Para contarles a ustedes
lo que en Coahuila ha pasado,
pido permiso primero
y un favor pedirles quiero: dispensen lo mal trovado
pues no se versificar
y no tengo doctorado
en el arte de rimar,
solo quiero recordar
lo que pregona la gente,
sobre acto vil, humillante,
que comete mandatario
prepotente y arbitrario,
sobre su pueblo mandante.
Por soberbia ya cegado,
el cruel y obediente empleado
por Don Rubén designado,
cual tirano ha decretado
que la plaza, nuestra plaza,
es el patio de su casa.
Hoy la gente nomás pasa
y ve que está secuestrada.
“Es que está muy maltratada
hay que darle una arreglada”.
¡Ah qué endiablada ma..reada,
por el pingo pronunciada!
¡Sí, chuchita, cómo no!
Ya parece te veremos,
diligente y afanoso,
dándole buena trapeada
con pinol y fabuloso.
Hubieras sido, afrentoso,
un poco más ingenioso.
Busca una mejor coartada,
¡no la chi…fles que es cantada!
Dicen Miguel y Fernando
que Palacio están cuidando,
porque unos profes rijosos
con petardos, peligrosos,
los querían ver volando
a ellos y sus comandos.
Protegido por mil vallas
y por guardias con metrallas,
Riquelme se ha amurallado.
No quiere escuchar reclamos,
orden tiene de sus amos:
Ya no hablar de lo “extraviado”,
reprimir con policías
y que tapen Fiscalías
sus múltiples fechorías.
Que los gritos y protestas
les causan tirria y migrañas,
pues les recuerdan sus mañas
y acciones muy deshonestas.
´Pos disculpen sus mercedes,
lo sentimos por ustedes.
Se los advierte la raza:
Si no liberan la plaza,
gritería y tracalada
habrá bastante y frecuente
hasta verla liberada,
y hasta que acabe la tranza
y el robo vil e indecente
en el Gobierno y el SNTE.