legalmente no haya sido expulsada del partido, lo cual está en proceso.

Felicito cordialmente a las organizaciones civiles que se han unido para rechazar que los diputados de la 61 Legislatura del Estado aprueben la reforma a la ley que promueve la diputada Elisa Villalobos para el no retorno de la “fiesta brava” que significa un retroceso para la sociedad coahuilense. ADELANTE, UNIDOS PODEMOS.

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